Actitudes
Introducción
Un factor que suele afectar nuestra toma de decisiones son las ideas y conductas que tenemos ya establecidas y que hacemos casi en automático.
Nos estamos refiriendo a las actitudes, esos juicios de valor que hacemos de manera casi automática ante diferentes situaciones o cosas. En la vida ordinaria nos permiten tomar decisiones rápidas de manera sencilla.
Las actitudes pueden ser tanto positivas como negativas. En esta clase haremos especial énfasis en los estereotipos y los prejuicios. Dado su potencial para afectar de forma negativa nuestras elecciones vocacionales.
Desarrollo del tema
Nuestras actitudes y la elección vocacional
El tema de las actitudes seguramente ya lo has revisado en otras materias. Por lo tanto, solo recordaremos algunos conceptos importantes al respecto.
Actitud: “Es un juicio evaluativo (bueno o malo) de un objetivo. Así una actitud representa la propensión favorable o negativa del individuo hacia el objetivo” (Worchel, Cooper, Goethals, & Olson, 2002, pág. 126).
En otras palabras, una actitud es una forma de reaccionar ante algo o ante alguien. En este caso a forma en la cual reaccionas tú o las personas que te rodean frente a la elección vocacional. Si observas con cuidado te darás cuenta de que, por ejemplo, hay carreras ante las cuales las personas tienen actitudes muy positivas y otras ante las cuales su opinión es negativa.
Las actitudes también nos ayudan a tomar decisiones de manera rápida en la vida cotidiana, lo cual no ahorra mucho tiempo y energía. Imagínate que tuvieras que estar analizado la información y reflexionando con mucho cuidado sobre cada una de las muchas decisiones que tomamos durante el día, ¡Sería abrumador!
De ahí que las actitudes sean muy útiles y prácticas. Gracias a las actitudes ya tenemos ciertas opiniones muy formadas respecto a lo que consideramos favorable o desfavorable para nosotros y para los otros.
¿Entonces, dónde está el problema? las actitudes no necesariamente se basan en información clara, completa y verdadera. Muchas veces se basan en ideas preconcebidas e incluso falsas. Y en ocasiones elegimos o rechazamos algo sin mayor fundamento. Emitimos juicios como: ¡Cualquier carrera, pero que no tenga matemáticas!; ¡Eso es para mujeres!, ¡Esa carrera no es para hombres!, etc.
En ocasiones las actitudes, sean positivas o negativas, se vuelven rígidas. Es decir, ya no reflexionamos sobre ellas, simplemente las aceptamos y las consideramos adecuadas sin darnos oportunidad de reflexionar sobre las mismas. Cuando una actitud se vuelve rígida decimos que se ha convertido en un estereotipo.
Existen muchos estereotipos aceptados socialmente y que afectan nuestro proyecto de vida. Ejemplos tenemos muchos:
- Si estudias X carrera vas a ganar mucho.
- Tal carrera sí es respetable.
- Esa carrera no es para mujeres respetables.
- Ese no es un buen trabajo.
- Deberías de trabajar en otra cosa que sea más respetable.
- Si estudias esa carrera te vas a morir de hambre.
- Etc.
Cuando un estereotipo es negativo se convierte en un prejuicio, los cuales siempre son negativos y siempre hacen daño. Cuando estamos eligiendo una carrera nos enfrentamos también a muchos prejuicios. ¿Identificas alguno?
¿Qué hacer cuando detectamos que estamos ante un estereotipo, ante un prejuicio? Para modificar nuestras actitudes, especialmente las negativas disponemos de algunas herramientas que nos pueden ayudar. Dialogar, estar abierto a escuchar, investigar y obtener información que sea veraz y completa son estrategias que nos pueden ayudar mucho.
Si te enfrentas a prejuicios propios o de las personas que te rodean, detente, busca información veraz, reflexiona y dialoga. Ten en cuenta que los prejuicios casi nunca se discuten, simplemente se aceptan como verdaderos, pero cuando se someten al análisis, reflexionamos sobre ellos y buscamos información veraz con la cual confrontarlos, de ordinario no soportan el proceso y poco a poco se van diluyendo.
Conclusión
Como hemos visto en la clase digital, cuando estamos en el proceso de elección vocacional debemos observar nuestras actitudes respecto al estudio, el trabajo, los oficios, etc. De manera especial debemos cuidar detectar los estereotipos y prejuicios que puedan estar influyendo en nuestra forma de elegir para poder enfrentarlos y modificarlos.
Una actitud negativa o fantasiosamente positiva ante una carrera puede complicarnos la construcción de nuestro proyecto de vida.
Debemos recordar que las mejores estrategias para romper los estereotipos y los prejuicios es la reflexión, el diálogo y la búsqueda de información veraz.
Fuentes de información
Worchel, S., Cooper, J., Goethals, G., & Olson, J. (2002). Psicología Social. México: Thomson.