Clase digital 2. Modelo de evaluación integral

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Modelo de evaluación integral

Introducción

Bienvenid@s a la clase digital 2, la evaluación del adulto mayor resulta esencial para la obtención de un perfil preciso de las alteraciones neurocognitivas, conductuales y emocionales, asociado a un diagnóstico diferencial. Asimismo, la valoración debe permitir un entendimiento específico de los cambios funcionales y sus consecuencias prácticas, de las necesidades y capacidades que pueda presentar la persona evaluada para el desarrollo de un proceso capaz de proporcionarle autonomía y bienestar subjetivo, y el reconocimiento de datos esenciales para la creación de un programa de intervención. 

El proceso de evaluación puede ser bastante complejo, considerando sus dos diferentes dimensiones: cuantitativa, a partir de la utilización de una serie de herramientas, recursos y modelos teóricos, y validados por el conocimiento científico, tales como: entrevistas, cuestionarios, escalas, pruebas y todo aquello que permita una descripción pormenorizada de las alteraciones funcionales, biológicas, fisiológicas y mentales del mayor. 

Una de las principales ventajas de la evaluación cuantitativa es la obstaculización de la subjetividad del evaluador (interpretación de datos), afianzada por la sistematización de las pruebas aplicadas. Asimismo, muchos autores consideran que no es posible realizar un buen diagnóstico sin sumar a la valoración cuantitativa los aspectos cualitativos (observación clínica), tomando en cuenta que estos permiten una visión más realista de las alteraciones y limitaciones del paciente. No obstante, los mismos autores refieren que para tal, el evaluador debe tener la capacidad de comprender los procesos evaluados, así como el entendimiento de las destrezas y dificultades, presentes en la realización de tareas y actividades propuestas al paciente. 

La otra dimensión se refiere precisamente a la valoración cualitativa, y por norma, está asociada a la observación clínica, sin embargo, cuando se aplica de manera individual puede querer decir que el fenómeno que se pretende medir difícilmente puede ser cuantificado o expresado bajo el umbral de una escala de medición; o que el fenómeno es parte de una construcción social que de otra forma no se podría mensurar; o cuando se pretende estudiar un problema en profundidad sin la interferencia de aspectos resultantes del entorno. Cualquier proceso cualitativo tiene que estar sistematizado, bajo ningún concepto la opinión, observación esporádica y desorganizada o una conversación, pueden reflejar una evaluación. Así que se indagará, sobre todo, en estas dos dimensiones de la evaluación.

Desarrollo del tema

1. Entrevista inicial e historia clínica 

La entrevista se inicia con dos aspectos importantes del mayor, en primer lugar, el motivo de consulta, que seguramente está relacionado con aspectos de su desarrollo humano, o sea, de la vejez, no obstante, importa saber si la necesidad de buscar ayuda se relaciona con síntomas orgánicos o emocionales, esta información es esencial para direccionar la entrevista; y en segundo lugar, la expectativa que tiene la persona adulta mayor sobre el proceso de evaluación e intervención.

A esta primera sesión es común que el mayor vaya acompañado por un familiar, pareja, amigo o persona próxima de su entorno, lo que permite al evaluador tener una idea del tipo de red de apoyo que la persona adulta mayor pueda tener, corroborar información sobre el entorno del paciente y sobre su realidad subjetiva. 

2. Evaluación psicológica (cognición, personalidad y regulación emocional), violencia y funcionalidad

El proceso de evaluación psicológica debe considerar la medición de los procesos cognoscitivos, de la personalidad y de la regulación emocional del mayor, siendo que en los casos donde se haya realizado una evaluación neuropsicológica, no debe aplicarse la valoración cognoscitiva. Sin embargo, importa referir que juntamente con la medición cognitiva o funcional (neuropsicológica) debe ser medida la regulación emocional, esto por todas las correlaciones existentes entre ambas dimensiones.

Innúmeros artículos científicos han demostrado que por ejemplo, la depresión afecta a la memoria, sin que exista una alteración mnésica, de la misma manera, que alteraciones en las funciones ejecutivas, pueden generar cambios de humor, derivados a la incapacidad de solucionar problemas.  Además, deben ser valorados los aspectos de la personalidad, igualmente, por su relación directa con la cognición y regulación emocional. La violencia es sin duda una de las cuestiones más pertinentes en la evaluación, puesto que su efecto tanto puede ser emocional como cognitivo.

3. Organizar baterías de pruebas para una evaluación completa, considerando validación, constructo y capacidad de medición

En este sentido, importa referir que la confiabilidad de un instrumento se refiere a un factor estadístico que está asociado a la consistencia de los resultados obtenidos, a través de la valoración de individuos en la construcción o validación de la prueba. El análisis de los datos permite calcular el error de la medición y así predecir determinados niveles de variabilidad que se pueden presentar en las futuras mediciones, en otras palabras, se calculan las diferencias individuales de cada persona, para asegurar una medición generalizada del fenómeno. Sin embargo, la confiabilidad del instrumento también depende de las condiciones óptimas de aplicación: ambiente, instrucciones, tiempos límites de aplicación, la relación terapéutica y otros factores específicos. 

4. Integración psicológica y redacción y, o comunicación oral del informe

El informe tiene como propósito transmitir de forma detallada y minuciosa los resultados de la evaluación, de presentar un diagnóstico o una hipótesis diagnóstica, un pronóstico y el mayor número de datos posible sobre el estado del adulto mayor. Este documento escrito puede tener una serie de destinatarios, su finalidad primera es presentar resultados, siendo que estos pueden ser utilizados para efectos legales, clínicos, administrativos o incluso personales y en este sentido, importa que se considere con ponderación y moderación la forma de redacción aplicada, para no generar ideas erróneas sobre la situación, etiquetas que promuevan el estigma social o falsas expectativas cuanto a los resultados de la rehabilitación.

Para profundizar el tema te invito a revisar el siguiente material complementario:

No.Nombre del recursoTipo de recursoEnlace web
1Entrevista: Neuropsicológica en personas mayores – UNEDVideo[Acceder]
2Entrevista: Evaluación del bienestar psicosocial del adulto mayor 2015Video[Acceder]
3Cómo evaluar si un adulto mayor necesita cuidadosArtículo[Acceder]
4Manual MSD para profesionalesPágina web[Accede]
5Valoración geriátrica integralInfografia[Acceder]
6Episodio 16: Una Conversación Con El Departamento De Envejecimiento De MarylandPágina web[Acceder]
7Ellis G, Whitehead M, O’Neill D, Langhorne P, Robinson D. Evaluación geriátrica integral para pacientes
de edad avanzada ingresados en el hospital (Revision Cochrane traducida).
Cochrane Database of Systematic Reviews 2011 Issue 7. Art. No.: CD006211. (10 páginas).
Artículo[Acceder]

Conclusión

Es importante reconocer que ciertas situaciones clínicas pueden complicar la evaluación de adultos mayores, desde trastornos psicóticos hasta el uso agudo de psicofármacos, lo que puede influir en la aplicación de las guías de evaluación integral. Por lo tanto, es esencial comenzar cualquier evaluación con una revisión exhaustiva de los informes previos para comprender el contexto y la historia del paciente.

La evaluación integral debe seguir un enfoque general, lo que permite al profesional de la salud recopilar información relevante, comunicar un diagnóstico preciso y redactar un informe completo. En el ámbito del envejecimiento, es común encontrar procedimientos de evaluación predefinidos, especialmente en instituciones de rehabilitación y tratamiento. Sin embargo, es importante destacar que las pautas de evaluación deben permitir la flexibilidad para realizar ajustes según las necesidades del paciente y los datos recopilados durante el proceso de valoración.

La medición psicométrica, aunque valiosa, no debe ser el punto de partida de la evaluación integral. La entrevista clínica desempeña un papel esencial en el proceso, ya que proporciona información sobre la idiosincrasia del paciente y datos que son fundamentales para una evaluación completa.

Por lo tanto, se han presentado una serie de técnicas para facilitar la evaluación integral, que incluyen entrevistas clínicas con el paciente, familiares y otras personas relevantes, la aplicación de pruebas psicológicas para evaluar la personalidad y la regulación emocional, y pruebas neuropsicológicas para medir la funcionalidad y la neurocognición. La integración diagnóstica es una parte fundamental de este proceso, donde el evaluador debe considerar toda la información recopilada, analizarla y, en caso de duda, buscar aclaraciones adicionales. En resumen, esta clase destaca la importancia de una evaluación integral y flexible en la atención de adultos mayores en el contexto del envejecimiento.