Clase digital 4. Autocuidado del acompañamiento tanatológico

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Autocuidado del acompañamiento tanatológico

Introducción

En las clases anteriores, hemos explorado cómo un acompañante terapéutico puede desarrollar actitudes personales que faciliten el encuentro con el doliente, junto con estrategias de comunicación efectiva para validar y ayudar a organizar las emociones y el sufrimiento del paciente.

Hoy abordaremos una pregunta fundamental que a menudo inquieta a los estudiantes de tanatología: ¿Cómo podemos evitar que al acompañar el sufrimiento de otros, esa experiencia no termine afectándonos a nosotros, los acompañantes? ¿Cómo podemos evitar sentirnos tristes, enojados o frustrados después de escuchar estas historias tan conmovedoras? ¿Y, sobre todo, cómo podemos asegurarnos de que esta labor no impacte negativamente en nuestra vida personal?

Estas interrogantes nos conducen a un concepto vital: el autocuidado. Recordemos que la tanatología es una práctica de promoción de la salud mental que conlleva compromisos y riesgos significativos. Como profesionales de la tanatología, debemos ser conscientes de los desafíos que enfrentamos y tomar medidas para evitar que el desgaste emocional nos afecte de manera personal.

A lo largo de esta clase, exploraremos estrategias concretas de autocuidado para protegernos del impacto colateral que puede surgir al acompañar el dolor durante periodos prolongados, a menudo en contextos de sufrimiento traumático. La idea es fortalecer nuestra capacidad para mantener un equilibrio saludable entre nuestra labor profesional y nuestra vida personal.

Como parte de esta lección, crearás un decálogo de estrategias de autocuidado específicas para el acompañamiento tanatológico. Estas estrategias te ayudarán a desarrollar habilidades y enfoques que te permitirán cumplir con tu rol de manera efectiva, al tiempo que preservas tu propio bienestar emocional. ¡Empecemos a explorar estas valiosas herramientas juntos!

Desarrollo del tema

Autocuidado del acompañante tanatológico

El papel del tanatólogo surgió cuando, frente al dolor de la pérdida o la inevitabilidad de la muerte, alguien no abandonó a quien sufría, no se paralizó ni se dio por vencido, sino que buscó alternativas para aliviar el sufrimiento y el dolor. Se basó en los principios de la medicina paliativa y aprovechó recursos sociales para proporcionar compañía, validar emociones y pensamientos relacionados con el proceso de duelo (preocupaciones, temores, deseos, fantasías, ideas). Además, se armó de información para llevar a cabo procesos de educación psicológica que permitieran resolver problemas prácticos, como procedimientos médicos, asuntos administrativos y legales, o el acceso a apoyos sociales y, en ocasiones, fungió como intermediario para acceder a servicios espirituales. En resumen, la tanatología se estableció como una relación de ayuda para mejorar la calidad de vida (Treviño, 2016).

El trabajo del cuidador y el tanatólogo como figura del que cuida al cuidador

En muchas ocasiones, el servicio de acompañamiento tanatológico no se brinda únicamente a personas con enfermedades crónicas, degenerativas o terminales, ni a aquellos que han sufrido una pérdida cercana. También se ofrece como orientación y apoyo a las personas que actúan como cuidadores. Con frecuencia, los cuidadores muestran signos severos de desgaste, según Treviño (2016). Este desgaste se manifiesta de diversas formas:

  • Estrés y cansancio.
  • Somatizaciones asociadas al estrés como problemas gástricos, de sueño, tensión y dolores musculares.
  • Estado de ánimo bajo, irritabilidad, frustración, pesar y culpa.
  • Disminución de la capacidad de resolución de problemas.
  • Disminución de actividades y relaciones externas a la familia, pues en ellos se ha incrementado la sobrecarga de cuidados y responsabilidades con respecto al enfermo.

Cuando se acompaña a personas con enfermedades crónicas, degenerativas y/o terminales, el panorama es igualmente doloroso, lleno de dudas y altibajos emocionales que pueden generar enojo, culpa, desolación, tristeza, frustración, y conlleva cuestiones administrativas por resolver. También implica la dificultad de asimilar la experiencia de despedida. Al acompañar a personas en duelo que han perdido a un ser querido, todo lo mencionado anteriormente se experimenta, además de la búsqueda de un nuevo proyecto de vida. Sin embargo, es importante reconocer que resulta difícil sumergirse en este nivel de dolor sin que ello afecte a quien brinda el acompañamiento.

Tanto el acompañante tanatológico como el cuidador experimentan en sí mismos estos signos de desgaste y, en el peor de los casos, pueden desarrollar el Síndrome del Cuidador. El acompañante tanatológico, al igual que el cuidador, experimenta en sí mismo sentimientos de dolor, frustración e impotencia en muchas ocasiones. Por tanto, es crucial que el acompañante tanatológico se enfoque en su propio proceso de autocuidado, ya que el desgaste es un riesgo psicosocial inherente a su labor.

Este desgaste puede ser una consecuencia indirecta del involucramiento personal que implica sumergirse en experiencias de descubrimiento, análisis y procesos tanto conscientes como inconscientes, que se entrelazan con experiencias previas y vivencias que han dejado huellas en forma de aprendizajes o heridas, cicatrizadas o no. Estas experiencias previas determinan la perspectiva y la forma de ser en el mundo (Machain, 2022).

Síndrome de Bournout

El nivel más elevado de este desgaste puede manifestarse en forma del Síndrome de Burnout. Aunque no está oficialmente reconocido como un trastorno mental por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconoce como una condición frecuente en profesionales de la ayuda. Este síndrome se caracteriza por el agotamiento emocional, la distancia mental, la disminución de la empatía hacia las personas a las que se presta atención y una reducción en la eficacia profesional. Se ha observado que cerca del 40% de los profesionales de la salud mental puede experimentar este síndrome en algún momento de su carrera. Además, los profesionales del campo de la asistencia y la salud tienen tasas más altas de suicidio, y las condiciones de estrés y Burnout en estos profesionales reducen la calidad de la atención y la percepción de los usuarios de ser atendidos adecuadamente (Franco, 2020).

El Síndrome de Burnout se manifiesta con una sensación reducida de logro, sentimientos de incompetencia y una falta de productividad en el trabajo, lo que lleva a que el profesional se perciba a sí mismo como ineficaz. El síndrome consta de tres dimensiones, tal como se muestra en el siguiente diagrama titulado Características del Síndrome de Burnout (Franco, 2020):

Una vez hayas completado el inventario, te sugerimos que reflexiones sobre los siguientes puntos:

¿Qué descubriste al evaluar tu situación?

  • ¿Te proporciona alguna revelación importante?
  • ¿Puedes intuir las respuestas de algún profesional que esté experimentando altos niveles de Burnout?
  • ¿Has sentido alguna vez que experimentabas estas señales?
  • ¿Has conocido a alguien que manifestara algunas de estas señales?

Como en todos los temas de salud, existen factores que aumentan el riesgo de desarrollar el Síndrome de Burnout. A continuación, enumeramos algunos de estos factores:

Diagrama 1. factores que aumentan el riesgo de desarrollar el Síndrome de Burnout.

Como lectura complementaria sobre este tema, te sugerimos leer los siguientes documentos:

La tramitación emocional como estrategia del
autocuidado en el Tanatólogo Clínico

Síndrome de Burnout y desempeño laboral
en el personal de salud

Estrategias de autocuidado

Una vez identificados estos factores de riesgo, es crucial centrarnos en las estrategias de autocuidado necesarias para los profesionales de la salud mental. Te invitamos a ver el siguiente video sobre el autocuidado en Psicología:

Además de implementar estrategias de autocuidado, es importante que el acompañante tanatológico asuma:

Diagrama 2. Sostenimiento del acompañante tanatológico.

Conclusión

Al igual que en otras profesiones que requieren un equipo de seguridad para llevar a cabo tareas, en nuestra labor como acompañantes tanatológicos, nuestros procesos de autocuidado son nuestra prioridad. Debemos estar conscientes de que estar en contacto con el dolor agudo y la muerte tiene un impacto en nuestro mundo interno, además de las expectativas que tanto los usuarios de nuestros servicios como las instituciones tienen sobre nosotros. Por lo tanto, cuidar de nuestra herramienta de trabajo, que somos nosotros mismos, es esencial.

Algunos autores se refieren a este impacto de trabajar con personas abrumadas por el sufrimiento como un «trauma vicario» (Santa-Cruz, 2015), donde el profesional de la salud y asistencia social experimenta un trauma debido a la experiencia de acompañar a personas que han sufrido traumas. Este módulo ha tenido como objetivo detenernos a reflexionar sobre la importancia del bienestar del profesional de la salud, en este caso, del acompañante tanatológico. A partir de su propio bienestar y autocuidado, el profesional puede lograr:

  • Modelar el funcionamiento de una persona funcional que cuida de sí misma.
  • Desarrollar empatía hacia la complejidad que enfrenta el doliente para mantenerse a flote y en equilibrio después de una pérdida.
  • Profesionalizar el trabajo del acompañante tanatológico mediante la capacitación y la supervisión de casos, lo que nos lleva a una práctica basada en la ciencia y alejada de subjetividades, pseudociencias, chamanería y magia.
  • Experimentar en su propio proceso psicoterapéutico para la prevención y el manejo de señales de Burnout, lo que lo convertirá en un profesional más objetivo, sensible y empático hacia la experiencia de aquellos a quienes acompaña.
  • En futuros cursos, abordaremos el diseño de una intervención que se base en evidencia, alejándonos de pseudociencias y magias, y nos adentraremos en una formación más avanzada como Tanatólogos Clínicos. También exploraremos estrategias de abordaje para el Duelo Complejo Persistente (o duelo patológico).

Ha sido un placer acompañarte en este viaje. Agradezco tu participación en este microcurso y me encantaría conocer los aprendizajes significativos que has obtenido. Por favor, escríbeme y comparte tus comentarios.

Fuentes de información

  • Franco, M. S. (2020). Prevención del Burnout en Profesionales de la Salud.
  • Lauracio, C., & Ticona, T. L. (2020). Síndrome de Burnout y desempeño laboral en el personal de salud. Revista Innova Educación, 2(4), 543-554.
  • Agudelo (2019) El autocuidado en Psicología. Congreso Colombiano de Psicología. Revisado el 1 de julio de 2023. https://www.youtube.com/watch?v=hJlMhFJnj4I
  • Maslash (1981) MBI, Maslash Bournout Inventory
  • Machain (2022). La tramitación emocional como estrategia de autocuidado del tanatólogo clínico. ITESO. Departamento de psicología, educación y salud.
  • Santa-Cruz (2015) El estudio del fenómeno de traumatización vicaria basado en sus principales autores.