Combatiendo la desinformación y la información errónea
Introducción
Te doy la bienvenida a la segunda clase de nuestro curso, en ella vamos a introducir el concepto de Alfabetización Mediática e Informacional (AMI) para contribuir al entendimiento de las noticias como un medio para detectar el “desorden de la información” en mensajes obvios y subliminales.
AMI es un concepto sombrilla utilizado por la UNESCO para enfatizar la interrelación de competencias con respecto a la información en general y, en particular, los medios. Estas cubren la alfabetización en derechos humanos, alfabetización en noticias, alfabetización publicitaria, alfabetización informática, comprensión de la “economía de la atención”, alfabetización intercultural, alfabetización en privacidad, etc.
Por lo anterior, en esta clase se busca crear conciencia sobre la importancia de la AMI para combatir la información errónea y la desinformación. Esto incluye el uso de la capacidad de pensamiento crítico para detectar las “noticias” que han sido fabricadas.
Sin otro particular, regresemos al trabajo.
Desarrollo del tema
La AMI es cada vez más una habilidad esencial en la vida necesaria para saber qué está co-moldeando nuestra identidad y cómo uno puede navegar por la niebla de la información y evitar las minas ocultas dentro la neblina. La AMI informa nuestro consumo, producción, descubrimiento, evaluación e intercambio de información y nuestra comprensión de nosotros mismos y de los demás en la sociedad de la información.
La alfabetización en noticias es la capacidad más específica para comprender el lenguaje y las convenciones de la noticia como género y para reconocer cómo estas características pueden ser explotadas con mala intención. Sin embargo, a pesar de su importancia, es poco probable que, por sí sola, produzca total resiliencia a la desinformación disfrazada de noticias. Por consiguiente, la AMI también necesita crear conciencia entre las personas sobre cómo ellas responden al contenido de las noticias y su predisposición para dar o no crédito a la información, incluso independientemente de las características del género.
Por consiguiente, la AMI deberá, en el fondo, ayudar a los individuos a comprender su propia identidad: quiénes son, en quiénes se están convirtiendo y cómo esto afecta su relación con las noticias y otros tipos de comunicación.
La desinformación disfrazada de noticias que emanó de las elecciones de EE. UU., Francia, Kenia y Alemania en el 2016 y 2017 es solo la punta del iceberg de una gran cantidad de desafíos de información para las sociedades, aunque tal vez con la mayor consecuencia potencial. Considera, no obstante, que los usuarios de las estaciones de televisión y las redes sociales de todo el mundo rastrearon en tiempo real un milagro en México en 2017, cuando rescatistas intentaron liberar a una colegiala, #FridaSofía, atrapada en los escombros después del terremoto, solo para descubrir que ella no existía. La historia era falsa, aunque quizás no se trataba de un caso de falsificación deliberada. Sin embargo, el periodismo debe evitar tanto la equivocación como la falsificación. No toda falsedad en las noticias supone “noticias falsas” en el sentido de la desinformación, pero ambas son problemáticas para la capacidad de la sociedad de comprender el mundo.
Los usuarios de las noticias necesitan, en general, una sofisticada alfabetización mediática e informacional, pero también cierto grado de comprensión filosófica. Por ejemplo, deberían comprender que la noticia auténtica no constituye la “verdad” completa (que es algo a lo que solo podemos aproximarnos en las interacciones humanas entre unos y otros a través del tiempo). La observación de ballenas y tiburones en piscinas o patios traseros de casas después de huracanes y otros improbables efectos secundarios de desastres naturales cubiertos por los medios de comunicación ruegan por la pregunta: ¿es verdad? La noticia que falla en cumplir con su respeto implícito por los hechos verificados puede ser el resultado de reportes chapuceros y procesos de publicación inadecuados, pero también puede ser deliberadamente engañosa y, por consiguiente, fraudulenta. Se necesita la AMI para descifrar la diferencia y reconocer cómo tales casos se comparan con noticias profesionales y éticas.
El camino es largo. Los crecientes niveles de discursos de odio, xenofobia y ataques contra personas refugiadas o de “otras” religiones, etnias y color de la piel, basados en estereotipos abastecidos por estadísticas inventadas, retórica populista y reportes de medios engañosos que no cumplen con los estándares del periodismo, se suman a la mezcla tóxica que la AMI necesita contrarrestar. Esto se volverá aún más complicado rápidamente, a medida que los programas de computación que utilizan la inteligencia artificial (IA) se usen para crear simulaciones de personas en videos y/o reportes de audio falsos que no tienen base en la verdad.
Por lo tanto, resulta indispensable pensar críticamente sobre lo que se oye y ve, desde la conversación más simple hasta las noticias más difundidas en las plataformas multimediáticas (tradicional y digital). En este enfoque, el pensamiento crítico incluye:
- Curiosidad sobre una amplia gama de temas
- Preocupación por convertirse en y mantenerse como una persona bien informada
- Estar alerta a las oportunidades para usar el pensamiento crítico
- Confianza en los procesos de cuestionamiento razonado
- Autoconfianza en nuestra propia capacidad para razonar
- Mente abierta con respecto a visiones mundiales divergentes
- Flexibilidad al considerar alternativas y opiniones
- Comprensión de las opiniones de otras personas
- Imparcialidad al evaluar
- Reconocer y afrontar con honestidad nuestra propia parcialidad, prejuicio estereotipo o tendencia egocéntrica
- Prudencia al suspender, hacer o alterar juicios
- Disposición a reconsiderar y revisar puntos de vista cuando la reflexión honesta sugiere que el cambio está justificado
Según varios estudios, en muchas partes del mundo, el uso que hacen los jóvenes de los dispositivos móviles significa que obtienen la mayoría de las noticias por medio de estos equipos vía las aplicaciones de chat, redes sociales y, ocasionalmente, sitios web y blogs de medios tradicionales. En muchos de estos medios o plataformas, hay pocas o ninguna herramienta para marcar qué es periodismo de buena reputación y qué es reportaje aficionado, mucho menos qué es desinformación.
Otro asunto es cómo las plataformas tratan las noticias. Para Facebook, por mucho la mayor plataforma social, “…el periodismo ha sido un dolor de cabeza desde el primer día. Ahora, empantanado con el problema insoluble de las noticias falsas y las malas relaciones públicas, está claro que Facebook gradualmente se desligará de las noticias”, argumenta Frederic Filloux. Cómo resultará eso está por verse. Algunas organizaciones de noticias se sentirían decepcionadas si se cierra el espacio, alegando que sus audiencias se verían afectadas, ya que Facebook ha sido el conducto para usuarios que dependen de la plataforma de redes sociales para mantenerse al tanto de los eventos. Pero algunos defensores de la AMI esperan que tal movimiento conlleve a la juventud consumidora de noticias a expandir sus horizontes en busca de lo que está sucediendo en el mundo que le rodea y a no confiar completamente en las redes sociales, con la información contaminada que se les suministra sin esfuerzo mediante sus dispositivos eternamente encendidos.
Al mismo tiempo, hay algunas sugerencias de que Facebook podría incluso entrar en la producción de noticias y competir con los actores de los medios existentes.
La AMI también puede ser una herramienta para combatir los estereotipos y promover la comunicación transcultural, siendo el multilingüismo un factor significativo para lograr ese objetivo. Varios actores han contribuido al esfuerzo de la AMI y se pueden encontrar buenos recursos en el sitio web de la UNESCO, pero aún queda mucho por hacer a través de los planes de estudio, y en la práctica, para aliviar el golpe de la desinformación y la información errónea.
Por lo tanto, existen temas que son vitales seguir explorando a fin de impactar positivamente en la AMI, por ejemplo, se podría ayudar a las personas a revisar su tendencia a buscar superficialmente en Google para obtener información, iniciando búsquedas más profundas en línea e incluyendo funciones de búsqueda avanzada y verificación cruzada de múltiples fuentes de información. También se podría ayudar a comprender el valor de las bibliotecas y el personal bibliotecario en el desarrollo de capacidades para la búsqueda y evaluación de la información.
Las palabras de Rouba El Helou, profesor e investigador de medios de la Universidad de Notre Dame del Líbano, son útiles para considerar la importancia de esta clase: “Lograr que las personas desarrollen la capacidad necesaria para decodificar diversos mensajes es una lucha continua a la que deben unirse los educadores de medios y periodistas. La Alfabetización Mediática ayuda a las personas a encontrar un equilibrio entre la confianza en las fuentes de noticias y la sospecha necesaria para cuestionarlas”.
Conclusión
Espero que esta clase te haya gustado, es importante recordar los siguientes puntos clave de la misma:
- Resaltar la importancia de adquirir las alfabetizaciones necesarias y las habilidades relacionadas para comprender el periodismo (y varias variantes de periodismo) y, al mismo tiempo, detectar tanto el periodismo defectuoso como las noticias fraudulentas en los diversos medios.
- Equipar a las personas con las capacidades para analizar su consumo de noticias en todo el espectro de los medios y para ver lo fácil que es producir desinformación.
- Promover en las personas a que desarrollen un escepticismo saludable en relación con toda la información que consumen y cómo sopesar la veracidad de los informes, publicaciones, fuentes, fotos, videos, contenido de audio, infografías y estadísticas dentro de los contextos adecuados.
Ánimo, vas muy bien; ahora te pido que, para continuar con el término de la clase, realices y mandes la tarea asignada.
¡Te deseo el mejor de los éxitos!