Clase digital 1. Salud integral

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Salud integral

Introducción

Te damos la bienvenida a tu primera clase de la unidad de aprendizaje (UDA): Vida Saludable. En ella realizarás ejercicios que te permitan reforzar conocimientos generales sobre temas relacionados con la construcción de la persona a partir de la multifactorialidad de la salud integral y sus dimensiones, partiendo de la construcción de la persona bio – psico – social. Posteriormente, abordaremos el concepto del “autocuidado” y cómo se ha empleado a lo largo de la historia para, con base en ello, poder aterrizar la teoría del término sobre tu persona. Por último, revisaremos el eje de la salud preventiva a partir de las acciones que organizaciones e instituciones diversas, han efectuado con el objetivo de contribuir al desarrollo de una cultura social que cuide su salud en todos sus ejes. 

Dada la naturaleza de esta UDA, es importante mencionar que la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1984, señala que “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”; desde aquí contemplamos que esta tríada entre físico, mental y social, se mantiene hilada a la salud por medio del bienestar, puntualizando que el bienestar va a situarse en dos polos: el meramente objetivo que se relaciona con el ambiente y con la experiencia humana y el segundo que habla de lo subjetivo (juicio cognitivo, estado de ánimo positivo y negativo), a lo que en las investigaciones clínicas se nombró como calidad de vida (Fernández-López, Fernández-Fidalgo & Cieza, 2010). 

En este tenor, notamos que las personas somos un compendio de experiencias que se forman desde la perspectiva biomédica; ausencia de la enfermedad, la alimentación, la funcionalidad corporal. La parte psicológica del bienestar, donde encontramos al aprendizaje, la regulación, el conocimiento, la toma de decisiones, el vivir en el presente, Y, por último, la social; el contexto interpersonal en donde la persona se desarrolla, de forma colectiva cómo tiene acceso a servicios, economía, educación.

Por lo anterior, en este módulo revisaremos que, para comprender la salud integral, es importante entender cómo podemos ir extrapolando nuestra vivencia individual y así, identificar cómo se va construyendo y planificando nuestro actuar cotidiano.

Para continuar con este trayecto formativo, analiza detenidamente el recurso digital y da clic en el menú horizontal para cambiar de diapositiva.

Desarrollo del tema

1.1 La persona bio-psico-social

Las personas habitamos diferentes ambientes, experimentamos diferentes contextos y formamos parte de diferentes redes, y en temas de salud sería un gran error centrarnos en que el único elemento indicador y a tratar pudiera ser biomédico, es decir, basado en la funcionalidad del cuerpo, aunque actualmente tengamos avances en los procesos de abordaje, prevención y tratamiento, sigue habiendo este sesgo internalizado (estereotipo/creencia negativa apropiada) de qué salud es igual a no enfermedad en el pensar de la población.

Pongámoslo desde otra perspectiva, imagina que vas a llenar una solicitud de empleo o algún formulario de generalidades y en el llenado te topas con la siguiente pregunta: “¿cómo consideras que es tu estado de salud actual?”, muy ágilmente podemos pensar “Casi nunca me enfermo” o “yo nunca me enfermo”, aquí nuestro pensamiento excluye manifestaciones de malestar emocional y de contexto de cómo nosotros podemos acceder a servicios de salud y sobre todo no se contempla la ponderación de calidad de vida que esperamos; a esto es a lo que conocemos como sesgo internalizado en temas de bienestar y salud integral, y se considera negativo porque excluimos información valiosa de la persona y de sus experiencias contextuales.

Los párrafos anteriores son claros ejemplos del método de operación del modelo tradicional de la persona, que sustenta al sesgo internalizado del cual hablaremos posteriormente. Ahora es momento de adentrarnos en el modelo que sustituye y acompleja la conceptualización de las personas.

Hablemos sobre las tres dimensiones:

  • Dimensión biológica: Aquí vamos a encontrar los factores que abordan al cuerpo y su funcionalidad (fisiológico), a la enfermedad médica, también se abordan la herencia, los genes. (A esta única dimensión se centra el antiguo modelo tradicionalista).
  • Dimensión psicológica: Los factores que la integran se ven representados con la conducta, la toma de decisiones, la regulación emocional, funciones cognitivas.
  • Dimensión social: Encontramos factores como la cultura y la economía de la sociedad, el acceso a los servicios de salud, la pobreza, el desempleo, los recursos de las canastas básicas, la dinámica social de interacción, los usos, costumbres y tradiciones.

Nota: Algunos modelos consideran un cuarto aspecto, lo espiritual, que nos ayuda a entender las creencias, valores e importancia de la conexión de la persona con su cosmovisión y filosofía de vida, esta dimensión a veces se considera en un subtipo de la psicológica. (Este ejemplo lo hemos desarrollado en lo institucional, hablando de México existen Unidades certificadas de Médica Tradicional instauradas en zonas rurales). 

¿Qué otros elementos se tienen que dar para poder contemplar Salud Integral?

  • Influencia de estilos de vida: la cultura, la dinámica social, la economía, los medios de comunicación
  • Proveedores de salud (enfoque multidisciplinario): Acceso a la salud, comunicación y responsabilidad entre especialidades y áreas, trabajo enfocado a prevención y soluciones
  • Promoción de la salud: Acceso a la información y a los recursos para poder hacer ejercicio de la atención, compromiso de la persona. 

¿Existen barreras que frenen a la Salud Integral?

A pesar de los esfuerzos que ha realizado y continúa ejecutando la OMS, en donde la misma se ha comprometido a que la salud es para todos, salen a relucir las verdaderas problemáticas en las diferentes dimensiones, lo cual nos orilla a responder que aún con todos los recursos de innovación y avances en medicina que se tienen hoy en día, aún existen grandes barreras:

A continuación, te invitamos a revisar el siguiente video “Una respuesta integral a la prolongada pandemia de COVID-19 (del minuto 00:00 al 27:38) teniendo en cuenta la salud y economía” para ahondar en los efectos de la pandemia y cuestionarte sobre la relación e impacto a las tres dimensiones de la persona”

1.2 Autocuidado de la persona

La salud ha estado trazada desde dos enfoques muy particulares: el primero y sostenido desde hace bastante tiempo, trata sobre la salud desde el riesgo, la enfermedad y la curación; mientras que el segundo, nos habla sobre los componentes multifactoriales que interceptan para generarla, es decir, internos, ambientales y sociales (Juárez, 2011). 

Hasta este punto parece imperceptible poder definir el autocuidado y su función dentro de la salud como tal, pero se empezó a teorizar justamente desde la enfermería con Dorothea Orem (1983) el cual se refiere a la una actividad/conducta que las personas aprendemos con el objetivo de dirigirlas a situaciones específicas de la vida cotidiana que afectan de forma interna o externa para poder regular los factores que impactan en el desarrollo o funcionamiento de su vida, salud y bienestar.  

El concepto ha sido abordado desde diferentes perspectivas para poder brindar una interseccionalidad más compleja y nutrida, sobre todo que pueda ayudar a comprender y apoyar a la misma multifactorialidad de la que se constituye el humano, sin vulnerar en ningún sentido algún recurso o vivencia que pueda ser de importancia para el sostenimiento y desarrollo de la salud. A continuación, ampliaremos el tema y a su vez, cuestionaremos nuestro propio ejercicio para complementar nuestro plan de salud y prevención.

El autocuidado es un factor determinante del bienestar y de la salud, sobre todo porque se ha identificado y documentado cómo influye en las enfermedades crónicas no transmisibles: en adicciones, sexualidad y, por si fuera menos, en la reciente pandemia SARS – COVID-19. 

¿Cuál es el impacto del autocuidado?

Para responder esta pregunta debemos hablar acerca de lo que es la capacidad de agencia de autocuidado, que, básicamente, nos dice sobre la cualidad que tiene la persona de usar la información aprendida de forma razonable ante determinado contexto que le permita prevenir o atenderlo y con ello, comprometerse con acciones a su calidad de vida (la forma subjetiva en la que percibe el bienestar) y su salud. 

Con esto vamos entendiendo que esta conducta la vamos desarrollando de acuerdo con el aprendizaje de estas, a su vez recalquemos que el autocuidado es una construcción sociocultural y a final de cuentas se va a percibir de forma diferente, tanto colectiva como individualmente. Es por ello por lo que las etapas de la niñez y juventud (Rivas-Espinosa et al., 2019; Méndez & Franco, 2018) son en donde este concepto toma mayor peso, pues, ¿cómo podemos emprender y comprometernos con acciones que nos ayuden a percibir calidad de vida y a sentirnos saludables si no se nos han mostrado conductas que nos encaminan o moldeen hacia ellas?

Te invito a revisar concienzudamente el siguiente recurso digital. Para navegar en él, da clic en el menú horizontal.

Como cualquier concepto, este es atravesado por diferentes variables, ya que depende del contexto en que lo situemos, entre las diferencias creadas por el género, entre posiciones socioeconómicas, entre diversidad corporal, etc. Por ello, la mira del trabajo con el autocuidado justamente se basa en incentivar a los gobiernos y sectores adscritos a que se realice campañas y fomentos sobre las creencias que rodean y estigmatizan a la salud y su ejercicio. 

El que se encuentren conductas prosociales ayuda a que se generen respuestas de contención para eventos adversos y con ello las personas puedan mantener una salud óptima (Poulin & Holman, 2013). Claramente otra de las cosas que ha sucedido es la integración a las tecnologías de la comunicación y sus aportaciones a la salud, ya que después del ciclo de pandemia, gran parte de los medios y herramientas de autocuidado fueron trasladados y apoyados por ésta, como lo fue el traspaso de la atención psicológica a videollamadas, registros médicos o antropométricos desde apps y se reformularon algunas conductas cotidianas al nuevo contexto, hablando de la normalización del uso de antibacterial, desinfección y uso de cubrebocas. 

Lo anterior, nos encamina también a variedad de discursos sociales.

Por ello, te invitamos a revisar el siguiente TikTok de la doctora Lucero peña, donde cuestiona el efecto que puede llegar a tener la salud en nuestras conductas: 

Asimismo, te invitamos revisar otro TikTok de la CBT Karime Fajer en donde nos habla del otro lado de la moneda, el sostener el autocuidado ¿Qué puede pasar?

@kay.psicologiapop

Cuidarse significa algo distinto para cada persona. Toma tu break, y honra tus necesidades. ¿Qué crees necesitar hoy?✨🍃 Estoy tomando Matojo de Bonanza, una piramide de té relajante y rápida de preparar, comparte conmigo visitando @Soy Té Mx usando el codigo Heroes10

♬ sonido original – Karime – Heroes Psicología Pop

1.3 Salud preventiva

Cuando se habla de -salud preventiva- es importante recordar que este concepto pertenece a un proceso global al cual la OMS ha conceptualizado en la Atención Primaria de Salud (APS). Asimismo, este es un claro ejemplo de la evolución de la salud en diferentes contextos y algunos términos que la integran; en este sentido, la APS pretende involucrar a todas las personas habitantes de una sociedad con el fin de poder alcanzar el mayor nivel o estatus de salud y bienestar, mismos que involucrarían la prevención, promoción, los tratamientos, rehabilitación y cuidados paliativos. 

El ideal consiste, entonces, en que toda la población pueda tener acceso a este estatus o nivel de salud, sin embargo, esta problemática está atravesada por otras variables que se ven influenciadas y hasta cierto punto, dependientes de la participación tanto de colectivos como de instancias gubernamentales. Ante este escenario en el cual no todas las personas pueden gozar de este elemento, es importante que todas y todos seamos conscientes del cuidado a nuestro cuerpo y nuestra salud en general, de acá la importancia de contar con un plan de salud integral que cuide, también, la dimensión social de nuestra persona apoyada de las conductas de autocuidado que se pueden implementar para mantener la calidad de vida que esperamos.

¿Qué tanto podemos decir sobre la prevención?

Es importante recalcar que para generar prevención ciertas cosas tienen que pasar en diferentes niveles y esferas, ya que se trata de un aspecto político y social, la prevención no es algo tan fácil de lograr porque necesita de estrategias y parámetros que integren los ámbitos económicos, culturales y de ambiente, mismos que favorezcan el bienestar y la salud de la sociedad.

¿Por qué poner atención a la prevención?

Reafirmando que el ser humano por naturaleza es multifactorial y cambiante en todo momento, es importante considerar la gama de ambientes multifactoriales derivados de la salud; ejemplo de ello son las enfermedades crónicas no transmisibles que han ido incrementando a lo largo de la historia, más que las que se pueden transmitir, produciendo que la mortalidad y morbilidad también aumente; por lo tanto, si el enfoque de prevención no contempla la globalización, la economía, la urbanización, el crecimiento y desarrollo humano, no habría atención primaria de salud óptima.

¿Qué barreras podemos encontrar en la prevención?

  • Los contextos de consumo y socialización: la comercialización de los productos como alcohol y tabaco también han afectado el sostenimiento de una vida saludable, colateralmente el marketing apoya a que socialmente encontremos aceptables ciertas conductas que no tienen enfoque de prevención. 
  • La limitación de estar centrada en atención primaria: La mayoría de los sistemas de salud no contemplan prevención en otros niveles como en la atención terciaria (rehabilitación, enfermedades graves y/o menos prevalentes). 
  • Limitaciones en presupuestos de salud.

¿Qué propuestas de fortalecimiento podemos encontrar?

De forma particular y local:

  • Medicina familiar: una mirada compasiva que permita ayudar a las personas a tomar decisiones de acuerdo con sus necesidades, preferencias y valores. A su vez, considerar la salud financiera, sociocultural, familiar y espiritual. 
  • Entornos saludables: Entender los contextos en los que las personas realizan su rutina como escuelas, trabajo, instituciones, mercados, etc.
  • Empoderar a la comunidad: Permitir a las comunidades entender sus necesidades y perspectivas, para poder definir sus conceptos de salud y con ello elaborar pautas de prevención.

De forma macro:

  • La vista pandémica: la pandemia abrió una oportunidad importante en cuanto a la inversión referente al autocuidado y salud en general, aunque al inicio fue una estrategia meramente curativa, la prevención apareció en el sostenimiento de la nueva normalidad.
  • Prestar atención a la minoría: Recordemos que la salud preventiva está atravesada por la política y lo social y que estas dimensiones son, simultáneamente, atravesadas por interseccionalidades de género, económicas, distribución y localización de los recursos y servicios.
  • Sistemas de salud: el que la misma información se permee de forma igual en diferentes sistemas proveedores de salud gubernamentales o no apoya a que todos persigan los mismos objetivos de prevención.

Para comprender mejor lo mencionado en párrafos anteriores, te invitamos a revisar las estrategias que fomenta la OPS:

¿Existe un impacto de forma individual?

Los seres humanos aprendemos desde nuestros sistemas sociales, la principal fuente de este aprendizaje y comprensión del mundo viene de la familia, de esta forma también la prevención de enfermedades y la salud preventiva se empieza a estructurar en este nicho. Seguramente recordaremos las recomendaciones de ponernos un suéter cuando el clima es frío, comer los vegetales, esas narrativas que habitaron nuestra infancia corresponden a las primeras pautas de prevención que adquirimos y aprendimos, conforme fuimos creciendo comenzaron a adaptar, cambiar o desarrollar nuevas formas según nuestras vivencias contextuales.

¿Cómo puedo adoptar la prevención?

  • Cuestionarse sobre los antecedentes médicos, personales y familiares: ¿existen enfermedades hereditarias?, ¿cómo es que se habla/hablaba de autocuidado en casa?, ¿cuántas veces se consultaba a alguna persona/institución proveedora de salud?
  • Identificar los hábitos que tengo para analizar si estos son saludables o no, con ello reforzar los saludables y atender los no saludables.
  • Crea algunas pautas que se adapten a tu necesidad y recursos, identificando las ubicaciones de los lugares de atención primaria.
  • Elabora un control sobre las atenciones médicas, dentales, nutricionales, psicológicas y/o consultas que recibas.

Por último, revisa el siguiente material de “salud preventiva” pero ahora, desde la perspectiva de Andrea Burón.

Conclusión

Para concluir esta primera clase, podemos notar que la salud integral se puede ver formulada de la siguiente manera (Falke & Pellegrino, 2020): 

Bienestar físico-psíquico+ Desarrollo bio – psico – social + Desarrollo familiar y social=Persona sana

Es decir, la suma de la experiencia humana, individual, física y psíquica, objetiva; el desarrollo biológico, psicológico y social de acuerdo a la funcionalidad y adaptación del contexto; el desarrollo en la familia y en la dinámica y participación social, daría como resultado a una persona con salud.

No olvidemos que las personas son entidades que se componen de diferentes relaciones interconectadas, a formar, de verse como un sistema que ayuda siempre a retroalimentarse, por ello es importante que no perdamos de vista que cada dimensión es igualmente importante y esencial, y que los efectos tanto negativos y/o positivos van a involucrar a las otras, no son contextos cerrados y aislados. En este mismo sentido, es que el autocuidado tiene un rol esencial en la vida de las personas, ya que a partir de este comenzaremos a reconocer conductas y acciones que nos caracterizan como personas. 

Es valioso reconocer nuestra experiencia como válida y con ello determinar desde lo subjetivo qué es lo que me mantendría seguro (a), así como qué procesos, tratamientos y acciones preventivas me hacen sentido de acuerdo a lo que estoy pasando o a lo que quiero prevenir y desde esta dirección también recurrir a las estrategias de bienestar que se han generado en mi comunidad: ¿qué programas vigentes de salud son los que están vigentes en mi comunidad?, ¿a cuáles tengo acceso?, ¿los discursos e información están siendo entregados y difundidos libres de estigma?. Lo sabemos, quizá de inicio es una tarea pesada, pero recuerda que nuestro cuerpo es el que nos acompaña y a diferencia de otros lugares en los que habitamos e instrumentos que ocupamos, es el único que nos sostiene en nuestra experiencia y vida.

Para ayudarte a trazar tu plan de salud personal, es necesario que identifiques lo que es saludable para ti, considerando lo físico, mental y social (cómo se te desglosó en esta lección), con ello puedes crear un organizador o tener un diario donde te propongas metas referentes al autocuidado. Puedes elaborar estas propuestas de acuerdo con los ejemplos de la tabla de Alarcón (2018) o puedes indagar un poco más con creadores de contenido basados en evidencia, libres de estigma y con enfoque compasivo.

Por último, la prevención en temas de salud permea desde diferentes capas sociales que, de acuerdo con las necesidades colectivas, propone y destina tanto directrices como recursos para ayudar a atender las problemáticas en general. La forma en la que se plantea la prevención no es únicamente desde la dimensión política; parte importante se lleva a cabo desde los hogares y la implementación de pautas que permitan la sostenibilidad del bienestar y calidad de vida. 

Hasta este punto sería bueno que cuestionemos sobre nuestros hábitos alimenticios, de higiene y también sobre el acercamiento a los servicios de salud (medicina general, medicina familiar, atención preventiva, atención psicológica). El que las personas nos integremos a los programas de atención primaria o participemos, recreando conductas que nos permitan tener salud accesible, sostenible y funcional de acuerdo con nuestros diferentes contextos. 

Existe una gran posibilidad de poder mejorar nuestra calidad de vida si por medio de acciones concretas y sencillas, que podamos realizar en nuestro día a Día, dirigimos a prevenir el malestar. Particularmente entender que, como cualquier concepto dependiente del tiempo y las necesidades, actualmente se está buscando un enfoque equitativo, inclusivo y rentable, sobre todo después de la situación que la pandemia orilló a enfrentar, se buscó que las personas tuviéramos más consciencia en estos aspectos biopsicosociales que integra la salud.  Investigar el impacto que tiene la sociedad ante la salud y cómo juega un papel importante en la implantación de barreras, también me permitirá conocer las limitantes actuales del ejercicio de mi plan de salud integral y, de acuerdo con mis recursos, poder crear estrategias accesibles, realizables y disponibles que me permitan manejar la situación de la manera óptima.

Fuentes de información

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  • Falke G. & Pellegrino J. (2020). Salud integral del joven y del adolescente. Medicina preventiva y social. Revista de la Asociación Médica Argentina, Vol. 133(4), 24-29. https://www.ama-med.org.ar/uploads_archivos/2022/Rev-4-2020_pag-24-29_Falke.pdf
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