Clase digital 8. Estereotipos culturales

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Estereotipos culturales

Introducción

¡Hola!

Es un placer encontrarte, espero que sigas gozando de una excelente salud y tengas buen ánimo por aprender cosas nuevas de este curso, por ello te invito a la octava clase donde aprenderás un tema relevante para tu educación.

El propósito de esta sesión es analizar el tema de los estereotipos culturales y el impacto que pueden tener en la construcción de la gente y las culturas. Los estereotipos culturales son un tema complejo porque la mayoría de las veces los estereotipos se dan por sentados sin cuestionar o evaluar su exactitud.

En esta lección se discutirá que su uso es normal, sin embargo, pueden tener una connotación tanto positiva como negativa.

Sin más que agregar, comencemos la clase.

Desarrollo del tema

Iniciamos la sesión revisando la definición ofrecida por el psicólogo Schneider de Estereotipos:

La palabra estereotipo proviene de la conjunción de dos palabras griegas: “estéreos”, que significa «sólido» y “tipos” que significa «la marca de un golpe» o «un modelo»; los estereotipos se refieren a “modelos sólidos” (Schneider, 2004, p. 8)

De acuerdo al autor, el término puede tener dos connotaciones: rigidez y duplicación/igualdad. El psicólogo Schneider (2004), hace una distinción importante sobre los estereotipos que se refiere a la diferencia entre los estereotipos como un «proceso» y los estereotipos como «contenido«.

“Contenido” o “Proceso”

La investigación sobre estereotipos llevada a cabo en el siglo XX pasó de una fase inicial que estudiaba el contenido de los estereotipos, el contenido refiriéndose a la atribución de rasgos asociados a un grupo, para  posteriormente estudiar los procesos cognitivos a que hay lugar en su uso. En otras palabras, el proceso mental de cómo los individuos conceptualizaban la información (esto se refiere a la psicología social que se describe en la siguiente diapositiva). 

Por lo tanto, las percepciones de los estereotipos como proceso reemplazaron los estereotipos como contenido.

Estereotipos como proceso

Cognición social y psicología social

Desde la teoría de la COGNICIÓN SOCIAL, los estereotipos son vistos como “simples generalizaciones”, mientras que en la PSICOLOGÍA SOCIAL se «enfatiza el papel de las estructuras de conocimiento abstracto en el procesamiento de información acerca de los Otros» (Schneider, 2004, p. 8). El interés de la psicología social era estudiar la discriminación, i.e. la discriminación de género, por lo que «la psicología del prejuicio era clave» (ibid. p. 13). En otras palabras, ¿qué sucede en la mente cuando los individuos intentan dar sentido a la información sobre los demás, ej. Los franceses. 

Entonces pues, los estereotipos pueden tomar la forma de simples generalizaciones sobre grupos de personas. Los individuos utilizan este tipo de generalización de forma ordinaria. Desde la perspectiva de Schneider, no es claro de qué manera los estereotipos difieren de ser una forma habitual de generalizaciones, o si estos pueden o deben evitarse. El autor dice:

Para renunciar a nuestra capacidad de formar estereotipos, probablemente tendríamos que renunciar a nuestra capacidad de generalizar, y eso es algo que ningún individuo debería estar dispuesto a hacer. La capacidad de generalizar es una capacidad cognitiva central que está bien instituida en el cerebro

Schneider, 2004, p. 8

Para Schneider, este tipo de generalización es pues una parte integral de nuestra vida cotidiana. Los estereotipos no se pueden separar fácilmente de las formas más normales de pensar sobre las personas u objetos:

[…]los estereotipos como un proceso cognitivo, se pueden considerar como algo que se hace por costumbre. Los estereotipos son simplemente generalizaciones sobre grupos de personas, y como tales son similares a las generalizaciones sobre perros, computadoras, […] autobuses urbanos o las sonatas para piano de Beethoven. Los estereotipos los activamos porque son útiles

2004, p. 562

Si tomo el autobús…

Por ejemplo, las generalizaciones, derivadas del conocimiento general que tenemos sobre los autobuses, nos permiten conocer y predecir cómo funciona el servicio de autobuses, qué puede esperarse cuando se está en un autobús, etc. Dichos estereotipos pueden ser utilizados cuando vamos a un lugar nuevo y diferente y, nos será de utilidad pues sabremos qué esperar. Ejemplo:

El autobús funciona por sistemas de rutas y paradas específicas. Tiene un horario, ¿cada media hora, o a la hora? ¿Llega a tiempo el autobús? ¿Debo salir más temprano si voy a ir en autobús? ¿Debo traer cambio para pagar el autobús? ¿Qué puedo esperar si pago con un billete de 500 pesos?

Nachbar y Lause (1992), también son de la opinión de que a veces es valioso crear clasificaciones de individuos:

[…] el término» estudiante de nuevo ingreso «en los campus universitarios nos recuerda la imagen popular de un recién llegado bastante ingenuo que no está familiarizado con la vida social e intelectual de un campus. Por supuesto, muchos estudiantes de primer año no encajan en esta imagen reducida. Sin embargo, el estereotipo del estudiante de primer año tiene el propósito de alentar a los profesores a construir cursos introductorios para aquellos que no tienen experiencia en el tema y también alienta a las fraternidades y hermandades de enlace de organizaciones sociales del campus a patrocinar actividades grupales planeadas especialmente para los recién llegados al campus

Nachbar y Lause, 1992, p. 238

Adler (2001), aboga por una visión similar de los estereotipos, y reconoce que, al igual que cualquier otra forma de categorización, estos pueden ser útiles o perjudiciales, según la manera en que sean utilizados. La autora nos dice que “cuando los estereotipos son efectivos permiten que las personas entiendan y actúen de manera apropiada en situaciones nuevas». (p. 77)
Desde esta perspectiva, Adler afirma que los estereotipos pueden ser útiles si son:

  1. Utilizados de manera consciente. Las personas deben ser conscientes de que están describiendo una norma de grupo en lugar de las características de un individuo específico.
  2. Descriptivo en lugar de evaluativo. El estereotipo debe describir cómo será probablemente la gente de este grupo y no evaluar o juzgar a la gente como buena o mala.
  3. Es exacto. El estereotipo debe describir con precisión “la norma” del grupo al que pertenece la persona.
  4. Ser la primera y más acertada suposición sobre un grupo posterior a la adquisición de información sobre la persona o personas involucradas específicas.
  5. Ser modificado con base a la observación continúa y la experiencia con las personas y situaciones reales.

Basu y Weibull (2003) y Scollon et al. (2012), sugieren que «debe tenerse en mente que ningún miembro individual de un grupo encarna todas las características de su grupo». (p. 273)

Además, la comparación de grupos «siempre debe considerar tanto las semejanzas como las diferencias y deben basarse en más que una simple dimensión de contraste» (ibid. p. 273).

Spencer-Oatey y Franklin (2009) advierten que incluso si se encuentra que un estereotipo es preciso, hay que tener en cuenta dos cosas:

  • que los estereotipos están sujetos a cambios; no son de carácter fijo o estático, y
  • que las personas pueden diferir en sus evaluaciones (positivas o negativas) de un estereotipo dado.

Estereotipos: ¿Son buenos o malos?

Schneider no niega que «existen estereotipos negativos, falsos e injustos» (2004, p. 19). En su opinión, una de las razones por las cuales los estereotipos han sido considerados como negativos en la literatura es porque son el resultado de procesos de razonamiento incorrectos: «por lo general, se basan en información insuficiente […]” (ibid. p. 20).

Otra razón para una evaluación negativa en la literatura es que «dado que los estereotipos a menudo son utilizados agresivamente por personas con prejuicios, esto lleva a asumir que los estereotipos son pues impulsados por prejuicios» (ibid.).

Como se puede observar en esta discusión, el uso de los estereotipos involucra una valoración más compleja de lo que normalmente se concibe cuando un individuo hace una generalización de una persona o grupo.

Adicionalmente como se ha visto, su uso no necesariamente debe ser percibido como un prejuicio, y a su vez, esto no quiere decir que un estereotipo no pueda ser utilizado con desdén o prejuicio. Sin embargo, en la interacción social, los individuos pueden darse cuenta y percibir la manera en que ha sido utilizado. Y esta capacidad del individuo es importante reconocerla.

Prejuicio y Otredad

Sin embargo, el hecho de que los estereotipos a menudo están infectados por prejuicios, lo cual puede llevar a la Otredad (Othering), es lo que hace a Holliday et al. a rechazar la idea de que los estereotipos sean útiles (2010, pp. 25-27).

Los autores sostienen que las personas no se comportan de manera suficientemente racional en la convivencia intercultural para poder «manejar» los estereotipos objetivamente. Desde su punto de vista, los individuos podrían fácilmente formar estereotipos que pueden predefinir cómo es la gente, y hasta “podemos imaginar y redificar» culturas” (ibid. p. 26).

REDIFICACIÓN significa «imaginar que algo es real cuando no lo es. De ahí nace el esencialismo” (ibid. p. 26) argumenta el autor. De acuerdo a Holliday, hay tan solo un pequeño paso que puede llevarnos del ESENCIALISMO al culturismo.

El CULTURISMO es similar en la construcción al racismo o al sexismo, ya que «las características de imagen de la ‘cultura’ se utilizan para definir a la persona» (ibid. p. 27). Las características creadas sobre la imagen del «Otro” (extranjero) pueden variar desde la etnia, religión, alineación política, clase, casta o género, sin embargo, siguen siendo proyecciones negativas que se crean alrededor de estas características.

Otredad

Respecto a la »Otredad (“Othering”) este es un proceso crudamente reductor que atribuye una identidad superior imaginada al Yo y una identidad inferior imaginada al Otro: existe una tendencia general entre los individuos y las comunidades a retratarse a sí mismos como teniendo una identidad que es deseable y desarrollada, y por el contrario, presenta la identidad de las personas que son diferentes ya sea racial, étnica o lingüísticamente como indeseables y deficientes. En la mayoría de los casos, el diferencial de poder está involucrado en el proceso, en particular la ‘otredad cultural’ (Kumaravadivelu, 2008, p. 16). La Otredad es un proceso reduccionista del Otro, que posiciona al Yo como superior.

De lo Individual a lo Cultural

Kumaravadivelu citando a Guest:

Cuando interactuamos con personas de nuestra propia cultura, tendemos a no «culturizar «. Es decir, no buscamos explicaciones culturales para interpretar su comportamiento. Más bien, les atribuimos personalidades. ¿Por qué, entonces, […] interpretamos el comportamiento de un extranjero como si «fuera enteramente un producto de su cultura?”

Ibid. p. 63

La siguiente figura muestra la dinámica que puede tener lugar a partir de hacer generalizaciones excesivas de personas y/o culturas hasta llegar a lo opuesto e indeseable, el prejuicio cultural.

Conclusión

La revisión de la teoría sobre los estereotipos demuestra que su uso no es necesariamente algo malo, sino CÓMO se usan. Deben reconocerse las diferencias entre la cognición social y la psicología social. Hacer referencia a un estereotipo como un conocimiento general sobre algo no convierte automáticamente al individuo en racista o prejuicioso. Como se argumentó aquí, los estereotipos pueden usarse como meras generalizaciones. Lo que es importante considerar es evaluar cómo se utilizó. En otras palabras, se debe aplicar y motivar la reflexión crítica: cuestionar los estereotipos sobre el Yo para sensibilizarse acerca de los estereotipos que se tienen sobre el Otro.

Es así como se concluye esta sesión. ¡Felicitaciones por tu esfuerzo y dedicación! Continúa con ese mismo ímpetu las clases como hasta ahora. Revisa el material complementario y realiza las actividades correspondientes. Te encuentro en tu siguiente clase.

Fuentes de información

  • Ackoff, R. L. (1974). Redesigning the Future: A Systems Approach to Societal Problems. New York: Wiley.
  • Caldera Ortega, A. R. (2012). De la administración pública a las políticas públicas: ensayos desde las ciencias políticas. México: Porrúa. Recuperado de https://elibro-net.e-revistas.ugto.mx/es/ereader/ugto/38543?page=45
  • Chaverri Chaves, P. y Arguedas Ramírez, A. (2020). Políticas Públicas Basadas en Evidencia: una revisión del concepto y sus características. ABRA. Vol. 40, N°. 60, enero – junio. https://doi.org/10.15359/abra.40-60.2
  • Dunn, W. (1994). Public Policy Analysis. An Introduction, (2a ed.). EUA: Prentice Hall.
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  • Mejía Lira, J. L. (2003). La evaluación de la gestión y las políticas públicas. México: Porrúa.
  • Montecinos Montecinos, E. E. (2007). Límites del enfoque de las políticas públicas para definir un “problema público”. Cuadernos de Administración, 20(33),323-335.[fecha de Consulta 26 de Septiembre de 2022]. ISSN: 0120-3592. Disponible en:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=20503314.
  • Silva Lira, I. (2003). Metodología para la elaboración de estrategias de desarrollo local. Santiago de Chile: Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES) – CEPAL.