Estudiante: David Cendejas Durán
Resumen
A raíz de la contingencia sanitaria, numerosas instituciones modificaron la forma en que se ofrecían los servicios educativos: de una educación remota de emergencia se pasó a modalidades que incorporaron la tecnología con madurez digital en distintos grados. Este artículo parte de una reflexión sobre el texto The state of the future education section, en donde se pronostica cómo puede ser el futuro de la educación de los próximos 40 años. Para llegar a conclusiones sólidas, ocurre un recorrido durante tres etapas: antes, durante la pandemia y después de la pandemia.
Palabras clave
COVID-19, educación remota, sistemas de gestión del aprendizaje, cultura digital
Introducción
La educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de personas y sociedades. Además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos (OCDE, 2009). La educación superior tiene una función adicional, que es la de formar a los profesionistas de todas las áreas del conocimiento, quienes se encargarán de resolver los problemas del mundo.
A lo largo de la historia han existido distintas corrientes ideológicas de cómo aprender y enseñar, contemplando el contexto en que se presentan cada una; en este sentido, la educación se encuentra en constante evolución. En la actualidad, los grandes avances tecnológicos han contribuido a que se tenga un mayor acceso a la información gracias a las tecnologías digitales y el Internet.
Recientemente, un hecho histórico que ha marcado a la humanidad es la pandemia provocada por el virus COVID-19, que obligó a una gran parte de la población mundial a trabajar de manera distante con el uso de las TICs para evitar contagios.
Se estima que, a raíz de esta cuarentena en México, más de 30 millones de alumnos de todos los niveles educativos presenciales dejaron de asistir a sus centros escolares por suspensión de clases (INEGI, 2021). Esto representó un verdadero reto para la educación, debido a que gran parte de la formación en México es presencial y no se cuenta con la adecuada infraestructura de telecomunicaciones y equipos de cómputo.
Esta situación permite hacer un análisis de la enseñanza-aprendizaje del antes, durante y después de la pandemia mismo, a partir de una reflexión sobre la lectura The state of the future, education section, en donde se pronostica cómo puede ser el futuro de la educación de los próximos 40 años.
Análisis de la educación
Antes de la pandemia
Antes de que existiera el virus COVID-19, la oferta educativa era principalmente presencial en las aulas e instalaciones de la mayoría de las instituciones educativas en el mundo y en particular en México, algunas ya utilizaban plataformas educativas en línea para ofrecer sistemas duales y como apoyo a las clases, también se encontraban cursos en línea y videotutoriales en Internet de prácticamente todas las áreas del conocimiento, independientes a las instituciones.
En 1960 se creó PLATO (siglas en inglés de Lógica Programada para Operaciones de Enseñanza Automatizadas), el primer LMS (Learning Management System o Sistema de Gestión de Aprendizaje) de la historia desarrollado en la Universidad de Illinois por el estadounidense Donald Bitzer que funcionaba inicialmente con computadoras de bulbos y tarjetas perforadas y posteriormente, pantalla monocromática mediante el lenguaje de programación TUTOR con el que se programaban las lecciones. Después de muchas actualizaciones y modificaciones dejó de operar en el año 2006, siendo utilizado en diversos centros educativos. Si bien este sistema ya es obsoleto, ha servido de base para el desarrollo de plataformas más completas y complejas como las que se utilizan hoy en día (Carrera M. & Peña M., 2022).
Con el uso del internet y su expansión en forma masiva, nuevas plataformas de aprendizaje se han desarrollado para dar apoyo en la educación, debido a que han demostrado ser recursos digitales muy útiles. Entre las más populares se encuentran Google Classroom, Moodle, Chamilo, Canvas, EdModo, Blackboard, Khan Academy entre muchas otras más. A pesar de sus bondades, no eran utilizadas de manera masiva debido en algunos casos por falta de equipamiento tecnológico, ignorancia de los docentes de su existencia, resistencia al cambio o no contar con las habilidades digitales adecuadas para su uso. En el caso de los gobiernos y de algunas instituciones educativas, pudo ser por no tener una visión más amplia de los beneficios que ofrecen y tomar la iniciativa de implementarlas invirtiendo los recursos necesarios.
Estas plataformas habían sido utilizadas principalmente como apoyo didáctico en algunas escuelas. Las escuelas privadas vieron un área de oportunidad al poder ofertar sus cursos de manera dual o únicamente en línea, lo cual es un atractivo para estudiantes foráneos y para los que trabajan, debido a la flexibilidad de horarios teniendo una gran ventaja sobre las escuelas oficiales al acaparar más estudiantes y hacer más eficientes los recursos educativos digitales al ser reutilizables.
Las dificultades presentadas eran prácticamente las mismas que en años previos, donde básicamente eran las adecuaciones de los planes y programas de estudio de acuerdo con las necesidades vigentes, el apoyo a estudiantes con rezago, capacitación a docentes y construcción de aulas para dar cabida a una mayor población de estudiantes.
Durante la pandemia
La pandemia del COVID-19 comenzó en China a finales del año 2019 y rápidamente se extendió a otras partes del mundo. En México, al sentirnos alejados de aquellas ciudades que presentaban ya problemas de salud, veíamos al problema un tanto ajeno, pero la situación se extendió rápidamente a inicios del año 2020, creando una pandemia para la cual la población mundial no se encontraba preparada por falta de conocimiento del virus y de vacunas que pudieran contrarrestar el daño. Esta situación provocó que de manera repentina las personas nos tuviéramos que aislar para trabajar y estudiar a distancia sin tener los elementos adecuados para hacerlo, creando severas afectaciones a la salud, economía y en la educación.
En general, sin una planeación adecuada y una deficiente estructura educativa digital, de manera urgente el sector educativo tuvo que adoptar los medios que estaban a su alcance como: WhatsApp, Facebook, correo electrónico, Skype, plataformas digitales, etc. para trabajar a distancia. Los docentes tuvieron que adaptar los contenidos, actividades y evaluaciones a entornos digitales en donde se presentaron grandes problemas precisamente por falta de una cultura digital, entre otros. Los estudiantes tuvieron que adaptarse a los medios que utilizaron los docentes también con grandes dificultades, porque no existía un sistema uniformado de herramientas digitales para la educación.
Además de las plataformas educativas en línea, las videollamadas fueron un gran apoyo para tratar de remediar esta terrible situación, teniendo la posibilidad de tomar las clases en tiempo real cada uno desde sus respectivas casas.
Las autoridades educativas se apresuraron para buscar formas más eficientes de trabajar usando las plataformas de aprendizaje en línea que por años estuvieron esperando su aprovechamiento, por lo que se fueron digitalizando paulatinamente y de manera improvisada las Unidades de Aprendizaje, eligiendo las de su preferencia para estandarizar la forma de trabajar. Esta adaptación requirió inversiones económicas y planeaciones distintas, donde no todas las instituciones y actores involucrados tenían la capacidad de incorporarse. Por estos motivos, el sector salud apresuró la creación de vacunas que se aplicaron de manera paulatina a la población.
Algunas dificultades presentadas fueron la insuficiencia de infraestructura tecnológica. Los equipos de comunicación como los teléfonos inteligentes o computadoras no eran suficientes para toda una familia donde tenían que compartir el uso de estos, la dependencia de la conexión a Internet, la falta de espacios exclusivos en las casas para trabajar, los distractores como el ruido exterior, las Apps de los teléfonos y redes sociales, etc.
Todas estas situaciones provocaron inicialmente deserción de estudiantes y hasta docentes; posteriormente se produjo rezago en los aprendizajes de estudiantes, debido a la falta de claridad para comprender los temas, sumado a que algunos adoptaron malos hábitos como no atender las indicaciones de los docentes dejando sus equipos encendidos pero desatendidos, plagio en las actividades y apatía.
Montiel (2020) menciona en su artículo “Retos y beneficios de la educación a distancia” que algunos de los retos de la educación en línea son las nuevas formas de interacción entre escuelas, profesores y alumnos con recursos didácticos, que no sólo impliquen mirar una pantalla, sino mantener una comunicación efectiva y una interacción significativa.
Después de la pandemia
En el segundo semestre del año 2021, una vez que el índice de contagios fue decreciendo, se adoptaron otras formas de trabajar, como la modalidad híbrida, en donde se atendía a una parte de los estudiantes de forma presencial y otro grupo de manera remota simultáneamente. En este periodo las plataformas digitales todavía se siguieron utilizando como medio para alojar los recursos didácticos digitales y las evidencias de actividades.
Las escuelas fueron equipadas con filtros sanitarios, el uso del cubrebocas era obligatorio, algunas instalaciones fueron modificadas para permitir la libre ventilación de las aulas y se mantenía la sana distancia de 1.5 metros entre individuos (Gobierno de México, 2020), así como la aplicación de los protocolos en materia de salud para evitar los contagios del virus COVID-19 (UNAM, 2020).
Fue hasta el segundo semestre del año 2022 cuando en la mayoría de las escuelas en México se regresó de manera 100% presencial. Los filtros sanitarios se mantienen, aunque su uso fue disminuyendo, el cubrebocas fue paulatinamente dejando de usarse para ser utilizado como una recomendación en espacios cerrados y no obligatorio en espacios abiertos, se eliminó la sana distancia en las aulas con su cupo normal; las plataformas educativas se usan de manera opcional, algunos docentes vuelven a utilizar los métodos de enseñanza que tenían antes de la pandemia y otros adoptan las plataformas de aprendizaje en línea como un apoyo a su práctica docente.
La forma de trabajar híbrida resultó, desde mi punto de vista, todavía más compleja debido a que nuevamente se tuvieron que adaptar las actividades y se seguía con las deficiencias tecnológicas suficientes, además de la dificultad que los docentes pudieran atender adecuadamente a ambas partes. La pandemia trajo consigo graves retrasos a los estudiantes en sus conocimientos y hábitos ya que, a decir de ellos mismos, no atendían sus responsabilidades con sus maestros. La disciplina ha sido un verdadero reto, pues en ocasiones no se atienden las indicaciones de los docentes y los estudiantes distraen su atención de las actividades en el salón de clases.
El futuro de la educación mediante la tecnología
De acuerdo con el artículo The state of the future publicado por la fundación Dubai Future Academy y el Gobierno de Dubai (2017), diversos expertos e investigadores exponen su experiencia al analizar cómo el uso de las tecnologías puede beneficiar a la humanidad haciendo predicciones sobre cómo aprovecharlas en el futuro. Menciona que, así como las personas deben tener habilidades de lectura, escritura y aritmética para hacer frente a las necesidades del mundo actual, el uso de las ciencias computacionales implica que las personas tengan habilidades en este campo, no únicamente utilizarlas sino sabiendo cómo realizar programas.
El uso de nuevas tecnologías permite, por ejemplo, que se realicen capacitaciones sobre el funcionamiento de una turbina de un avión por medio de la realidad virtual, con hologramas en 3D mejorando el aprendizaje y reduciendo costos.
En una visión futurista, desde ahora hasta el año 2059, se contempla que los salones de clases desaparecerían, pues los estudiantes tendrán al alcance de su mano la información con realidad virtual, profesores robots que respondan a las preguntas más comunes, acceso libre a toda la información científica, aplicaciones que muestren en tiempo real el progreso del aprendizaje, implantes en el cerebro humano con nanorobots que permitan retener y recuperar información e incluso hablar y entender distintos idiomas, fármacos que optimicen al cerebro e incluso mapas del cerebro que indiquen su comportamiento al aprender identificando cómo funciona mejor e incluso una conexión directa hombre – máquina.
Los estudiantes del siglo XXI se caracterizan por buscar los conocimientos de acuerdo con sus intereses, no buscan necesariamente una formación lineal estructurada como lo hacen las instituciones oficiales, aunque les resulta atractivo contar con un grado académico oficial. En este sentido, buscan alternativas que les ayuden a complementar sus conocimientos y aprender a lo largo de la vida. Bajo estas necesidades, se encuentran en Internet una gran cantidad de sitios web tanto gratuitos como de paga que son ofertados también por instituciones públicas y privadas con cursos de formación continua que son de gran utilidad.
Una vez que muchas instituciones educativas han visto los beneficios de las plataformas educativas en línea, el uso de las tecnologías digitales y han hecho inversiones en la digitalización de las UDAs, infraestructura de telecomunicaciones y equipos de cómputo, han optado por agregar a su oferta educativa la educación en línea o híbrida. Para esto es necesario que los docentes adquieran las competencias adecuadas para tener una cultura digital y se capaciten para poder aprovechar los recursos tecnológicos digitales.
Conclusiones
De acuerdo con el pronóstico de la lectura The state of the future, education section, me resulta de gran interés saber lo que el humano es capaz de crear, pero a la vez me aterra conocer que es capaz de realizar experimentos que no siempre dan los resultados deseados.
Considero que el pronóstico sobre el escenario educativo no es acertado en el sentido de que los docentes lleguemos a desaparecer, esto porque nuestra función no sólo es la de transmitir conocimientos, sino la de formar estudiantes que requieren de la interacción social para convivir, aprender y relacionarse.
La pandemia trajo consigo un reflejo de lo que es el mundo actual: grandes diferencias económicas y culturales entre países que evidenciaron la manera en que cada uno ha enfrentado esta etapa. En el caso de la educación es lo mismo, de acuerdo con su capacidad económica y visión de cada país han implementado lo que les resulte más factible.
Desde mi punto de vista no era necesario que llegara una pandemia para que instituciones y docentes adoptáramos una cultura digital, pues mucho tiempo atrás se tenía el conocimiento de las plataformas educativas digitales; en lo personal, yo utilizo las desde hace más de 8 años y me facilitan organizar los tiempos, actividades, compartir recursos, realizar evaluaciones y hacer repasos con los estudiantes quienes también han visto beneficios al tener la información bien dosificada y estructurada.
Para que los estudiantes estén preparados frente a los retos del mundo actual es necesario que los docentes lo estemos también, por lo que es imperativa una formación permanente de actualización como lo comenta Ronald Taylor en su libro Estudiantes excepcionales: Formación para maestros para el siglo XXI (2009).
Será de gran importancia fortalecer los conocimientos que ya tenemos, conocer nuevas tendencias en la educación y aprender de la experiencia de docentes y maestros pares.