Conductas protectoras
Introducción
Me da mucho gusto volverte a saludar en esta tercera clase digital. En este momento, platicaremos sobre los factores de riesgo que tienen los adolescentes y, sobre todo, los aspectos que pueden protegernos de ellos.
En la etapa de la adolescencia, los jóvenes tienden a ser más vulnerables a factores de riesgo como las adicciones farmacológicas y no farmacológicas, la depresión, la violencia y el suicidio. Esto debido a que se están experimentando cambios físicos, mentales y afectivos que los puede llevar a la confusión y a la influencia de otras personas que los induzcan a los comportamientos citados.
Es importante conocer que los problemas de salud de muchos adolescentes corresponden a factores psicosociales que se manifiestan en sus actitudes, comportamientos y estilos de vida que, en muchos casos, son modelados por la propia familia. Sumado a lo anterior, se han hecho investigaciones donde han descubierto que muchos jóvenes tienen dificultades para tomar decisiones asertivas porque el cerebro se encuentra en pleno proceso de desarrollo cognitivo y tiende a la confusión y la búsqueda del placer.
Por esas razones, es importante tener consciencia de lo que pasa en la adolescencia y prestar atención a los factores que pueden protegerte como adolescente, vamos a revisarlos.
Desarrollo del tema
Todos los seres humanos experimentamos factores de riesgo en cualquier etapa de nuestra vida, es decir, podemos tomar decisiones que afectan nuestra salud integral (física, mental o afectiva), que están influenciadas por cosas o experiencias externas que nos empujan a dicha decisión. Por ejemplo, un adolescente que ha vivido situaciones violentas en su familia está expuesto a un factor de riesgo, del mismo modo que si tiene amigos que son alcohólicos o drogadictos, ya que puede ser invitado a realizarlo y, en un impulso o arranque, hacerlo.
Es decir, todo aquello que nos empuja directa o indirectamente a tomar una decisión que atente contra la salud es un factor de riesgo, por eso es tan importante conocerlos y empezar a practicar conductas protectoras que otorguen mayor bienestar y seguridad en nuestro día a día y, sobre todo, que nos lleven a tomar mejores decisiones en la vida y en lo integral.
Una conducta protectora es la estructura mental positiva y constructiva que otorga la confianza y seguridad en que uno mismo puede enfrentar situaciones difíciles o tomar decisiones asertivas, adoptando un propio estilo de vida y en pro de soluciones óptimas. En otras palabras, las conductas protectoras son acciones voluntarias o involuntarias que llevan a la búsqueda del bienestar, equilibrio y felicidad personal y se reflejan en relaciones interpersonales sanas.
En este sentido, necesitamos entender la asertividad como una forma de “acertar”, es decir, de tomar las decisiones necesarias siendo prudente, pensando las consecuencias que pueden llevar emprender una determinada. Por ello, te mencionaremos algunos factores protectores ligados a la asertividad:
Conclusión
Recordemos que los factores protectores son aquellos que fomentan hábitos y estilos de vida sanos, que se adquieren de manera personal, a través de la práctica, la disciplina y constancia. Además, ayudan a disminuir el impacto de lo negativo que nos pasa en el día a día, es decir, nos dotan de resiliencia. Los factores protectores te invitan a:
- Buscar tu desarrollo personal.
- Aprovechar tu tiempo libre para cosas constructivas y positivas.
- Elegir a tus amigos prudentemente.
- Enfocarte en ti y tu salud.
Cuanto más factores de protección tengas y desarrolles en tu vida, menos riesgos corres de tomar decisiones erróneas. Céntrate en la búsqueda de tu bienestar y felicidad, trabaja día a día en eso y busca ayuda cuando lo requieras.
Espero que esta clase digital te ayude a reconocer las posibilidades que tienes de desarrollar o mejorar tus factores protectores y lo pongas en práctica.