Clase digital 3. Narrativa: elementos de análisis

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Narrativa: elementos de análisis

Introducción

Te doy la bienvenida nuevamente a esta tercera clase de nuestra unidad de aprendizaje.

Cuando en literatura hablamos de narrativa, por lo general se hace referencia a la novela y el cuento. Pero hay todo un universo de textos literarios que, más o menos definidos, pueden ser comprendidos dentro de esta categoría narrativa: desde las leyendas e historias de tradición oral, hasta la minificción y el ensayo.

En esta clase, comenzaremos por describir algunos elementos básicos de análisis y pasaremos revista a algunos autores y obras que permitan ejemplificar los aspectos más relevantes.

Tanto en esta clase como en la siguiente, tendrás a tu disposición una guía de lecturas sugeridas, así como una antología narrativa.

Desarrollo del tema

A principios del siglo XX hay dos personajes que abrirán líneas de estudio en lingüística y estudios literarios, cuyos trabajos siguen teniendo repercusiones en la manera como se aborda la literatura. Por un lado, Ferdinand de Saussure y sus planteamientos sobre el signo lingüístico y la posibilidad de una ciencia de los signos, que hoy llamamos semiótica; y, por el otro, Roman Jakobson, que plantea la posibilidad de definir las “funciones” del lenguaje. 

El esquema de Jakobson (figura 1) puede sernos útil para comenzar. Un emisor codifica un mensaje, el cual se refiere a una determinada realidad, y lo envía a través de un canal a un receptor. Para que haya comunicación, el emisor y el receptor deben ser capaces de codificar/decodificar el mensaje.

Figura 1. Esquema de Jakobson.

A partir de este esquema, podemos identificar algunos elementos que constituyen el esquema de la narrativa. Observa ahora la figura 2 y compara las diferencias con el esquema previo.

Figura 2. Niveles narrativos.

Comencemos por una definición básica. Una narración es una secuencia de acontecimientos, en pocas palabras: un relato. Contar una historia —real o ficticia— consiste en relatar un suceso. Por regla lógica, toda secuencia de acontecimientos tiene un principio y un final. Podríamos esquematizarlo de la siguiente forma:

A🡪B🡪C… 🡪Z

En donde A sería el primer evento de nuestra historia y Z el último. Dicho de otra forma: la historia comienza en A y termina en Z.

En la figura 2 podemos identificar cómo se estructuran los distintos niveles:

Es un autor que escribe un texto que tiene un narrador que cuenta una historia (diégesis) que va de A a Z.

Lee el siguiente relato antes de pasar a la siguiente explicación.

Imagen 1. Cuento “Relevo” de Martha Cerda.

Observa en el relato cómo hay una serie de acontecimientos que se van relacionando poco a poco:

1) Hay una casa y cerca unos niños juegan.
2) En la casa, en una de sus ventanas se veía la silueta de una mujer
3) Una tarde, el niño que está contando el relato tocó en la casa.
4) La mujer le abre la puerta y le pregunta qué quiere.
5) El niño le pide dejarlo entrar para refugiarse de la lluvia.
6) El niño entra a la casa con la mujer.
7) De pronto, los amigos y la mujer están afuera de la casa, y lo observan a él —al niño— como una silueta en la ventana.

En todo relato vamos a encontrar algo similar: una secuencia centrada en uno o varios personajes. Por lo cual, podemos identificar los primeros elementos claves de un relato o narración: por un lado, la historia que se cuenta, la cual llamaremos fábula; y, por otro lado, los personajes. Existe un tercer elemento que debemos identificar: la figura que está contando la historia, a la cual llamaremos el narrador.

Con estos primeros tres elementos en mente, es importante considerar que un relato se puede contar en un orden distinto del cronológico, sin que se rompa la lógica de lo contado; este orden es un orden narrativo y le llamamos trama. Casi todas las historias tienen pequeños saltos en el tiempo que hacen que el acomodo de acontecimientos no sea cronológico; esto responde al interés por crear un efecto específico que puede ser de suspenso (un relato donde hay un acontecimiento que no se hace evidente al inicio) o de rememoración (un relato que busca recuperar el pasado o el recuerdo). 

La fábula, entonces, corresponde a la estructura esencial de una narración y a las acciones organizadas de manera lógica, cronológica. La trama, en cambio, es la historia tal y como está narrada, con sus saltos temporales hacia atrás (flashback) o hacia adelante (anticipación) (Eco, 1993). Lee el siguiente fragmento, el cual es el comienzo de la célebre novela Cien años de soledad del colombiano Gabriel García Márquez.

Imagen 2. Fragmento de Cien años de Soledad.

En este fragmento la secuencia del relato podría esquematizarse de la siguiente forma:

a) Muchos años más tarde…
b) Aureliano Buendía está frente al pelotón de fusilamiento y recuerda.
c) Una tarde su padre de Aureliano lo llevó a conocer el hielo.
d) En aquella época en que Aureliano era niño, Macondo era un pequeño pueblo.

En este breve fragmento podrás observar con toda claridad cómo el narrador está contando una historia “alterando” el tiempo: el primer acontecimiento es el momento en que el personaje Aureliano comienza a recordar y a partir de ese instante nos envía al pasado, a los acontecimientos previos. Dicho de otra forma, los incisos c) y d) son anteriores al inciso a) y b). 

A partir de este fragmento, podemos establecer las primeras preguntas clave: ¿Qué cuenta el relato?, ¿Quién cuenta la historia?, ¿Quiénes son los personajes de la historia?

Aspectos narratológicos del relato

Aquí el énfasis está en quién narra y cómo narra. Este es un análisis del punto de vista desde donde se cuenta la historia. ¿Por qué empieza la historia así? ¿Por qué presta más atención a unas cosas que a otras? ¿Por qué hay cosas que no cuenta? Todas estas preguntas nos muestran que el punto de vista de quien nos cuenta la historia sesga la historia misma.

Como habrás visto en la figura 2, un relato es contado por una voz narrativa, también llamado narrador.

El narrador puede contar la historia:

  • Desde afuera de la historia (diégesis), como una voz, sin que sea un personaje. En este caso, se llama narrador heterodiegético porque está fuera de la diégesis. Un ejemplo sería Barba Azul, personaje del cuento de Charles Perrault.
  • Desde adentro de la historia, al mismo nivel de un personaje. En este caso, se llama narrador homodiegético. Este narrador puede ser el personaje principal, por ejemplo, cuando nos cuenta sus propia historia, como en El guardián entre el centeno de J. D. Salinger; o puede ser sólo un personaje secundario, como el narrador al inicio de Madame Bovary de Gustave Flaubert. 

Algunos modelos de análisis suelen distinguirlos con otros nombres: 

  • Narrador omnisciente: cuando es la voz que cuenta desde fuera y puede conocer todo. 
  • Narrador equisciente: cuando es un personaje y solo puede contar lo que sabe. 

Un narrador puede recurrir a diferentes estilos para contar de manera distinta las cosas: 

  • El estilo directo es cuando el narrador le cede la voz a los personajes. Esto suele distinguirse porque el texto abre con unas comillas o con un guión largo, señalando el diálogo del personaje.
  • El estilo indirecto es cuando el narrador habla en lugar de los personajes; se caracteriza por estar en tercera persona.
Estilo directoEstilo indirecto
Ella dijo:
–¿Por qué estás tan callado?
Ella le preguntó por qué estaba tan callado.

En este sentido, si analizamos un relato en función del narrador tendremos la siguiente clasificación:

Narrador homodiegéticoUn narrador-personaje que cuenta su propia historia: 

Narrador-Protagonista
————————–
Un narrador-personaje que cuenta una historia de otros personajes: 

Narrador-Personaje.
”El huésped” de Amparo Dávila

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”El Ojo Silva” de Roberto Bolaño
Narrador heterodiegéticoUn narrador que no es personaje, simplemente es una voz “neutral”, “anónima”: 

Narrador-Omnisciente
”El guardagujas” de Juan José Arreola

Análisis de personajes

Sin duda, cuando leemos una historia nos encontramos ante personajes que retienen nuestra atención. Algunos personajes son protagonistas porque su papel en la historia es fundamental. Otros personajes pueden considerarse como secundarios cuando juegan un rol que no es el principal.

Los personajes pueden ser analizados como si se trataran de personas: podemos analizar su comportamiento, su forma de ser, sus emociones. Al realizar la lectura de un texto literario debes tener en cuenta estos aspectos, pues finalmente la literatura es una forma de representar las pasiones humanas.

Imagen 3. “El anillo” de Elena Garro.

Este fragmento reproduce el inicio del cuento “El anillo” de Elena Garro. La narradora comienza hablando en plural “[Nosotros] siempre fuimos pobres” y se dirige a un “señor”. Al comenzar a hablar, entendemos que esta mujer ha encontrado un anillo dorado tirado en la calle. 

Desde el comienzo del texto comenzamos a plantearnos ciertas preguntas: ¿Quién es esta mujer?, ¿por qué dice que no se imaginó la desgracia que acarrearía tomar el anillo? Aunque apenas estamos en el comienzo del texto, observa cómo las primeras preguntas que nos hacemos para tratar de entender lo que estamos leyendo tienen que ver con estos dos elementos de los que venimos hablando: los personajes (¿Quiénes y cómo son?) y las acciones (¿Qué está ocurriendo?).

En torno a los personajes, podemos analizar los siguientes aspectos:

La forma de actuarLa forma de pensarLa forma de ser
El personaje de un relato lleva a cabo acciones. Pero, ¿por qué?

Si haces esta pregunta, estarás indagando sobre la motivación que tiene un personaje: ¿por qué robó?, ¿por qué huyó?, ¿por qué cometió el crimen?, ¿por qué…?

Como una especie de detective, analizar las acciones de los personajes te ayudará a entender la secuencia de acontecimientos.
A lo largo del relato podemos “escuchar” a los personajes hablando, expresándose y pensando en voz alta. 

Con frecuencia, estas partes del relato nos sirven para identificarnos con el personaje o todo lo contrario, para sentir un rechazo hacia tal o cual tipo de personaje.
Si te preguntas cómo piensa este personaje y qué ideas expresa en el relato, estarás analizando la mentalidad del personaje.

Como una especie de psicólogo, analizar las ideas expresadas de los personajes te ayudará a entender la motivación de su forma de actuar.
Un personaje no es sólo un conjunto de acciones y frases, también es una forma de ver y de vivir el mundo. 

Cuando un personaje llora, ríe, grita, huye, se alegra, etc., podemos apreciar una personalidad singular. En el fondo, por algo el escritor o escritora ha deseado crear a su personaje así. 

Si te preguntas por las emociones, los sentimientos, las pasiones (miedos, deseos, alegrías) del personaje y si lo relacionas poco a poco con todo lo demás, estarás llegando a una comprensión más completa del relato.

Podemos describir los personajes de muchas maneras: 

En la consigna que deberás realizar para esta clase, tendrás que analizar un relato. Reflexiona sobre qué elementos puedes analizar.

1. Comienza por resumir la fábula, tratando de rescatar los acontecimientos más esenciales del relato.
2. Analiza cómo está contada la historia: qué tipo de narrador tiene —si es personaje o no—.
3. Analiza los personajes: cómo es su forma de actuar, su forma de pensar, su forma de ser.

Conclusión

Como podrás ver, la narrativa tiene muchos lados por dónde analizarse, pero recordemos que no son todos, pues solo estamos revisando algunos aspectos básicos. 

La narrativa tiene una enorme complejidad porque, como dice Ricoeur, es la manera como comprendemos el tiempo: “El tiempo se hace humano en la medida en que se articula de un modo narrativo, y la narración alcanza su plena significación cuando se convierte en una condición de la existencia temporal” (en Compagnon, 2015, p. 155). Además, Northop Frye decía al respecto de la literatura que cuando un lector se pregunta qué va a pasar en esta historia tiende a imaginar los caminos posibles que podrá recorrer el relato.

Por lo pronto, ya has revisado las herramientas que te permitirán profundizar en la lectura crítica de la narrativa literaria. 

Ánimo, vas muy bien.

Referencias

  • Pimentel, L. A. (2002). El relato en perspectiva. México: Siglo XXI.
  • Barthes, R., Greimas, A. J., Eco, U., Gritti, J., Morin, V., Metz, C., Genette, G., Todorov, T. & Bremond, C. (2011). Análisis estructural del relato. México: Ed. Coyoacán.
  • Eco, U. (1993). Lector in fabula. La cooperación interpretativa en el texto narrativo. (3ra ed.). Barcelona: Lumen.
  • Zavala, Lauro (sel., intr. y notas). Teorías del cuento. 3vol. México: unam–Coordinación de Difusión Cultural/Dirección de Literatura, 2008.