Clase digital 7. El problema organizacional del gobierno y sus aparatos

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El problema organizacional del gobierno y sus aparatos

Presentación del tema

El aparato gubernamental encarna los mecanismos formales e informales mediante los cuales el Estado presta servicios, formula políticas y ejerce autoridad. Sin embargo, a lo largo del tiempo se ha evidenciado una creciente brecha entre el ideal burocrático —basado en Weber (1922) en reglas impersonales, especialización y jerarquía— y las necesidades reales de eficiencia, innovación y cercanía con la ciudadanía (Arellano & Cabrero, 2000). Este desfase se manifiesta en múltiples fenómenos que limitan la capacidad de respuesta de las administraciones públicas a los retos del siglo XXI, impactando directamente en la calidad de vida de los ciudadanos y en la competitividad de las naciones.

Rigidez y “red tape”

La burocracia genera con frecuencia lo que se denomina red tape, es decir, trámites excesivos, duplicación de formularios y pasos redundantes que obstaculizan la agilidad operativa. Estas cargas procedimentales suelen nacer de un afán por garantizar el control, la rendición de cuentas y la prevención de la corrupción, pero terminan provocando cuellos de botella, demoras significativas en la atención ciudadana y una elevación considerable de costos administrativos y de oportunidad (Pollitt & Bouckaert, 2011). Un ejemplo claro es un ciudadano que solicita un permiso de construcción y se ve obligado a tramitar hasta diez documentos diferentes en distintas dependencias, con plazos de respuesta que acumulan semanas e incluso meses de espera, generando frustración y desincentivando la inversión.

Fragmentación y silos institucionales

La segmentación de funciones entre ministerios, secretarías y agencias especializadas crea silos que dificultan la colaboración interdepartamental. Esta fragmentación no solo deriva de la acumulación histórica de competencias y la especialización funcional, sino también de la ausencia de canales horizontales de coordinación, sistemas de información integrados y mecanismos de gobernanza multinivel efectivos, lo que genera solapamientos de responsabilidades, vacíos en la rendición de cuentas y una visión parcial de los problemas públicos (OECD, 2017). Un ejemplo típico es cuando la autoridad ambiental tramita licencias sin coordinación con la de urbanismo, retrasando proyectos de infraestructura cruciales por falta de un protocolo conjunto y una visión estratégica compartida.

Discrecionalidad y “street-level bureaucracy”

Michael Lipsky (1980) acuñó el término “street-level bureaucrat” para referirse a los funcionarios de primera línea —policías, maestros, trabajadores sociales, inspectores— que, al aplicar normas generales en contextos complejos y diversos, ejercen una discrecionalidad que puede contradecir las directrices formales y generar variabilidad en la calidad y equidad del servicio. Esta discrecionalidad es a la vez fuente de flexibilidad (permite adaptación local a las necesidades específicas de los ciudadanos) y de inequidad (puede favorecer arbitrariedades, sesgos o incluso prácticas corruptas). Por ejemplo, dos maestros con libertad para adaptar el currículo pueden ofrecer niveles de enseñanza muy distintos en escuelas de la misma zona, afectando la equidad educativa de los estudiantes.

Cultura organizacional y resistencia al cambio

Según Crozier (2003), la burocracia oficial convive con un entramado de normas informales, juegos de poder y relaciones clientelares mediante los cuales los individuos y grupos protegen sus esferas de influencia y sus privilegios. Estas dinámicas culturales, basadas en redes de lealtad, favores internos y rutinas arraigadas, frenan las iniciativas de reforma, obstaculizan la innovación y perpetúan prácticas ineficientes, incluso cuando existen alternativas más eficaces. Un caso notable es el de oficinas que continúan utilizando procesos manuales y en papel, a pesar de la existencia de sistemas digitales más eficientes, para mantener redes de intermediación interna y el control sobre la información.

Tensión entre control y participación

El modelo de Nueva Gestión Pública (NPM) buscó atenuar la rigidez burocrática mediante la incorporación de lógicas de mercado —contratos de desempeño, indicadores de resultados, evaluaciones externas, orientación al cliente— (Hood, 1991). Sin embargo, la proliferación de métricas e informes a menudo ha incrementado la complejidad del control interno, generando una «burocracia de la medición» y desviando la atención de la satisfacción ciudadana y el impacto real, al priorizar el cumplimiento de metas cuantitativas sobre la calidad intrínseca del servicio y la capacidad de respuesta a las necesidades de la población.

Hacia la integración y la gobernanza abierta

Frente a estas disfunciones, es imperativo impulsar mecanismos de coordinación interinstitucional efectivos (como plataformas digitales compartidas, comités interministeriales con capacidad de decisión, presupuestos por resultados con enfoque transversal) y adoptar modelos de gobernanza abierta que involucren activamente a la sociedad civil, el sector privado y la academia en el diseño, implementación y seguimiento de las políticas públicas (OECD, 2017). Solo así puede reconciliarse el imperativo de control y la rendición de cuentas con la demanda de participación ciudadana, la búsqueda de eficiencia operativa y la capacidad de innovación en los aparatos de gobierno, construyendo administraciones públicas más transparentes, responsables y sensibles a las necesidades de la sociedad.Entender a fondo estas dimensiones —estructurales (rigidez, fragmentación), culturales (resistencia al cambio, juegos de poder), normativas (discrecionalidad, control vs. resultados) y de liderazgo (capacidad de impulsar reformas)— permitirá diagnosticar con rigor las disfunciones del aparato gubernamental y diseñar propuestas de reforma que atiendan tanto la racionalidad legal-burocrática como las dinámicas de poder y de legitimidad democrática, para construir un Estado más efectivo y cercano a la ciudadanía.

Objetivo didáctico de la clase

Diagnosticar las principales disfunciones de los aparatos gubernamentales, analizar la interacción entre reglas formales y espacios de discrecionalidad, y proponer estrategias para mejorar la eficiencia y la coherencia institucional.

Contenido didáctico

A continuación, se presenta el contenido didáctico de acceso abierto o institucional para profundizar en el tema.

No.Nombre del recursoSinopsisTipo de recursoEnlace Web
1
Arellano, D., & Cabrero, E. (2000). Introducción. En D. Arellano, E. Cabrero & A. Del Castillo (Eds.), Reformando al gobierno: una visión del cambio en organizaciones gubernamentales (pp. 11–28). CIDE.
Explica el carácter de los aparatos gubernamentales como estructuras rígidas y propone fundamentos para su reforma.
Capítulo PDF
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2Crozier, M. (2003). La transición del paradigma burocrático a una cultura de gestión pública. En J. Gómez Cumpa (Comp.), Sociología de la organización (pp. 52-61). Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo.Analiza la cultura burocrática, los juegos de poder y la discrecionalidad en las organizaciones públicas.Artículo PDF[Acceder]

Material didáctico complementario

No.Nombre del recursoSinopsisTipo de recursoEnlace Web
1
Ansell, C. y Gash, A. (2008). Collaborative Governance in Theory and Practice. Journal of Public Administration Research and Theory, 18(4), 543–571.
Revisión sistemática de casos de gobernanza colaborativa entre organismos públicos, sociedad civil y sector privado, mostrando mecanismos de coordinación y límites de la participación.Artículo PDF[Acceder]
2Sørensen, E. y Torfing, J. (2011). Enhancing Collaborative Innovation in the Public Sector. Administration & Society, 43(8), 842–868.Explora cómo las redes de innovación pública pueden resolver problemas complejos a través de la co-creación y el uso de plataformas digitales.Artículo PDF[Acceder]

Resumen e ideas relevantes de la clase digital

La eficacia de los aparatos gubernamentales se ve socavada por una serie de disfunciones que emergen de la tensión entre el ideal weberiano de una burocracia racional-legal y las demandas contemporáneas de agilidad, innovación y participación ciudadana (Arellano & Cabrero, 2000). En primer lugar, la “red tape” o exceso de trámites introduce demoras y encarece la prestación de servicios, ya que cada paso adicional, aunque concebido para garantizar control, termina generando cuellos de botella (Pollitt & Bouckaert, 2011). Simultáneamente, la fragmentación institucional crea silos que impiden una visión sistémica: departamentos con objetivos y procesos propios carecen de canales horizontales eficaces, lo que produce solapamientos y vacíos de rendición de cuentas (OECD, 2017).

En la línea de frente, los street-level bureaucrats —maestros, policías, trabajadores sociales— ejercen una discrecionalidad significativa al interpretar y aplicar normas en contextos complejos. Esta facultad permite cierta flexibilidad, pero también introduce variabilidad en la calidad de los servicios y riesgos de arbitrariedad (Lipsky, 1980). A nivel cultural, los juegos de poder y las normas informales descritas por Crozier (2003) perpetúan prácticas ineficientes, pues los actores protegen sus intereses y resisten cambios que amenacen su posición.

Las reformas inspiradas en la Nueva Gestión Pública (Hood, 1991) introdujeron indicadores de desempeño y contratación por resultados, pero a menudo han complejizado el control interno y desviado la atención de la experiencia ciudadana. Frente a ello, los modelos de gobernanza abierta y los mecanismos de coordinación interinstitucional —plataformas digitales, comités sectoriales, presupuestos por resultados— ofrecen caminos para conciliar el imperativo de control con la participación y la eficiencia (OECD, 2017).

Ideas clave

  • Gobernanza abierta: plataformas y redes interinstitucionales como estrategia para integrar control, participación y eficiencia (OECD, 2017).
  • Red tape y cuellos de botella: trámites excesivos que obstaculizan la agilidad operativa (Pollitt & Bouckaert, 2011).
  • Silos institucionales: fragmentación de competencias que dificulta la coordinación y deja vacíos de responsabilidad (OECD, 2017).
  • Discrecionalidad de primera línea: street-level bureaucrats equilibran flexibilidad y riesgo de arbitrariedad (Lipsky, 1980).
  • Cultura de resistencia: normas informales y juegos de poder frenan las reformas (Crozier, 2003).
  • Tensión NPM: indicadores de resultados mejoran control, pero pueden alejar el foco de la satisfacción ciudadana (Hood, 1991).