Derecho a la identidad cultural
Introducción
Seguramente a lo largo de este curso te has preguntado por tu identidad cultural y sobre los elementos que la componen. Iremos comprendiendo que, si bien somos mexicanos, no es lo mismo ser yucateco, que guanajuatense radicado en Chicago o en Los Ángeles.
En esta última clase te invitamos a reflexionar sobre un tema fundamental que es el derecho a tu identidad cultural, pues a finales del siglo pasado se reconoció como un derecho más de los individuos y se puso de manifiesto que nadie puede ser obligado a cambiar su identidad cultural o a dejar sus creencias culturales, sin que esto signifique que no puedas transformarlas.
Este tema en especial nos interesa, pues la migración de las personas no solamente trae un cambio de residencia, sino que genera cambios culturales en la identidad. Te invito a que participes con nosotros diciéndonos cómo te enfrentaste a una nueva cultura una vez que llegaste a Estados Unidos y cómo fuiste integrando nuevos elementos culturales en tu vida cotidiana.
En este último tema te iremos dando elementos que ayuden a tu reflexión final a fin de que identifiques que estos contenidos están relacionados con tu vida diaria, tus creencias y tus prácticas.
Los contenidos de esta última clase son:
III. Derecho a la identidad cultural
3.1 Identidad nacional.
3.2 La identidad cultural de las y los migrantes mexicanos en Estados Unidos.
3.3 Movimiento chicano
3.4 Hispano o latino negociación y construcción de la identidad en el contexto bicultural.
Desarrollo del tema
C2. Respeta y valora las diversas manifestaciones culturales, de creencias, valores, ideas y prácticas sociales, introyectando la interculturalidad.
¿Qué es el derecho a la identidad cultural?
La cultura es el ejercicio profundo de la identidad.
Julio Cortázar
Como ya hemos mencionado anteriormente, la identidad cultural es el conjunto de referencias culturales por el cual una persona o una comunidad se define, se manifiesta y desea ser reconocido (Ruiz, 2007). Pongamos de ejemplo a los habitantes del puerto de Veracruz, quienes son identificados como jarochos y son reconocidos a nivel internacional a partir de su música, trajes típicos y bailes. Esos aspectos les dan a los jarochos identidad cultural y se conforman como patrimonio cultural del pueblo veracruzano. Así como los jarochos, todos los pueblos tienen derecho a su identidad cultural porque todos pertenecemos a una cultura y por ello somos reconocidos; es nuestro derecho conservarla, mantener, practicar y transmitir nuestro patrimonio cultural y nunca ser forzado a pertenecer a una cultura diferente o a abandonar nuestras prácticas culturales. Es por lo que la identidad cultural se constituye como un derecho de todos.
Recuerda que la construcción de la identidad cultural es un fenómeno individual pero también grupal, es un proceso de construcción al interior del individuo en el núcleo de su comunidad cultural. Esta identidad se desarrolla en la familia, con el grupo de amigos, los compañeros de escuela, los maestros y, posteriormente, el grupo social. A través de este proceso generamos creencias, costumbres, rasgos materiales que nos enraízan culturalmente y nos dan un modo de vida.
El derecho a la identidad cultural es fundamental y constituye la base para la coexistencia y la unidad de las comunidades o la unidad nacional (CIDH, 1994). Este derecho es individual y colectivo, individual porque ampara al individuo y a su identidad y colectivo porque protege a la comunidad cultural.
Faundes Peñafiel define:
El derecho a la identidad cultural es el derecho de todo colectivo ético-cultural y de sus integrantes a conservar su propia cultura, su patrimonio cultural tangible e intangible, su memoria histórica y su presente, a ser reconocidos como diferentes en sus relaciones con otros grupos de la sociedad. Comprende el derecho a que se respeten sus conocimientos, creencias, artes, moral, religión, normas y prácticas; y el derecho a sus miembros a pertenecer a una cultura, a no ser forzado a pertenecer a una cultura diferente o a no ser asimilado por aquella.
(2016)
Es importante señalar que este derecho surge de la necesidad de proteger la identidad y la cultura de los pueblos, que en muchas ocasiones se ha visto violentada de manera directa o indirecta: un ejemplo es el caso de los pueblos indígenas que, al querer integrarlos al desarrollo social, se les desvinculó de su cultura, se les impidió hablar su lengua para que hablaran español y se les forzó a vestir de manera diferente, violando así su derecho de identidad cultural, lo que originó la desaparición de lenguas y tradiciones culturales, es decir, una forma exclusiva de ver y entender el mundo.
Por otro lado, es importante aclarar que las comunidades también tienen derecho a permitir el cambio, esto es, la adaptación y la toma de elementos de otras culturas y pueblos de manera voluntaria, libre e informada pues, negarse a recibir elementos culturales ajenos pone en riesgo la supervivencia de la comunidad. Normalmente, estos nuevos elementos se adaptan o se asimilan a la cultura preservando su identidad original. Como ejemplo, en México el sistema educativo ha llevado educación a las comunidades indígenas, pero se educa en su lengua y en sus tradiciones, adaptándose a las necesidades de la comunidad cultural.
Lo mismo sucede en ciudades o regiones que concentran personas de diferentes partes del mundo, ya que son espacios donde conviven muchas identidades culturales: todas ellas merecen nuestro respeto y cada una de ellas gozan de este derecho.
3.1 Identidad nacional
¿Recuerdas qué es la identidad nacional?
El tema de identidad nacional fue revisado a lo largo de este curso, dado que es una de las identidades que nos conforma como personas, sin embargo, es necesario ampliar el concepto y conocerlo a profundidad. La identidad nacional es el sentimiento subjetivo de las personas por pertenecer a una nación, o a una comunidad con características y elementos que la hacen única, como su cultura.
(Moreno, 2009)
Construir una identidad nacional surge de la necesidad del Estado por consolidar un país de reciente formación o un país dividido por una guerra o por cuestiones políticas; lo que se busca es generar o construir sentimientos de identidad nacional, pues estos nos ponen en espacio común, es decir nos unen. La identidad nacional se va construyendo a lo largo de la historia con base en un proyecto como puede ser la búsqueda de la libertad, la democracia, la igualdad (tradiciones o ideales compartidos). Para lograr esta construcción de nación y unificar a sus integrantes se ha utilizado el principio de “una nación, una cultura” con el cual se han construido muchas naciones. Esta es la idea que queremos abordar, puesto que este principio logra construir naciones imaginarias (Giménez, 1993), pero excluye a todo aquel que no responde al principio; en el caso de naciones como México, responde a la idea de ser una nación mestiza, excluyendo en ese proyecto de nación a los indígenas. El principio puede cambiar a una nación, muchas culturas.
Otro problema que representa este concepto de identidad nacional consiste en la exacerbación de estas posturas que puede generar lo que conocemos como nacionalismo, es decir, la idea de identidad nacional llevada a los extremos, al punto que se considera la propia nacionalidad como la mejor. A principios del siglo XX se dio el “Apogeo del Nacionalismo”, que llevó a los estados europeos a buscar unidad nacional a partir de la unificación de elementos culturales como el lenguaje y el origen étnico, las consecuencias generaron ideas de superioridad racial y expulsión de minorías y etnocidios. El nacionalismo conservador y extremista ha llevado a la discriminación y a la segregación social, sin pasar por alto el exterminio de minorías étnicas en todo el mundo (Castañón, 2019).
En nuestros días y por diferentes motivos, (las migraciones, la formación de bloques hegemónicos como la Unión Europea, la tecnología, los medios de comunicación y la globalización) nos encontramos ante un momento de “crisis del nacionalismo” que ponen en evidencia las contradicciones de entorno a la identidad nacional, en relación con la diversidad de identidades culturales y consecuencias como la pérdida de lenguas o de verdaderas identidades que se han olvidado en pro de imponer una identidad artificial.
Reiteramos el caso de México como ejemplo de crisis del nacionalismo, pues en 1994 el levantamiento indígena en el estado de Chiapas reafirma el derecho a la identidad cultural y la idea de multiculturalidad sobre la idea de una sola cultura o identidad nacional.
Para dimensionar el significado del derecho de identidad cultural, te propongo que veas el testimonio de aquellos que han perdido su identidad cultural. En este caso, cuando desaparece una lengua se pierde un patrimonio cultural intangible invaluable.
3.2 La identidad cultural de las y los migrantes mexicanos en Estados Unidos
La migración es un fenómeno social que ha aumentado y ha tomado mayor significado en los últimos años. Esto ha generado en los países receptores sociedades multiculturales, es decir, sociedades donde conviven migrantes de diferentes orígenes, pertenecientes a culturas diversas, con diferentes niveles de educación y de diferentes estratos económicos. Este escenario genera consecuencias muy diversas en la conformación de la identidad y en el establecimiento y asimilación social en el sitio de acogida.
La población de origen mexicano en Estados Unidos se constituye actualmente como la segunda minoría: los mexicanos nacidos en México e hijos de mexicanos nacidos en EUA o méxico-americanos son una población que enfrenta problemas para definirse étnicamente (la identidad étnica es muy importante en Estados Unidos, pues a diferencia de la raza, nacionalidad o ciudadanía, que son impuestas, la etnicidad se asume y se percibe a nivel personal como medida de filiación cultural), sobre todo para los méxico-americanos, ya que no se consideran mexicanos, pero tampoco norteamericanos y estas dificultades de identidad se reflejan en sus prácticas políticas y sociales en relación con la migración y con México (Aguirre & Infante, 2006). Se pone de manifiesto un conflicto de identidad interno que se acentúa por motivos económicos, políticos y de asimilación cultural. Es un escenario donde el factor cultural y sus componentes como la religión, la lengua o la alimentación toman relevancia como mecanismo de reconocimiento y respeto a la identidad cultural.
Por otra parte, esta población de origen mexicano en los Estados Unidos es muy diversa, debido a que proviene de distintas regiones de México con características culturales diversas y diferentes niveles educativos, esto repercute en el proceso de integración social y cultural en los Estados Unidos, pues se genera de forma asimétrica y bifurcada (Aguirre & Infante, 2006). Es importante distinguir los modelos de asimilación e integración: son dos formas distintas de insertarse en el tejido social de la comunidad de acogida. En el caso de la asimilación, los migrantes adoptan de manera progresiva la cultura predominante, es decir, la sociedad te acepta, siempre y cuando adoptes los patrones culturales comunes de dicha sociedad, como el melting pot. Por su parte el modelo de integración permite que los migrantes conservan sus rasgos distintivos, esto es, su identidad cultural y, al mismo tiempo, adoptan los valores sociales como la democracia, la tolerancia y el respeto de los derechos humanos, pues esto garantiza una inserción positiva y una convivencia común en un marco de valores (Vaquerizo, 2019).
La presencia mexicana en Estados Unidos tiene raíces históricas en el siglo XIX, desde la independencia de Texas y la guerra mexicano-estadounidense en 1848 comenzó la convivencia entre la población mexicana, que se quedó en estos territorios, y la población norteamericana, que empezó a poblar esas tierras, marcando desde el inicio una división social (estigma racial) y, por lo tanto, la exclusión. Se generó un cambio cultural e histórico con la pérdida de los territorios del norte de México, sobre todo para los mexicanos que permanecieron en los territorios de Texas, Nuevo México y California, pero también para los mexicanos de este lado de la frontera. Este elemento histórico constituye un rasgo fundamental en la construcción de la identidad de los mexicanos en Estados Unidos.
La construcción de la identidad de los mexicanos en Estados Unidos está marcada por varios factores, por ejemplo, las diversas maneras en que se les ha llamado o identificado: chicano, pocho, mexicano, mexicoamericano, latino e hispano, y cada uno de estos términos hace alusión a su origen y a su identidad cultural. Cabe señalar aquí que no es lo mismo nombrarte o apropiarte de tu nombre, a ser nombrado o etiquetado por el otro, pues el primer caso parte de la autodeterminación y el segundo de la imposición.
Pero ¿cuáles son los rasgos de la identidad de los mexicanos en Estados Unidos? La población de origen mexicano se ha percatado que la norteamericanización, es decir, vivir al estilo norteamericano les ayuda a superarse económicamente, pero los lleva a la pérdida de su identidad cultural. Sin embargo, tampoco logran asimilar por completo la cultura anglosajona, lo que en la mayoría de los casos, los lleva a buscar sus raíces y reforzar su cultura originaria (Vaquerizo, 2019). En consecuencia, muchos mexicanos han logrado mantener sus costumbres, lengua, música, entre otras manifestaciones culturales como la elaboración de comida, las quinceañeras y el culto a la virgen de Guadalupe, pero ya con algunos elementos distintivos de la cultura norteamericana, por ejemplo, en los cumpleaños se cantan “Las Mañanitas” y el “Happy Birthday” o el 5 de Mayo que se festeja con mayor intensidad y de manera diferente que en México. Es importante señalar que la construcción de la identidad de los mexicanos en Estados Unidos ha sido proceso complicado, el movimiento chicano fue un elemento de vital importancia para reivindicar, los valores y la cultura mexicana, evidenciando la discriminación contra los mexicanos.
El hecho de que un migrante mexicano elija una identidad cultural diferente a la americana no constituye una negación o rechazo al deseo de integrarse a la sociedad norteamericana, sino más bien su deseo de construir una identidad diferente a la tradicional blanca anglosajona-protestante (WAPS por sus siglas en inglés) imperante en Estados Unidos.
Los migrantes mexicanos luchan constantemente por integrarse de manera positiva a la sociedad estadounidense, desde el ámbito laboral y económico, a la vez que mantienen en el ámbito privado el contacto cotidiano con diversos elementos de la mexicanidad, por lo que es probable esperar la construcción de una nueva identidad étnica, que mezcle ambas culturas (Aguirre & Infante, 2006), desde la transculturalidad como un proceso de acercamiento entre culturas diferentes que busca establecer vínculos, creando hechos culturales nuevos que nacen del sincretismo; la transculturalidad no implica violencia, ni imposición (Vaquerizo, 2019) sino la libre aceptación de diversos elementos culturales que suman y enriquecen a los que conforman la identidad.
Así es como los migrantes mexicanos oscilan entre dos culturas, entre dos mundos, ya que, por un lado, conservan sus raíces culturales mexicanas y, por otro, atienden las pautas culturales anglosajonas.
Ejercicio 1. Foro: Me identifico con…
Intención: Reconocer cómo se genera la construcción de una identidad influenciada por una o diversas culturas en un país diferente al tuyo.
Indicaciones:
- En un primer momento, identifica todos las etiquetas con las que es llamada a la población de origen mexicano en el lugar donde vives.
- Si conoces su definición escríbela, de lo contrario es necesario realizar una búsqueda en internet o algún otro medio de información.
- En un segundo momento, escribe en el mismo documento con cuál te sientes identificado y por qué consideras que te identificas con ella.
3.3 Movimiento chicano
El movimiento chicano se formó como parte del estallido de la lucha por los derechos civiles y humanos en Estados Unidos, durante las décadas de los 60 y 70 del siglo XX. Este movimiento luchó en contra de la discriminación de los mexicoamericanos en el sistema educativo y a favor de los derechos laborales de los trabajadores agrícolas. Por el derecho de propiedad, sobre todo de viviendas y, finalmente, una lucha de carácter político, el movimiento generó la formación del partido La Raza Unida.
La palabra chicano deriva del término mexicano, de la voz mexicano se derivó xicano y, como en ocasiones la x cambia a ch, resultó en chicano, aunque algunos consideran que debe ser o prefieren xicano que existe también en su versión femenina: chicana o xicana (Alarcón, 2021). Para otros, el término deriva de la voz indígena chinaco que significa “desnudo”, sus orígenes se remontan a principios del siglo XX en los estados y regiones fronterizas estadounidenses (Vaquerizo, 2019). La historia del pueblo chicano es poco estudiada y su realidad poco conocida por los mexicanos, hace falta discutir, analizar e investigar el tema del México de afuera como lo llama el especialista David R. Maciel (2021).
El término chicano a lo largo de su historia ha tenido diversos significados, el más antiguo y usado de forma peyorativa entre los mexicoamericanos equivale a “callejero”, “mal educado” (Alarcón, 2021). Asimismo, por chicano se ha entendido como los mexicanos que permanecieron en territorio estadounidense luego de la guerra de 1848 y los mexicanos que emigraron del norte del país, a consecuencia de la Revolución Mexicana (García, 2008), a estos el término se les imponía y se usaba para excluir a los mexicanos recién llegados a los Estados Unidos, que no sabían trabajar. Dicho de otro modo, el término marcaba una diferencia entre los mexicanos nacidos en EUA asimilados en idioma y costumbres. A partir de la década de los 60 del siglo XX, el término adquirió prestigio por los resultados del movimiento chicano y por una serie de manifestaciones culturales autodenominadas chicanas; esta nueva cultura define al chicano como aquel residente o ciudadano estadounidense de ascendencia mexicana.
Para comprender el origen de este movimiento es necesario remontarnos al siglo XIX, pues muchas de las problemáticas sociales que se presentaban a mediados del siglo XX en California, Nuevo México y Texas tienen su origen en la formación de estos estados. En el caso de California, donde la fuerza laboral estaba compuesta por mexicanos que habían optado por permanecer en Estados Unidos luego de la guerra, continuaron trabajando en la región agrícola para una clase de hacendados por casi un siglo, a la par que se padecía la exclusión social y pobreza, ya en el contexto norteamericano a estos mexicanos se les asignó una categoría racial de “no blancos”, poniendo en evidencia que la cultura anglosajona no aceptó ni promovió la integración de los mexicanos, con lo cual se sientan las bases de la discriminación que sufren los migrantes mexicanos durante el siglo XX y en la actualidad (García, 2008).
En las ciudades la situación no era diferente, la población mexicoamericana estuvo obligada a vivir en enclaves étnicos; debido a la política separatista, la segregación impedía el desarrollo cultural y económico de los mexicanos y, aunque en algunos casos prosperaron económicamente, se les prohibía al igual que a los afroamericanos a vivir en ciertas zonas habitadas exclusivamente por anglosajones o asistir a mejores escuelas. A principios del siglo XX, en Los Ángeles los barrios mexicanos eran los más pobres y sus condiciones de vida eran peores que las de los afroamericanos y asiáticos (García, 2008).
Esos antecedentes históricos, así como la creación de diversas asociaciones para buscar mejoras sociales en la comunidad mexicoamericana y el movimiento de los derechos civiles y humanos de Martin Luther King Jr. desembocaron en el movimiento chicano, la huelga de los trabajadores de la uva en California dirigidos por César Chávez; por otra parte, en las universidades y en las preparatorias los estudiantes mexicoamericanos en Los Ángeles formaron organizaciones estudiantiles, en Colorado Rodolfo “Corky” González fundó “La cruzada para la justicia”, primera organización para los derechos civiles de los mexicoamericanos (García, 2008). Los chicanos entendieron que nunca habían sido considerados ciudadanos legítimos, pues fueron segregados. Lo mismo sucedía cuando cruzaban la frontera, ya que no eran percibidos como mexicanos, siendo objeto de una doble exclusión.
En 1965 comenzó una huelga con los trabajadores de la uva, en el Valle de San Joaquín, para exigir salarios más altos y mejores condiciones de trabajo, organizada por el sindicato Comité Organizador de Trabajadores Agrícolas. En ese mismo año César Chávez y Dolores Huerta dirigían otro sindicato en el valle de San Joaquín, la Asociación Nacional de Trabajadores Agrícolas (NFWA), compuesto en su mayoría por trabajadores mexicoamericanos, al apoyar la huelga ambos sindicatos se fusionaron en el Comité Organizador de Trabajadores Agrícolas Unidos (United Farm Workers).
La huelga duró 5 años, entre las acciones más significativas se encuentran:
- La marcha que Chávez encabezó desde Delano hasta Sacramento para atraer la atención nacional y dar a conocer las pésimas condiciones laborales de los trabajadores y los abusos que cometían los propietarios de viñedos de la región que se negaban a negociar con los huelguistas.
- El boicot nacional organizado por la UFW para ejercer presión sobre los productores, los simpatizantes del movimiento se negaron a comprar uvas y las tiendas de alimentos dejaron de almacenar uvas no sindicadas, logrando que las ventas de uvas cayeran hasta un 40%.
- Dolores Huerta y César Chávez utilizaron estrategias no violentas para generar un cambio social en pro de los derechos de los trabajadores agrícolas, una de esas estrategias fue la huelga de hambre que realizó Chávez, con la cual detuvo la mayor parte de la violencia de sus seguidores, invitándolos a tomar conciencia diciendo: “Nuestra lucha no es fácil. Somos pobres. Pero nuestras armas son nuestros cuerpos, nuestros espíritus y la justicia de nuestra causa” (UFW, 2021)
Fue en Los Ángeles, California en la primavera de 1968 donde se dieron las principales protestas, convocando a un boicot y exigiendo diversas demandas:
- Educación bilingüe y de su historia cultural y chican.
- Los maestros deberán conocer el español y aumentar su comprensión de la historia de las tradiciones y las contribuciones de la mexicana en los Estados Unidos.
- Los administradores y maestros que muestren cualquier forma de prejuicio hacia los estudiantes mexicanos o mexicoamericanos, incluida la falta de reconocimiento, comprensión y apreciación de la cultura y herencia mexicana, serán removidos de las escuelas del Este de Los Ángeles.
- Se desarrollarán libros de texto y currículo para mostrar la contribución mexicana y mexicoamericana a la sociedad estadounidense y para mostrar las injusticias que los mexicanos han sufrido como cultura de esa sociedad. Los libros de texto deben concentrarse en el folclore mexicano en lugar del folclore inglés (Facing History & Ourselves, 2021).
Las protestas de los estudiantes para poner fin a la segregación usaron la estrategia general de la “no violencia”.
El movimiento chicano incluyó muchos elementos de resistencia cultural, una identidad étnica autoafirmativa, la lucha por los derechos civiles y la plena ciudadanía, utilizando diversos símbolos que los chicanos asociaban con su pasado mexicano como la Virgen de Guadalupe, que más que un símbolo religioso se transformó en símbolo cultural y político, Zapata, la piedra del sol y el mito de Aztlán como lugar de origen (Rodríguez, 2001.)
Uno de los logros más trascendentales e importantes del movimiento chicano, fue reivindicar el uso del término chicano al apropiarlo y dignificarlo desde la construcción de una nueva identidad diferente a la de ser mexicano y diferente a la de ser norteamericano. Una nueva identidad que se construye entre la denuncia de su situación y la recuperación de la memoria a través de sus raíces culturales.
Para reafirmar algunos aprendizajes te invito a que veas el siguiente video:
Ejercicio 2. Test del tema
Intención: Reafirmar los aprendizajes adquiridos en el apartado de “Movimiento chicano”
Indicaciones: Marca la respuesta correcta.
3.4 Hispano o Latino negociación y construcción de la identidad en el contexto bicultural
En el contexto de la globalización, hablar de identidades culturales podría carecer de sentido, sin embargo, los fenómenos que se han generado por estas transformaciones sociales, económicas y políticas derivadas de la globalización, van desde nacionalismos conservadores radicales, como salida negativa, hasta dar cauce a nuevas formas de visibilidad y subsistencia. Si las sociedades han cambiado por el fenómeno migratorio, la identidad de los migrantes también. En el caso de los millones de migrantes mexicanos que buscan construir una identidad desde el sentido de pertenencia bicultural, es por el deseo de formar parte de una vida pública, sin renunciar a su herencia cultural (Vaquerizo, 2019), pero sobre todo por el deseo de construir una comunidad en la cual ejercer nuestro sentido de pertenencia y lealtad. Esto no se puede lograr bajo esquemas de generalización impuestos como hispano o latino, porque ahí no caben solo los migrantes mexicano, sino un grupo muy amplio de diversas identidades culturales que la sociedad estadounidense pretende amalgamar en un solo grupo.
La Oficina del Censo estadounidense, en la década de los 70 durante la presidencia de Richard Nixon, creó la categoría de “hispano” para agrupar a los habitantes que procedían de países donde se hablaba español. El término hispano generalmente refiere al idioma español y se usa para describir a las personas descendientes de países hispanohablantes, pero la categoría se relacionaba de manera negativa con la conquista, por lo que muchos activistas comenzaron a usar el término latino para referirse a alguien de Latinoamérica. En la proyección del Censo del 2000, dada a conocer en mayo de 2001, 281.4 millones de estadounidenses fueron censados (excluyendo a Puerto Rico, Islas Vírgenes, Guam, Samoa y las Islas Marianas), de los cuales 35.3 millones (12.5%) fueron tipificados como hispanos. Los mexicanos representaron 7.3 por ciento; los puertorriqueños, 1.2 por ciento; los cubanos, 0.4 por ciento; y otros hispanos, 3.6 por ciento del total de la población. Sin embargo, se tuvo el cuidado de especificar que los términos hispano y latino pueden ser utilizados intercambiable mente (Ramírez, 2008). Hispano es un término que se sigue usando en los medios de comunicación, sobre todo en los noticieros en español, donde se hace referencia constante a la comunidad hispana y, por otra parte, la industria musical ha generalizado el uso de latino a todos aquellos que cantan en español.
Ahora bien, la palabra latino define al hablante de una lengua derivada del latín, como puede ser el español. el portugués o el italiano. No obstante, actualmente en los Estados Unidos la palabra latino recupera un sentido de identidad y hace alusión a la geografía, pues Latinoamérica se conforma por aquellos países cuyo idioma tiene raíz en el latín como el español y el portugués. Dicho de otro modo, en Estados Unidos la palabra latino tiene un significado diferente al resto del mundo. El concepto de latinidad en Estados Unidos funciona porque une a un grupo muy amplio de razas, colores, clases, nacionalidades, con una misma lengua frente a un grupo mayoritario que son los anglosajones.
Latino es una definición nueva y ambigua, una categoría cultural que no contiene una significación racial precisa, ya que los latinos pueden ser: blancos, negros, indígenas y, posiblemente, una combinación de todos. Provienen de países tan variados de América Latina y el Caribe como: México, Colombia, República Dominicana, etcétera (Ramírez, 2008. p. 274). Por otro lado, el proceso migratorio los ha concentrado en grandes ciudades, ha fomentado la cercanía, el intercambio cultural y los matrimonios mixtos y, por lo tanto, una nueva población nacida en Estados Unidos que recurre a la categoría de “latinidad” para definir su identidad. (Vaqueiro, 2019). La idea de lo latino se manejó desde un principio como un refuerzo de lo hispano, aprovechando el éxodo de trabajadores provenientes de los diversos países de América Latina que llegaban a trabajar a Estados Unidos. Si bien los términos son distintos y se usan de manera indistinta, se puede ser latino e hispano a la vez, como en el caso de los mexicanos, pues México pertenece a Latinoamérica y en México se habla el español.
El censo de 2020 refleja que es hispano cualquiera que diga que lo es. La Oficina del Censo estima que en 2020 había 62.1 millones de hispanos en los Estados Unidos, lo que representa el 19% de la población de ese país. Detrás de esta cifra tenemos una historia de etiquetas, categorías, formularios de censos, que reflejan qué significa ser latino o hispano en la actualidad en los Estados Unidos. La autoidentificación varía según la generación de inmigrantes a la que pertenezcas, por ejemplo: los nacidos en América Latina se identifican como hispanos, pero en el caso de la cuarta generación solo la mitad de las personas con ascendencia hispana se identifican como tales. Aunque para la población aún no quedan claras las etiquetas, pues ser hispanos para unos es una cuestión de raza, para otros es una cuestión de ascendencia; otro grupo indica que es una cuestión cultural, poniendo en evidencia que las categorías usadas en los censos y las etiquetas usadas en los medios de comunicación no capturan completamente cómo ven su identidad los migrantes latinoamericanos en Estados Unidos (López et al., 2021).
Aunque Estados Unidos se ha distinguido, como ningún otro país el mundo, en etiquetar y categorizar a los migrantes por su origen, necesita redefinir sus etiquetas, ya que por muchos años se ha venido tejiendo una asombrosa red de términos lingüísticos que, en lugar de aclararnos el panorama, nos conducen a una confusión enorme. Ser latino en Europa significa algo muy diferente a ser latino en Norteamérica. De esta manera: pocho, mexican-american, pachuco, surumuato, chicano, cholo, hispano, latino, latinix, chicanadian, native born chicano, foreign born chicano, reverse chicano y chicalango son sólo una parte de ese espectro de culturas novedosas. (Ramírez, 2008). ¿Te identificas con alguna?
Para aclarar el tema y despejar algunas dudas te comparto el siguientes video:
Cierre
Para cerrar nuestra clase te pido que elabores un video donde nos cuentes tus experiencias como migrante en Estados Unidos desde el aspecto cultural.
Actividad 1. La construcción de mi identidad como migrante mexicana o mexicano en los Estados Unidos.
Intención: Con este ejercicio esperamos, en primer lugar, reconocer los aprendizajes que te ha dejado la clase, a través de tu propia experiencia como migrante. En segundo lugar, buscamos reflexiones en torno a tu identidad y sus características, pues eso te hará sentir mejor posicionado en tu comunidad de acogida, para lograr una integración que no anule tu identidad cultural, pero a la vez puedas admitir prácticas culturales que te enriquezcan.
Indicaciones:
- Te recomiendo en una hoja integrar las principales ideas que te gustaría expresar en el video, esto te ayudará como un guión-guía para contarnos tus experiencias, además de delimitar tu tiempo y rescatar aquello que marcó tu llegada a los Estados Unidos. Recuerda: es importante presentarte, contarnos tus experiencias y concluir para dar cierre. Por ello, tu video se debe desarrollar en tres momentos, siendo el más importante el de tus experiencias.
- En este video nos contarás: ¿quién eres?, ¿cuál es tu comunidad de origen?, ¿cómo llegaste a los Estados Unidos? Dale un título que refleje tu experiencia y contenido.
*Te recuerdo que toda esta información es confidencial y con fines exclusivamente educativos.
- Es importante también que nos narres ¿qué elementos culturales diferentes a los tuyos encontraste al llegar? ¿Cómo cambiaron tus prácticas culturales en un aspecto que elijas, por ejemplo, en la alimentación, tus creencias, lenguaje o tus prácticas laborales? Parte de la idea de comparar tu vida en México y tu vida en Estados Unidos. Por ejemplo, en México llegabas a trabajar a las siete de la mañana y salías a las 3 y media de la tarde, por esa jornada laboral recibías un salario. En Estados Unidos la cultura laboral es diferente, te pagan por las horas trabajadas en un día. ¿Notas que existe una diferencia, que es una cultura distinta? Esto significa que puedes iniciar tus labores a las cuatro o cinco de la mañana, o bien trabajar toda la noche.
- Deberás elaborar el video con una duración máxima de 5 minutos. Te puedes grabar desde tu celular, tablet o computadora.
- El formato puede ser mp4, AVI, MOV, etc., lo importante es que sea compatible para su reproducción en un dispositivo móvil.
- Una vez que cuentes con tu video grabado, es necesario subirlo a Drive o Youtube, copiar el enlace de acceso al video y pegarlo en un documento de Word. Antes de enviar tu actividad revisa tu video, que sea nítido, que tenga buen audio y buen enfoque.
Conclusión
Es de vital importancia reconocer que todos tenemos derecho a una identidad cultural, recuerda que este derecho surge de la necesidad de proteger la identidad y la cultura de los pueblos, que en muchas ocasiones se ve violentada o se niega.
Los procesos de integración y construcción identitaria de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, no han sido sencillos, pues la Historia vivida con el país de acogida complican una integración más genuina, por otra parte, el rechazo y la discriminación que han sufrido a lo largo de muchos años, tanto en Estados Unidos como en México, despierta en los migrantes un sentimiento de rechazo, pero a la vez de lealtad con ambas naciones. Como lo puso en evidencia el movimiento chicano y las experiencias actuales de muchos migrantes.
Rescatemos que lo importante en la construcción de tu identidad cultural, es que seas tu quien la asuma y la defina, no que se imponga o te nombren, tú eres quien debes decidir quién quieres ser y a que comunidad cultural le debes tu lealtad y con la cual estrechas vínculos que te den raíces, más allá de una ciudadanía o una nacionalidad, tú eres una persona con un origen, una historia y una identidad.