La violencia y el acoso escolar
Desarrollo del tema
La violencia es un fenómeno que desafortunadamente puede ocurrir en todos los entornos de la vida de una persona, incluyendo el entorno escolar. La violencia escolar se entiende como “toda agresión realizada dentro del ambiente de las instituciones educativas, la cual puede expresarse de distintas formas por los actores que conforman la comunidad escolar” (SEGOB, 2016). Esto significa que puede ser cometida entre estudiantes, por el profesorado, personal directivo, personal administrativo, madres y padres de familia y/o tutoras y tutores.
En este sentido, una de las formas más comunes de violencia escolar es el acoso escolar. El acoso escolar o bullying es una forma de discriminación entre pares a partir de las características o forma de vida de las personas: orientación sexual, identidad de género, nacionalidad, situación migratoria, etnia, sexo, condición socioeconómica, condición de salud, discapacidad, creencias religiosas, opiniones, prácticas basadas en estigmas sociales, embarazo, entre otras; se manifiesta en comportamientos o conductas repetidas y abusivas con la intención de inflingir daño a otra persona que no es capaz de defenderse a sí misma. El bullying puede ser violencia de tipo verbal, física, emocional, de índole sexual, material, o cibernética (a través de redes sociales y medios digitales).
Ahora bien, vale la pena que reflexionemos ¿por qué ocurre el acoso escolar? ¿qué situaciones “motivan” que estas conductas se lleven a cabo? Adelantamos que no es monocausal y que regularmente se produce a partir de dos situaciones estructurales:
- El contexto desigual, que categoriza como “otros” o “diferentes” a quienes escapan de los estereotipos sociales que prevalecen en la sociedad.
- La tolerancia generalizada a la violencia, que se ve manifestada a través de un apoyo directo o manifiesto explícitamente, o bien de la complicidad a esos actos, que pueden verse reflejados en las risas, el silencio, los rumores y la falta de intervención.
La UNICEF (2019) sugiere una metodología de 4 pasos para la prevención y detección del acoso escolar, que si bien está dirigida a niñas, niños y adolescentes, puede ser adaptada a entornos universitarios.