Clase digital 5. Narrativa y transmedia

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Narrativa y transmedia

Introducción

Bienvenido a la quinta clase de esta unidad de aprendizaje de Taller de Lectura y Redacción II.

Previamente hemos revisado algunos elementos de análisis tales como el tipo de narrador y los aspectos del personaje que se pueden comentar. Además, hemos revisado temas de la literatura, en particular con textos de la literatura mexicana. En esta ocasión cerraremos el tema de la narrativa con unas últimas reflexiones en torno a los tres ejes clave que hemos abordado: el autor, el mundo y el lector.

Asimismo, revisaremos algunas de las formas contemporáneas en que la narrativa literaria se fusiona con otros lenguajes discursivos. Seguramente identificarás alguna película basada en un libro, o bien una historieta/cómic y sus personajes. Pues bien, como lo verás en esta clase, la literatura también mantiene relaciones con otras formas discursivas, en particular con aquellas que también son narrativas.

La literatura, como se ha dicho, es un arte, pero también es un mercado: hoy en día, la industria literaria (novelas, cuentos, biografías, autobiografías, ensayos, reportajes, etc.) alimenta otras industrias como la cinematográfica o la televisiva. Las nuevas tecnologías de la comunicación han transformado la forma en cómo las personas consumen historias, por ello es importante que tengas también un panorama, aunque sea global, de estos cambios en la cultura. 

Así que te invito a comenzar con esta clase en la que revisaremos estas y otras cuestiones.

Desarrollo del tema

Al contar una historia, el narrador crea un mundo posible. La literatura es el espacio de la ficción donde incluso lo absurdo puede cobrar un significado. No obstante, uno de los principales dilemas es si estamos seguros de que comprendemos correctamente una obra literaria. Hay dos posturas: una que dice que el lector debe preguntarse qué quiso decir el autor y que, en la medida en que el lector rastrea la intención original del autor, podrá comprender mejor su significado; la segunda postura plantea que el lector tiene toda la libertad de interpretar un texto, es decir, se considera que “comprender” un texto consiste en interpretar su significado, sin importar si esta coincide o se aleja de lo que quiso decir el autor.

Como se mencionó en la clase anterior, podemos cuestionarnos sobre:

  • La historia y el orden en que se cuentan las cosas.
  • El narrador y el punto de vista desde donde se cuenta la historia.
  • Los personajes y los papeles que juegan en el desarrollo de la historia. 

Habría que añadir un aspecto más: cuando nos preguntamos por el significado que puede tener el texto como un todo. El teórico Antoine Compagnon propone una historia se comprenda de manera alegórica (2015). Lo que le pasa a un personaje se puede relacionar con lo que nosotros hemos pasado o nos podría pasar. Esta es una actualización del contenido de un texto. Al leer una novela interpretamos y damos un valor a las acciones, a los motivos y las decisiones de los personajes, a las consecuencias de los actos. Toma esto en consideración a la hora de hacer tus lecturas: el texto se vuelve relevante en la medida que el lector lo interpreta, lo actualiza, lo re-significa.

¿Qué relación hay entre la literatura y la realidad? ¿La literatura es sólo lenguaje, escritura como decía Roland Barthes? “Cada hombre comporta la forma entera de la condición humana” decía Montaigne (2007, p. 1202). La experiencia de un personaje novelesco vale por la experiencia de la condición humana. Naturalmente, el lector es como un cazador: observa las huellas y adivina la dirección por donde ha ido la presa. El mundo que la literatura nos representa no es idéntico ni es forzosamente una réplica del mundo real, pero tampoco debemos caer en el extremo de negar que la literatura pueda hablar del mundo. La literatura sí puede hablar del mundo. Erich Auerbach ha escrito en su libro Mímesis. La representación de la realidad en la literatura occidental cómo a través de los siglos los seres humanos han representado la complejidad del mundo a través de relatos, de héroes, villanos, dilemas, periplos, etc. 

La narrativa en el mundo contemporáneo

En la historia de la literatura la narrativa comenzó a adquirir una mayor relevancia conforme el libro, en tanto objeto, fue cada vez más fácil de elaborar y reproducir. Hoy en día, la producción literaria es mayoritariamente narrativa, basta con visitar una librería para constatar el espacio que ocupa la poesía, el teatro y otros tipos de libros en comparación con la novela. La novela se convirtió en el género literario más consumido. Tanto la invención del cine y la televisión como las más nuevas tecnologías digitales parecían amenazar el mercado literario, pues se creía que cada vez se leería menos, se comprarían menos libros y la lectura, en su forma más tradicional de un “texto-en-papel” cedería su lugar a los textos digitales. En realidad no ha sido así.

Desde luego, el número de personas que leen un libro es relativamente bajo en algunas culturas como la nuestra. La más reciente encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indica que los mexicanos leen en promedio 3.7 libros al año, según los datos que se pueden consultar en el siguiente link: Mexico – Módulo sobre Lectura (MOLEC) 2021, Datos correspondientes al mes de febrero (inegi.org.mx). No obstante, en términos globales, el mercado editorial está en pleno auge. Tan solo en Estados Unidos (el país con mayor índice de lectura) se generan más de 8 mil millones de dólares anuales por venta de libros impresos. (Ver datos: Global Books Market Size & Share Report, 2021-2028 (grandviewresearch.com)

Desde esta perspectiva económica, la industria del entretenimiento se alimenta de historias: novelas, cuentos, guiones, obras de teatro, biografías, etc. Y esta industria ha impulsado —para bien— a escritores y escritoras a expandir sus posibilidades creativas.

Existen otro tipo de formas narrativas que, más allá de la literatura tradicional, también son relatos con características similares a las que ya hemos analizado: una historia, unos personajes, etc. 

Veamos algunas de ellas. Estoy seguro de que las reconocerás con facilidad.

La historieta y sus variaciones

La combinación de texto y gráfico en forma de viñetas tiene un largo pasado. No obstante, podemos destacar que desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX se popularizan los personajes de caricaturas que solían aparecer en los periódicos, en una época en la que el medio de información por antonomasia era el papel. Según Vilches Fuentes (2014), es una forma narrativa mucho más “inmediata”: como si una historia quedará sintetizada a sus escenas más relevantes, mismas que son representadas en viñetas. 

En Estados Unidos los comic-book comienzan a comercializarse hacia 1934 en formato de cuadernillo de 17×26 centímetros.

Imagen 1. El cómic Krazy Kat.

El éxito del comic-book en Norteamérica es inmediato. En los mismos años en que se crea Superman, en Europa aparece Le Journal de Spirou (1938). Se trata de una caricatura que aparece por episodios y que, posteriormente, se recopila en un solo volumen. Este método de entregas primero y compilación después es la forma más común en que se comercializa en Europa. Tintin, personaje creado en 1929 por Hergé, se convierte en uno de los personajes más populares de la cultura francófona.

Imagen 2. Portada de Tintin.

En México, las primeras historietas aparecen también a la par que en Norteamérica, entre las cuales la primera en destacar es Pepín (1936), de donde se tomó la costumbre de llamar “pepines” a los “cómics”.

Te invito a que descubras algunas de las historietas antiguas de México que tiene digitalizadas la Hemeroteca Nacional en conjunto con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Aventura – Pepines. Catálogo de Historietas (unam.mx)

Imagen 3. La familia Burrón.

Si quieres profundizar sobre el tema de la historieta mexicana, puedes consultar el siguiente material audiovisual:

Conforme las historietas conquistan su público, también surgen propuestas que apuestan por historias mucho más complejas, elaboradas en volúmenes más extensos. La novela gráfica, término que se utiliza para distinguirlo de la historieta, sería un formato mucho más próximo a una novela tradicional: con un desarrollo más complejo tanto de los personajes como de sus argumentos. Por eso, se suele hacer esta distinción en que la novela gráfica desarrolla historias más maduras en oposición a la historieta o cómic, los cuales suelen estar dirigidos a un público más juvenil.

Imagen 4. Ejemplos de arte en novelas gráficas.

Revisa el siguiente video, en el que el escritor Rafael Pérez Gay nos habla acerca de la novela gráfica y las editoriales mexicanas que han apostado por este género.

La narrativa transmedia

¿Qué cosas en común tienen las novelas, las películas, las series de televisión, los videojuegos, los cómics , los mangas y las novelas gráficas? Todas ellas tienen un potencial narrativo que no se agota en una historia. Una vez creada, una narración da vida a personajes, lugares y situaciones que podrían seguir desarrollándose. Por ejemplo, es muy conocida la anécdota que ocurrió en torno al Quijote: Cervantes había publicado su novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha en 1605 y, unos años más tarde, cuál no sería la sorpresa de Miguel de Cervantes al descubrir que se había publicado una “segunda” parte de su novela… ¡publicada por otro autor! Cervantes no se queda de brazos cruzados y en 1615 publica la continuación de su novela, decidiendo matar al personaje para que no volviera a ocurrir otro plagio. 

Esto que le ocurrió al Quijote no fue para nada del agrado de su autor, pero nos muestra muy bien que, una vez inventado, el universo de ficción cobra vida más allá de la obra original en la que apareció. Esta posibilidad de “expandir” el universo de ficción se ha convertido en una verdadera mina de oro para la creatividad contemporánea. 

Hagamos una distinción: ha sido muy común, desde los orígenes del cine, que las obras literarias sean adaptadas a la pantalla (Georges Mélies hace, entre sus primeros filmes, adaptaciones de Fausto y de las obras de Jules Verne). Sin embargo, en estos casos lo que se hace es trasladar a un lenguaje cinematográfico una historia concreta.

La narrativa transmedia se distingue de una adaptación porque se separa de la historia original para darle continuidad, creando a su vez una historia subsidiaria. Dicho en otras palabras: crea una nueva historia dentro del mismo universo narrativo.

Carlos Scolari define la “narrativa transmedia” como: “Un tipo de relato donde la historia se despliega a través de múltiples medios y plataformas de comunicación, y en el cual una parte de los consumidores asume un rol activo en ese proceso de expansión” (2013, p. 93).

Esta narrativa transmedia se está desarrollando en gran medida gracias a las nuevas tecnologías y plataformas. Pongamos algunos ejemplos:
En 1905 Maurice Leblanc publica un relato titulado “L’Arrestation d’Arsène Lupin” dentro de la revista Je sais tout. Ese mismo año, Leblanc publica el libro Arsène Lupin, gentleman-cambrioleur, libro que se convierte en un éxito. El personaje de Arsène Lupin fue tan popular en Francia como lo fue Sherlock Holmes en Inglaterra. Takashi Morita, un creador de mangas japonés, elabora entre 2011 y 2012 su propia versión manga de Arsène Lupin. Todavía en esta versión manga, la historia del “caballero ladrón” eran adaptaciones de las novelas originales de Maurice Leblanc. Ahora bien, en 2021 aparece en Netflix la serie: Lupin, que no retoma al personaje de Arsène, sino que desarrolla la historia de un joven que, fanático de las novelas de Lupin, termina convirtiéndose en un “caballero ladrón” tal y como el personaje. No se trata de una adaptación como tal de la obra original, sino de una ampliación del universo, porque, aunque no se trata para nada de la misma historia, todo gira en torno al universo simbólico y narrativo del personaje Arsène Lupin.

Imagen 5. Ejemplos de narrativa transmedia: Lupin.
Imagen 6. Ejemplos de narrativa transmedia: Halo.

Otro ejemplo de esta transmedia lo tenemos en los videojuegos de role-play. Halo es un caso muy interesante de un videojuego que se basa en una narrativa —en torno al Master Chief y la guerra interestelar— que, versión tras versión, fue haciéndose cada vez más compleja hasta que pudo dar el brinco a otros formatos: novelas, novelas gráficas, comics, películas. Y, como en el caso de Lupin, las historias no son ni una adaptación de un formato a otro, ni una continuidad lineal de la historia, sino historias paralelas o derivadas que encajan en el mismo universo narrativo.

La narrativa transmedia está en diferentes “medias”: pueden ser novelas, cómics , plataformas de internet, campañas de marketing, etc. Y esta versatilidad es la que hace a este tipo de fenómenos tan interesantes de analizar porque se trata de un abanico muy amplio de contenidos que además permiten a los lectores interactuar de manera mucho más intensiva con la historia en cuestión.

A continuación, te invito a que consultes los dos videos que siguen. En el primero, algunos autores y productores transmedia explican un poco más acerca de este tipo de narrativa. En el segundo, hay una explicación de cómo funciona la transmedia a través de las tecnologías.

Conclusión

En esta clase hemos revisado que la narrativa no sólo puede encontrarse en la literatura, en forma de texto tradicional, sino que especialmente en las últimas décadas mantiene una estrecha relación con otros lenguajes como el gráfico o el cinematográfico. Más aún, hemos visto algunos ejemplos de una narración convencional que se amplía hacia otros formatos o plataformas. 

Como habrás podido constatar, este es un terreno muy fértil para profundizar en algún otro momento, pues la industria editorial, tanto como la del entretenimiento, generan experiencias únicas a lectores y espectadores.

Referencias

  • Scolari, Carlos A. Narrativas transmedia. Cuando todos los medios cuentan. Madrid: Planeta, 2013.
  • Jenkins, H., Ford, S. y Green J. (2015). Cultura transmedia. La creación de contenido y valor en una cultura en red. 2013. Barcelona: Gedisa.
  • Campalans, C. et al. (2014). Narrativas transmedia : entre teorías y prácticas. Editorial UOC.
  • Frontera, C. (2019). La narrativa transmedia: propuestas interactivas para trabajar en el aula. Buenos Aires, Editorial SB.