Discriminación y violencia por motivos de género
Desarrollo del tema
La discriminación, en general, es un fenómeno social que da un trato de inferioridad a las personas o grupos por su origen étnico, nacional, religión, edad, género, opiniones, afiliación política, identidad y expresiones de género, orientaciones sexuales, condiciones de salud o discapacidad, estado civil, o cualquier otra cuestión, que vulnera la dignidad, los derechos humanos y las libertades de las personas (CNDH, 2012).
Ésta puede presentarse de distintas formas: (1) de hecho, cuando se da en las prácticas sociales o ante funcionarios; (2) de derecho, cuando las propias normas establecen criterios que discriminan o generan distinciones injustificadas; (3) directa, cuando se utiliza como factor de exclusión, de forma explícita; (4) indirecta, cuando se da por la apariencia neutra de señalamientos o criterios prohibidos; (5) por acción, cuando se discrimina mediante la realización de una conducta; (6) por omisión, cuando no se realiza alguna acción que busca evitar la discriminación; y (7) sistémica, cuando esta se dirige a ciertos grupos en particular a través de discriminación de hecho o de derecho (CNDH, 2012).
Es de resaltar que la constitución mexicana en su artículo primero, decreta: la prohibición de todo tipo de discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y que tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.
En este sentido, la discriminación por motivos de género se entiende, como aquel trato distinto hacia una persona, o personas, a causa del sexo, género, identidad de género, expresión de género u orientación sexual, que puede devenir de los prejuicios, estereotipos y roles de género.,
La discriminación por motivos de género afecta principalmente a mujeres y niñas, así como a las personas pertenecientes a las diversidades afectivas, sexuales y de género, quienes históricamente han visto restringidos sus derechos civiles, políticos y de acceso a la justicia.
Por otro lado, Según la Organización Mundial de la Salud, la violencia es el uso intencional del poder o la fuerza, tanto física como psicológica, como una amenaza o hechos de daños contra otras personas o hacia uno mismo, también se puede ser violento contra grupos de personas o comunidades, que cause o tenga probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.
En el caso de la violencia por motivos de género, la ONU (2010) lo define como :” a los actos dañinos dirigidos contra una persona o un grupo de personas en razón de su género. Tiene su origen en la desigualdad de género, el abuso de poder y la existencia de normas dañinas”.
Este término enfatiza en cómo las diferencias estructurales de poder basadas en el género colocan a las personas en situaciones de riesgo ante diversas formas de violencia, que puede presentarse en la vida pública y en la vida privada; uno de los problemas fundamentales es que suele ser invisibilizada y normalizada; y que se trata de una agresión que se ha vuelto cotidiana y común (SCJN, 2020).
Para que la violencia de género se produzca y reproduzca, confluyen una serie de factores familiares, culturales, raciales, sociales, económicos, políticos, comunitarios e institucionales, de manera que su entendimiento no puede ser monocausal. Reconocer la complejidad y los distintos factores que subyacen a la violencia de género, exige observar la multiplicidad de espacios o niveles relacionales en los que pueden producirse estas expresiones y dinámicas de violencia.
Particularmente, este tipo de violencia se manifiesta de manera desproporcionada en mujeres y niñas, teniendo como blanco de ella, también a hombres y niños. De igual manera el término describe la violencia dirigida contra las poblaciones LGBTQI+, respecto al uso de las normas de masculinidad/feminidad o de género.
Para abordar los fenómenos de discriminación y violencia, particularmente la generada por por motivos de género, se requiere la adopción de un enfoque integral y multidisciplinario que permita prevenir y atender la complicada tarea de crear familias, comunidades y Estados libres de su presencia.
Para con ello, propiciar la igualdad, la colaboración entre las personas; así como el respeto a la dignidad humana, teniendo los sistemas educativos y las instituciones la tarea primordial de promover el respeto propio, el respeto mutuo y la cooperación entre las personas.