
Teoría organizacional
Fundamentación
La Teoría Organizacional (TO) se fundamenta en la necesidad de entender las organizaciones no sólo como estructuras formales, sino como procesos dinámicos y resultados sociales que configuran la acción colectiva. Stewart Clegg y Cynthia Hardy (1996) proponen distinguir tres dimensiones clave: la organización como entidad o conjunto (organizations), como proceso de estructuración (organizing) y como entramado relacional emergente (organization).
Históricamente, la TO surgió en el cruce de la Administración Científica de Taylor y Fayol, y la Burocracia Weberiana, que enfatizaban los principios de eficiencia y racionalidad estructural. Sin embargo, desde la década de 1970, enfoques críticos, como el institutionalismo crítico de Clegg y Dunkerley (1977), reubicaron el análisis en las relaciones de poder, el contexto cultural y la dimensión histórica de las organizaciones. Crozier y Friedberg (1977) complementaron esta mirada con el estudio de las restricciones de la acción colectiva y la negociación dentro de los sistemas burocráticos.
Paralelamente, la Teoría de Sistemas y la Teoría de la Contingencia ampliaron el alcance de la TO al reconocer la interdependencia de variables —tareas, estructura, personas, tecnología, ambiente y competitividad— y la necesidad de adecuar el diseño organizacional a su contexto específico. Idalberto Chiavenato destaca que la sinergia y la integración de estas dimensiones condicionan la supervivencia y éxito de las organizaciones modernas, convirtiendo la administración en una ciencia de la complejidad sistémica.
A lo anterior se suman las aportaciones de la Psicología Organizacional, que profundiza en la motivación y comportamiento individual y grupal (Argyris & Schön, 1978), y la Ciencia Política, que sitúa a las organizaciones públicas —gobiernos, partidos, ONG— como espacios de poder y legitimidad. Este enfoque multidisciplinar permite comprender cómo las estructuras formales conviven con redes informales de confianza, resistencia y agencia, y cómo los dispositivos organizacionales operan en contextos de alta incertidumbre y complejidad.
En el ámbito público, la TO adquiere relevancia estratégica, pues las organizaciones estatales deben responder simultáneamente a demandas de eficiencia, transparencia, equidad y participación ciudadana. Gareth Morgan (1997) muestra cómo las metáforas organizacionales —máquina, organismo, cerebro, cultura, poder— ofrecen lentes interpretativos para diagnosticar y transformar instituciones públicas, mientras que Mintzberg (1979) y Scott & Davis (2006) aportan marcos analíticos para entender la configuración estructural y la adaptación ambiental en entornos cambiantes.
Por ello, esta Unidad de Aprendizaje busca:
- Contextualizar la evolución histórica de la TO, desde sus orígenes clásicos hasta los desarrollos críticos y contemporáneos.
- Dotar al estudiante de un repertorio teórico-conceptual amplio (racional, natural, abierto e institucional) para el análisis de organizaciones públicas.
- Desarrollar competencias para aplicar herramientas de diagnóstico (análisis de redes, auditoría cultural, mapeo de poder) y estrategias de rediseño (reingeniería, diseño de estructuras flexibles, gestión del cambio).
- Fomentar una mirada crítica que integre eficiencia técnica, inclusividad social y resiliencia institucional en contextos de alta complejidad.
De este modo, el alumno estará preparado para interpretar y gestionar procesos de transformación en organizaciones públicas, proponiendo soluciones innovadoras que equilibren la racionalidad administrativa con la construcción de legitimidad y el bienestar colectivo.
Competencia general
Analiza y comprende la mecánica de funcionamiento de las organizaciones públicas, sus mecanismos de toma de decisiones y las estrategias organizacionales, para proponer soluciones innovadoras a sus problemáticas y contribuir al desarrollo de su entorno, demostrando una postura crítica, respetuosa e intercultural en un contexto de incertidumbre y complejidad.
Contenidos temáticos
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Metodología de trabajo
Este curso ha sido meticulosamente diseñado para optimizar tu experiencia de aprendizaje a lo largo de 16 semanas, utilizando una modalidad híbrida. Esta aproximación combina de manera efectiva la flexibilidad y autonomía que ofrece el estudio en línea con la riqueza y el dinamismo de la interacción presencial, creando un entorno educativo completo y adaptable a diversas necesidades.
Durante las primeras 8 semanas, te sumergirás en una fase de estudio autogestivo a través de la plataforma Campus Digital UG. La esencia de esta etapa es la flexibilidad: tendrás acceso completo e ilimitado a todos los materiales, lecturas, videos explicativos, actividades interactivas y recursos didácticos de apoyo necesarios para cada tema semanal, lo que te permitirá avanzar a tu propio ritmo y adaptar el aprendizaje a tu horario personal. Para asegurar un progreso constante y resolver cualquier inquietud, contarás con el acompañamiento constante y personalizado de un asesor virtual. Este profesional no solo dará seguimiento detallado a tu desempeño y participación en las actividades, sino que también estará disponible para resolver cualquier duda que surja, ofrecerte retroalimentación constructiva y brindarte la asesoría necesaria para fortalecer tus conocimientos en esta etapa formativa.
A partir de la semana 9, el curso realizará una transición fluida a la modalidad presencial. Cada semana se abordarán temas nuevos y se profundizará en los conceptos previamente estudiados, los cuales se complementarán de manera continua con los recursos adicionales, foros de discusión y evaluaciones disponibles en Campus Digital UG. Este enfoque híbrido ha sido concebido para permitirte consolidar tus conocimientos de manera significativa a través de la interacción directa con instructores y compañeros, participando en debates, talleres prácticos y actividades colaborativas. Al mismo tiempo, seguirás beneficiándote de la excelente organización, accesibilidad y actualización constante de los materiales en línea, garantizando una experiencia de aprendizaje integral y enriquecedora que maximiza tanto la autonomía individual como el aprendizaje colaborativo.
Criterios de evaluación
Para acreditar la unidad de aprendizaje, el estudiante deberá demostrar de manera oportuna y con calidad los siguientes criterios de evaluación:
- Lectura profunda y crítica de los materiales
- Se espera que el alumno realice al menos diez entregas de actividades prácticas basadas en las lecturas semanales (resúmenes, mapas conceptuales o análisis comparativos).
- Cada actividad será evaluada de acuerdo con su claridad conceptual, la integración de ejemplos pertinentes y la capacidad de relacionar los contenidos con problemas reales de planeación del desarrollo.
- Participación activa y pertinente en actividades específicas
- Durante el examen parcial tipo “cabildo”, los estudiantes discutirán en equipo un caso de estudio aplicado a la planeación del desarrollo.
- La evaluación considerará la pertinencia de las intervenciones, la argumentación basada en teorías y modelos del curso, y la habilidad para proponer soluciones innovadoras y fundamentadas.
- Resolución de evaluaciones teóricas y ensayo final
- El examen final consistirá en un ensayo individual en el que el alumno analizará un problema territorial real, aplicando los conceptos y enfoques vistos durante el semestre.
- Se valorará la estructura del ensayo, la solidez de los argumentos, la integración de fuentes bibliográficas y la alineación de las propuestas con los objetivos de la Agenda 2030.
Las ponderaciones en el proceso de evaluación se basarán en los siguientes porcentajes:
Evidencia | Ponderación |
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14 actividades | 60% |
Examen parcial | 20% |
Ensayo (examen final) | 20% |
Total: | 100% |
Créditos
AUTOR | DESARROLLO Y PRODUCCIÓN |
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José de Jesús Ramírez Macías | SEDigital (Sistema de Educación Digital) |