Clase digital 4. Interpretación de textos narrativos

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Interpretación de textos narrativos

Introducción

Te doy nuevamente la bienvenida a la cuarta clase de la unidad de aprendizaje Taller de Lectura y Redacción II. 

Continuando con el tema de la narrativa, en esta ocasión abordaremos algunas estrategias para la interpretación de los textos. Para ello, te propongo descubrir algunos temas y autores de la literatura hispanoamericana, con la finalidad de poner en práctica tus competencias lectoras. La riqueza literaria de los países hispanoparlantes refleja la gran diversidad cultural: desde Ushuaia hasta Tijuana, e incluso más allá, encontramos relatos extraordinarios. Encontrarás estas lecturas en la Antología narrativa que se encuentra en los anexos de esta clase.

En esta clase trataremos de plantear algunas preguntas a los textos en torno al autor, a la intención, al sentido o significado del texto, a la forma del contenido, a la intertextualidad que hay en la obra, entre otras. Estas son cuestiones que una y otra vez es pertinente replantearse. Para ello, recuerda que en los anexos del curso encontrarás disponible una antología en la cual descubrirás cuentos breves y algunos fragmentos de novelas, de los cuales seguramente descubrirás alguno que sea de tu interés. 

Por último, revisaremos algunos aspectos del ensayo para que, en la práctica, realices una interpretación de un par de textos de la antología y con ello elabores dos ensayos.

Te invito a comenzar con el desarrollo de la clase.

Desarrollo del tema

Un relato es, según Aurora Pimentel, la construcción de un mundo de acción e interacción (1993, p. 10). Leer un texto literario implica entrar a ese mundo ficticio. Pero ese mundo no se agota en su ficción, tiende puentes más allá de sí: a otros textos, a múltiples referentes, a significados diversos. Al observar o analizar lo que ocurre en ese mundo, el lector observa y cuestiona también su propio mundo.

De acuerdo a Compagnon “hay algunas preguntas que se siguen planteando generación tras generación[…] En teoría, uno se pasa la vida tratando de sacar brillo a términos de uso corriente: literatura, autor, intención, sentido, interpretación, representación, contenido, fondo, valor, originalidad, historia , influencia, periodo, estilo, etc.” (2015, p. 16).

Estas preguntas nos van a servir como operadores de nuestra práctica lectora. ¿Cuáles son esas preguntas? Cuando realizamos una lectura podemos preguntarnos por el significado global del texto, pero también podemos hacer preguntas más específicas sobre elementos precisos. Por ejemplo: ¿Cómo entiendes este pasaje, esta escena? Muchas veces el texto prepara “el terreno” para que el lector llegue al momento específico de una acción muy importante, por ejemplo, el descubrimiento del crimen o del asesino.

De igual manera, como lo vimos previamente, podemos cuestionarnos los elementos que dentro del texto nos resultan “extraños” o “familiares”: extraños porque observamos que lo que pasa en el mundo de la ficción no que pasaría en el mundo real; familiares porque consideramos que eso que pasa en la ficción se asemeja a algo que, sabemos o sospechamos, pasa en el mundo real. Por ejemplo, en el cuento Chac Mool del escritor Carlos Fuentes una estatuilla cobra vida a través del agua. Ese extrañamiento no nos sorprende porque entendemos que forma parte del universo de ficción, pero es —claro está— un elemento importante del cual podemos hablar: ¿Qué es esa estatuilla?, ¿por qué el agua?, ¿Qué representa? En cambio, en ese mismo cuento, un personaje lee el diario de su compañero de trabajo quien ha muerto en circunstancias extrañas. Y este hecho tan simple es algo que fácilmente podemos relacionar con algo real, pues ¿Quién no querría comprender tan triste suceso?

Podemos plantear preguntas todavía más específicas a propósito de ciertas descripciones de lugares o de objetos concretos que en un relato van cobrando importancia a medida que se desarrolla la historia: ¿qué importancia tiene este objeto para los personajes?, ¿por qué el autor escogió precisamente este objeto?, ¿por qué el autor no nos dijo desde un inicio la importancia de este objeto? 

Vamos a tratar de ejemplificar esta estrategia de lectura con un texto. 

Antes de continuar, realiza la lectura del cuento que se titula “Anacleto Morones” del autor Juan Rulfo. Es el primer cuento que aparece en nuestra Antología narrativa, la cual se encuentra disponible en los anexos de esta clase.

Imagen 1. Portada del libro El llano en llamas de Juan Rulfo.

El primer paso que te propongo es que, una vez terminada la lectura, hagas un resumen breve de la historia. En este caso es como si respondiéramos a la pregunta: ¿de qué se trata el relato? Este resumen debe rescatar los personajes principales y las acciones más importantes en el orden en el que están contadas. Práctica y haz tu resumen.

En el cuento, el personaje Lucas Lucatero ve llegar a su casa un grupo de mujeres pertenecientes a la congregación del Niño Anacleto. Quieren llevarlo a que testimonie sobre Anacleto para que lo canonicen. Pero Lucas conoció a Anacleto y hasta estuvo casado con su hija, se niega a ir porque dice que en realidad Anacleto no era un santo como la gente piensa.

Hasta ahí el resumen —incompleto, porque es sólo un ejemplo— que nos permite ubicar lo esencial del relato. Ahora observa el siguiente esquema:

Figura 1. Análisis para el cuento “Anacleto Morones” de Juan Rulfo.

En el esquema anterior hemos anotado 6 elementos en torno a los cuales podemos tratar de analizar, aunque no son los únicos. La idea es guiarte en un proceso de interpretación del texto a partir de preguntas, como hemos dicho previamente, en el orden en el que hipotéticamente vamos tratando de comprender la historia.

Comencemos desde la parte superior. ¿Por qué Lucas dice que Anacleto no es un santo como las mujeres lo creen? ¿Qué sabe Lucas que las demás personas no saben? ¿Por qué las mujeres consideran al niño Anacleto como un santo? ¿Por qué, conforme van conversando, una por una cada mujer se ofende y se va retirando hasta quedar solo una con Lucas? Trata de elaborar tus respuestas.

En la parte media del esquema se indican “actitud” y “comportamiento”. En este caso, imagina que nos planteamos la siguiente pregunta ¿Qué tipo de persona se comporta así? Tal vez lo que vemos en los personajes nos puede llevar a imaginar lo que ocurre en la vida real: ¿hay personas que son capaces de hacer lo que hacen Anacleto, las mujeres y Lucas Lucatero? ¿Por qué y en qué circunstancias? Esta forma de leer es, en cierto modo, una especie de “alteración” de lo que el texto dice porque lo representado en la ficción puede entenderse como una representación de otra cosa.

Por último, en la parte inferior del esquema aparece dos veces un mismo objeto: el montoncito de piedras. Recordarás que en el comienzo del relato Lucas Lucatero dice: “Le eché una miradita al montón de piedras que tenía arrinconado en una esquina y le vi la figura de una sepultura. Entonces me puse a desparramarlas, tirándolas por todas partes, haciendo un reguero aquí y otro allá. Eran piedras de río, boludas, y las podía aventar lejos.” Cuando leemos esto, pareciera como una escena completamente sin importancia. Sin embargo, conforme vamos descubriendo el resto de la historia, entendemos que eso que leímos previamente no era pura casualidad. Entonces, Lucas dice lo siguiente: “Cuando oscureció, ella me ayudó a arreglarle la ramada a las gallinas y a juntar otra vez las piedras que yo había desparramado por todo el corral, arrinconándolas en el rincón donde habían estado antes. Ni se las malició que allí estaba enterrado Anacleto Morones.” Las piedras que al inicio no parecían tener importancia resultan ser nada más y nada menos que la tumba de Anacleto. Y entonces entendemos todo. Ahora, pregúntate ¿hay algún otro elemento del cuento que también sea importante? ¿Y por qué lo sería? 

En su libro Lector in fabula (1993) Umberto Eco explica que el texto permite la cooperación de su lector, porque a partir de la estructura que el autor ha diseñado y de los significados del lenguaje y otros códigos implicados en un texto, el lector va poniendo de su parte para darle un significado al texto en sus distintos niveles: durante el proceso de la lectura, nuestra mente hace hipótesis sobre el sentido de lo que estamos leyendo, deduciendo o infiriendo cómo debemos entender. El lector hace previsiones sobre lo que va a ocurrir en un relato y, a medida que lee, reformula su hipótesis.

Así, llegamos a una interpretación global del texto, cuando somos capaces de responder qué entendimos con esto. Pero fíjate cómo “esto” puede ser desde algo muy específico como “lo que hizo Lucas” hasta algo muy general como “lo que el autor quiso que entendiéramos”. Cabe precisar que esto último funciona como una pregunta operativa porque es difícil explicar con certeza qué quiso decir un autor. No obstante, nos lo imaginamos porque es una manera de darle coherencia al sentido de un texto.

Espero que este ejercicio que hemos realizado, aunque breve, te sea útil como una opción para tu proceso de lectura y de análisis.

Elaborando un ensayo sobre un texto literario

Obviamente, nuestro primer paso siempre debe ser la lectura del texto. Para ello, es importante que desees escribir sobre un texto de tu interés. ¿Qué relato te gustó más?

Tu ensayo en cierta forma es la respuesta a:

a) ¿Por qué X texto me parece interesante?  
b) ¿Por qué en el texto X el aspecto Y me parece interesante?

Ya sea que lo abordes desde lo general (opción a) o centrado en un aspecto en concreto (opción b), en el ensayo debes desarrollar una reflexión personal y argumentada.

Decimos que el ensayo es una reflexión personal, ya que a partir del texto literario (supongamos el cuento de Anacleto Morones) el yo-escritor quiere hablar de cómo las personas ingenuas terminan por ser engañadas muy fácilmente. Pero, ¿de dónde ha salido esto? Recuerda que la lectura debe llevarte a interpretar un significado más allá del texto mismo. De hecho, al hacerlo, ya tendrás un tema para tu ensayo.

Y recuerda que el ensayo es argumentado porque cuando el Yo-escritor dice “el cuento de «Anacleto Morones» nos habla de cómo las personas ingenuas terminan por ser engañadas muy fácilmente” va a argumentar por qué. Para argumentar este ejemplo, podemos citar el texto mismo o, simplemente, relacionar las partes del texto que nos permitan justificar nuestra reflexión.

Otra posibilidad es que, tras nuestra lectura de un texto, hagamos una relación con otra cosa distinta: otro texto, una película, una imagen, etc. En este caso, podemos plantear un ensayo comparando dos cosas (algo como “el texto A tiene en común estos aspectos con el texto B)”. O bien, es posible plantear en nuestro ensayo la posible conexión que hay entre dos textos (algo como “los personajes del texto A realizan lo mismo que los personajes del texto B”).

Te propongo revisar el siguiente video en torno a un concepto clave que puede complementar tus conocimientos. Se suele llamar de manera genérica intertextualidad a las relaciones que existen entre textos. En el video se explica desde la perspectiva de Gérard Genette, quien hace una descripción muy detallada para tratar de entender qué tipo de relaciones podemos identificar entre textos.

Si deseas profundizar más en el tema del ensayo, te invito a revisar el texto de una especialista en el tema: Liliana Weinberg. Su texto ¿Qué es el ensayo? puedes encontrarlo en la sección de anexos de esta clase.

Conclusión

Has llegado al final de esta clase. En ella hemos planteado una estrategia para el proceso de lectura, análisis e interpretación de un relato. Los elementos de análisis que revisaste en la clase previa son un punto de partida que se complementa desde esta perspectiva del “proceso de interpretación”. 

En realidad se ha tratado de una estrategia muy simple, centrada en la importancia de leer y cuestionar el texto. La idea clave que conviene retener es el cuestionamiento constante, es decir, plantearle preguntas al texto sobre sus personajes, sus acontecimientos, sus elementos relevantes, e incluso sus posibles conexiones con otros textos. 

Habrás observado que, al hacer el ejemplo con el cuento de Juan Rulfo, los elementos no se pueden entender desvinculados unos de otros, todo termina conectándose en la forma como entendemos el relato.

Referencias

  • Pimentel, L. A. (2002). El relato en perspectiva. México: Siglo XXI.
  • Barthes, R., Greimas, A. J., Eco, U., Gritti, J., Morin, V., Metz, C., Genette, G., Todorov, T. & Bremond, C. (2011). Análisis estructural del relato. México: Ed. Coyoacán.
  • Zavala, Lauro (sel., intr. y notas). Teorías del cuento. 3vol. México: unam–Coordinación de Difusión Cultural/Dirección de Literatura, 2008.