Clase digital 2. Pie plano y cavo

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A Male Doctor Explaining the X-ray Result of a Foot

Pie plano y cavo

Introducción

El pie humano es una estructura asombrosa y compleja, compuesta por 28 huesos, 55 articulaciones, múltiples ligamentos y numerosos músculos. Su diseño le permite satisfacer las variadas demandas de apoyo y movimiento del cuerpo humano, desde caminar y correr hasta realizar movimientos precisos y complejos. La comprensión de las características fundamentales del pie es esencial en el campo de la fisioterapia, y es lo que exploraremos en esta unidad de aprendizaje.

El pie humano cumple varias funciones vitales:

  • Función motora. El pie proporciona la base necesaria para caminar, correr y saltar, generando los impulsos que nuestro cuerpo necesita para el movimiento.
  • Función de equilibrio. Para mantener el equilibrio, el pie trabaja en conjunto con la articulación del tobillo, los metatarsianos del antepié y el ligamento lateral que actúa como un soporte esencial.
  • Función de amortiguación de presión. Cuando corremos, el pie soporta cargas considerables. A modo de ejemplo, al correr a 12 km/h, el pie permanece en el suelo durante tan solo 0.25 segundos, soportando un promedio de 110 toneladas por cada 1,500 metros recorridos para una persona de 70 kg. Esto subraya la importancia de su función de amortiguación.

Desde una perspectiva educativa, dividimos el pie en tres partes funcionales:

  • Antepié. Compuesto por cinco metatarsianos y sus respectivas falanges, formando una serie de huesos radiales.
  • Metatarsiano. Incluye el hueso navicular, que se articula con la cabeza del astrágalo, el cuboides que se conecta con el hueso navicular y la base del metatarsiano.
  • Retropié. Consta del astrágalo, que se articula con el calcáneo para formar la articulación subastragalina, un punto clave de apoyo posterior.
Imagen 1. Partes del pie.

La disposición de estos huesos crea una cúpula en el mediopié que proporciona una resistencia significativa para soportar el peso corporal. Los puntos de apoyo, conocidos como el «trípode,» incluyen la cabeza del primer metatarsiano, la cabeza del quinto metatarsiano y el proceso calcáneo.

Es fundamental comprender la anatomía y biomecánica del pie, ya que las alteraciones morfológicas y patológicas, como el pie plano y el pie cavo, pueden afectar significativamente la marcha y el bienestar del paciente. En esta unidad, exploraremos a fondo estos procesos patológicos, su impacto y cómo abordarlos desde la fisioterapia.

¡Bienvenido a esta emocionante exploración de la anatomía y patología del pie humano en el contexto de la fisioterapia en ortopedia y traumatología!

Desarrollo del tema

La comprensión del pie humano no estaría completa sin explorar los arcos que desempeñan un papel crucial en su estructura y función. Estos arcos se dividen en tres principales, según Hoppenfeld (2013):

B-C. El arco externo. Este arco incluye tres huesos esenciales:

  • El quinto metatarsiano, que sustenta el apoyo anterior.
  • El cuboides, que se encuentra en suspensión y no hace contacto con el suelo.
  • El calcáneo, cuyas tuberosidades posteriores actúan como el punto de apoyo posterior.

B-C. El arco externo. Este arco incluye tres huesos esenciales:

  • El quinto metatarsiano, que sustenta el apoyo anterior.
  • El cuboides, que se encuentra en suspensión y no hace contacto con el suelo.
  • El calcáneo, cuyas tuberosidades posteriores actúan como el punto de apoyo posterior.
Imagen 2. Tipos de arco del pie.

El arco externo es notablemente rígido, lo que le permite transmitir eficazmente el impulso motor del tríceps tibial. El ligamento calcáneocuboideo plantar, con sus haces profundo y superficial, desempeña un papel crucial en la estabilización de las articulaciones calcáneocuboidea y cuboides. Esto es esencial para mantener la integridad de los huesos metatarsianos bajo la influencia del peso corporal.

A-B. El arco anterior o transverso. Este arco se sostiene mediante las cabezas del primer y quinto metatarsiano, lo que implica que las cabezas de los otros tres metatarsianos normalmente no tienen contacto con el suelo (Hoppenfeld, 2013). Sin embargo, en diversas patologías que involucran un desequilibrio entre los músculos intrínsecos del pie, el arco transversal puede aplanarse, lo que contribuye al desarrollo de dedos en garra y la formación de callosidades plantares dolorosas (Hoppenfeld, 2013)

A-C. El arco longitudinal o interno. Este arco implica cinco huesos fundamentales:

  • El primer metatarsiano.
  • La primera cuña, que no hace contacto con el suelo.
  • El escafoides tarsal, que forma la bóveda y se ubica a una distancia de 15 a 18 mm del suelo.
  • El astrágalo, responsable de distribuir las fuerzas de carga.
  • El calcáneo, que es el punto de apoyo posterior del pie.
Imagen 3. Arco interno.

El arco interno mantiene su forma cóncava gracias a la acción de ligamentos y músculos que funcionan como tensores, en particular el tibial posterior, el peroneo largo, el flexor del dedo gordo y el aductor de los dedos. Por otro lado, el extensor propio del dedo índice y el tibial anterior tienden a aplanar este arco (Hoppenfeld, 2013).

Desarrollo del pie

La evolución normal del arco longitudinal interno comienza al nacer. La posición más común del pie es en calcáneo valgo, sin presencia de arco longitudinal interno.

Cuando un niño comienza a caminar alrededor de los 12 a 18 meses de edad, el área medial del pie no tiene arco y hay una capa de tejido graso que cubre esta área.

El arco longitudinal interno comienza a formarse a la edad de 2 a 4 años, y luego del inicio del swing, el tejido adiposo plantar se distribuye. (Cleland, 2022).

Pie plano

El pie plano se caracteriza por un retropié en pronación y una parte anterior en supinación. En esta condición, gran parte del arco del pie colapsa y hace contacto con el suelo. Algunos aspectos importantes a destacar son:

  • El arco está formado por las bases del primer y quinto metatarsiano y se apoya en el calcáneo.
  • A menudo se asocia con un tobillo que se inclina hacia afuera.
  • Esta deformidad resulta en la pérdida de las conexiones interarticulares del retropié y el mediopié, y se acompaña de desequilibrios musculares y cambios en la elasticidad de los ligamentos.

Los cambios morfológicos del pie en el pie plano se caracterizan por una desviación del talón en valgo y la disminución o pérdida de la altura del arco plantar. Los signos y síntomas incluyen calambres en el pie, la pierna y la rodilla, inclinación del talón hacia afuera, incomodidad al caminar, retiro voluntario o disminución de energía durante la actividad física, desgaste anormal de los zapatos y dificultad para correr.

Tipos de pie plano

Existen varios tipos de pie plano, incluyendo el congénito, el paralítico o parético, el traumático, el inflamatorio, el pie plano flexible y el pie plano rígido. Cada uno de estos tipos se asocia con causas y características específicas (Hoppenfeld, 2013):

  • Congénito. Generalmente grave y raro, puede producir luxación del astrágalo.
  • Paralítico o Parético. Relación con fractura por mal equilibrio muscular en algunos casos con espasticidad muscular.
  • Traumático. Relación con fracturas mal consolidadas o luxaciones inadecuadamente reducidas.
  • Inflamatorio. Proceso inflamatorio afecta la articulación subastragalina destruyendo los ligamentos.
  • Pie plano flexible. el pie está plano mientras la persona está de pie (soportando peso), pero el arco reaparece cuando no se está de pie
  • Pie plano rígido. el arco siempre está duro y plano, la deformidad valgo del tobillo, hace que se pierda el equilibrio del apoyo sobre la cabeza del astrágalo.
  • Por un astrágalo vertical congénito. Empuja el escafoides y lo disloca hacia arriba.
  • Por deformidad del escafoides. Manifestada por un hueso accesorio o por la aparición de una fractura.
  • Coalición tarsal (enfermedad congénita). Fusión anormal de dos o más huesos en el pie.
    Por desviación del eje calcáneo (cambio mayor). Repercute en otras partes del pie.
Imagen 4. Huella plantar.

Pie cavo

El pie cavo, en contraste con el pie plano, se caracteriza por una supinación del antepié. En esta condición, el arco del pie es más alto de lo normal y los dedos de los pies se curvan hacia los talones en las puntas. Algunas características importantes del pie cavo son:

  • Hiperapoyo, especialmente en los primeros y quintos metatarsianos.
  • El talón tiende a estar en varo.
  • Las causas pueden ser idiopáticas o neurogénicas.

Los pies cavos son menos comunes que los pies planos, y quienes los padecen a menudo experimentan dolor, ya que la zona entre el tobillo y los dedos (huesos metatarsianos) se encuentra bajo una mayor tensión. Esto puede dificultar el uso de calzado adecuado y llevar a una serie de problemas, como una longitud de pierna reducida y dolor al caminar, pararse o correr (Hoppenfeld, 2013).

Imagen 5. Pie Cavo.

La clasificación del pie cavo se basa en diversas características, como la presencia de un astrágalo vertical congénito, deformidades del escafoides, coaliciones tarsales y desviaciones del eje del calcáneo. Cada uno de estos subtipos conlleva sus propias implicaciones y desafíos para el diagnóstico y tratamiento.

Conclusión

En el estudio de las alteraciones morfológicas del pie, hemos destacado dos afecciones clave: el pie plano y el pie cavo, cada una con sus propias características y manifestaciones. Es esencial comprender que el pie plano es un estado fisiológico en los niños durante los primeros 2 a 4 años de vida, y en la mayoría de los casos, el arco plantar se desarrolla naturalmente con el crecimiento. Estos pies planos elásticos no requieren tratamiento y son una parte normal del desarrollo infantil. Sin embargo, en casos excepcionales, las disfunciones del pie plano pueden dar lugar a síntomas y lesiones específicas, particularmente en deportistas, lo que subraya la importancia de la atención temprana y el manejo adecuado.

Por otro lado, el pie cavo se caracteriza por un arco plantar más alto de lo habitual, lo que puede generar molestias, fatiga y dificultades al caminar, especialmente a medida que el proceso evoluciona. El peso corporal tiende a distribuirse de manera desigual, con una mayor carga sobre las cabezas de los metatarsianos, lo que conlleva dolor y rigidez en esa área. La evaluación y el tratamiento adecuados son fundamentales para abordar estas alteraciones y garantizar el bienestar del paciente.

Te invito a contestar las siguientes preguntas:

Fuentes de información

  • ánchez, A. J. L., Durán, L. M. A., Jódar, X. A., Linares, L. B., & Vicén, J. A. (2005b). Fuerzas de reacción del suelo en pies cavos y planos. Archivos de medicina del deporte: revista de la Federación Española de Medicina del Deporte y de la Confederación Iberoamericana de Medicina del Deporte, 22(108), 285-292. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2139449
  • Fisiolution. (2020, 29 octubre). PIE CAVO – 6 MEJORES EJERCICIOS para CORREGIR y EVITAR DOLOR | Fisiolution [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=_eli2qiGH3Y
  • Ergodinámica. (2022, 16 diciembre). Ergodinámica | Centros médico deportivos. Ergodinamica. https://www.ergodinamica.com/
  • Cleland, J., Koppenhaver, S., & Su, J. (2022). Netter. Exploración clínica en ortopedia: Un enfoque basado en la evidencia. Elsevier Health Sciences.
  • De Sande Carril, M. L. (2003). Fisioterapia en traumatología, ortopedia y reumatología. Elsevier España.
  • Hoppenfeld, S. (2013). Physical Examination of the Spine and Extremities. Manual Moderno México D.F