Tejido nervioso
Introducción
Te doy una cordial bienvenida a la última clase del microcurso «Histología básica para estudiantes del área de la salud». Nos encontramos en la fase final de este recorrido, y es el momento de explorar el cuarto y último tipo de tejido básico.
A lo largo de este curso, hemos abordado las generalidades fundamentales de los tejidos, investigando en detalle las características de varios tipos, incluyendo los epitelios, los tejidos conectivos y los tejidos musculares. Ahora, es el turno del tejido nervioso, y quiero enfatizar que su importancia no se ve disminuida por ser el último en nuestra lista. El tejido nervioso es fundamental para nuestras capacidades de respuesta al entorno y para la percepción y regulación de cambios internos en nuestro organismo. Controla e integra las funciones de nuestros órganos y sistemas de manera asombrosa.
En esta última lección, exploraremos la composición del tejido nervioso, su estructura organizativa, las diversas células que lo componen y cómo las neuronas reaccionan ante situaciones de agresión. Sin más preámbulos, te animo a sumergirte en el contenido de esta clase y aprovechar al máximo esta valiosa oportunidad de aprendizaje.
Desarrollo del tema
En esta clase, exploraremos la división anatómica del sistema nervioso, dividiéndolo en dos componentes principales: el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico.
Dentro del sistema nervioso central, analizaremos la histología del cerebro, la médula espinal y el cerebelo. En el sistema nervioso periférico, examinaremos la histología de los nervios, los ganglios y el tejido nervioso de los órganos y sistemas. Comenzaremos por abordar la histología de la célula fundamental del sistema nervioso: la neurona o célula nerviosa, que representa la unidad funcional de este tejido (Mescher, 2021).
Las neuronas presentan una diversidad de formas y tamaños; algunas son bastante grandes, como las que se encuentran en los ganglios dorsales, mientras que otras son muy pequeñas, como las que se localizan en la capa granular del cerebelo.
En cuanto a su morfología, las neuronas poseen numerosas proyecciones citoplasmáticas denominadas neuritas, una de las cuales es más larga y corresponde al axón, mientras que la mayoría de estas proyecciones se llaman dendritas.
Las neuronas disponen de un citoplasma, también conocido como soma o pericarion, donde reside el núcleo con su nucleolo. Además, cuentan con un abundante retículo endoplásmico rugoso llamado corpúsculos o gránulos de Nissl. Las neuronas se dividen en tres categorías principales: multipolares, que son las más comunes y tienen varias proyecciones citoplasmáticas y un solo axón, incluyendo interneuronas y neuronas motoras; bipolares, que poseen una dendrita y un axón y se encuentran en los órganos de los sentidos como el olfato, el gusto, el equilibrio, la vista y el oído; y pseudounipolares, que tienen solo un axón que se divide en dos ramas axónicas largas cerca del soma, y la mayoría de estas neuronas tienen una función sensorial (Pawlina, 2016).
Para obtener información más detallada sobre las características de estas neuronas, te invito a consultar el siguiente enlace con laminillas digitales:
Las neuronas se comunican entre sí mediante las sinapsis, que son uniones que facilitan la transmisión de impulsos desde una neurona presináptica a otra postsináptica. Estas sinapsis pueden ser químicas o eléctricas y generalmente son axodendríticas, aunque también pueden ser axosomáticas.
El axón está recubierto por mielina, una sustancia de origen oleoso que cumple una función aislante y es producida por células de la glía central o de la glía periférica, conocidas como células de Schwann. Además de las neuronas, el sistema nervioso central incluye otras células de la glía, como los astrocitos, los oligodendrocitos, las células ependimarias y las células de la microglía (University of Michigan, 2023).
Para obtener una visualización detallada de estas células, te invito a revisar las laminillas digitales de cortes histológicos del cerebro y la médula espinal en los siguientes enlaces:
A continuación, examinaremos la histología de los nervios periféricos. Estos nervios están compuestos por conjuntos de fibras nerviosas delimitados por tejido fibroconectivo. Las fibras nerviosas periféricas incluyen tanto fibras sensitivas como motoras y conectan los órganos del cuerpo con el encéfalo y la médula espinal. El término «fibra» se utiliza para referirse a los axones recubiertos de mielina y rodeados de tejido conectivo (Mescher, 2021).
Un nervio periférico está formado por el axón y su célula de glía correspondiente, conocida como célula de Schwann, así como por el tejido conjuntivo que los rodea.
Los nervios se componen de varios fascículos de axones que están separados por tejido fibroconectivo. El tejido conectivo que envuelve un nervio se llama epineuro, el que separa a un fascículo de fibras se llama perineuro, y el que delimita un axón se denomina endoneuro (Pawlina, 2016).
Para una visualización detallada de las fibras nerviosas y el tejido fibroconectivo que las rodea, te recomiendo explorar el siguiente enlace:
Encontramos neuronas en diversos órganos y tejidos, que comparten similitudes con las neuronas ya revisadas. Sin embargo, estas neuronas forman parte del sistema nervioso autónomo, encargado de inervar los órganos internos del cuerpo. Puedes observar algunas de estas neuronas en el siguiente enlace:
Finalmente, examinaremos la histología de las capas de tejido conectivo que recubren el cerebro y la médula espinal, conocidas como las meninges: duramadre, aracnoides y piamadre. Estas capas de tejido fibroconectivo denso revisten la médula espinal y el cerebro. Posteriormente, este tejido se adelgaza y acompaña a los nervios en forma de epineuro, perineuro y endoneuro.
Para visualizar estas capas de tejido conectivo, te invito a explorar el siguiente enlace:
Es importante destacar que el tejido nervioso tiene una capacidad de autorreparación bastante limitada. Prácticamente no se produce regeneración de axones en el sistema nervioso central, lo cual se debe, en parte, a la incapacidad de las células de la microglía y los oligodendrocitos para fagocitar eficazmente la mielina (Pawlina, 2016).
Conclusión
En esta última clase, hemos profundizado en el estudio del tejido nervioso, reconocido como esencial para la vida humana. Este tejido nos brinda la capacidad de interactuar con nuestro entorno y, al mismo tiempo, de supervisar y controlar los estímulos internos de nuestro organismo.
Durante esta lección, has adquirido un conocimiento valioso sobre las neuronas, que se presentan en diversas formas y tamaños, y que, aunque son más abundantes en el cerebro y la médula espinal, se distribuyen en todo el cuerpo. Además, has comprendido que las neuronas poseen una capacidad limitada de autorreparación y dependen de las células de la glía para su funcionamiento óptimo.
Estos conocimientos te brindan una base sólida para comprender la importancia del tejido nervioso en el funcionamiento integral de nuestro organismo y cómo su estudio es fundamental para futuros médicos y cirujanos. Al concluir esta última clase del microcurso, te felicito por tu dedicación y por haber completado esta etapa de aprendizaje.
¡Espero que esta experiencia de aprendizaje te haya sido de gran utilidad y que continúes explorando y profundizando tus conocimientos en el fascinante mundo de la histología y la medicina!
Para finalizar la clase te invitamos a contestar el siguiente examen:
Fuentes de información
- Mescher, A. L. (2021). Junqueira’s Basic Histology: Text and Atlas. (McGraw Hill, Ed.; 16th ed.). McGraw Hill.
- Pawlina, W. (2016). Ross. Histología, Texto y Atlas. Correlación con biología molecular y celular (Wolters Kluwer, Ed.; 7th ed.). Wolters Kluwer.
- Sorenson, R. L., & Brelje, T. Clark. (2023, April 2). Histology Guide. Virtual Microscopy Laboratory. https://Histologyguide.com
- University of Michigan. (2023, April 2). Histology. https://Histology.Medicine.Umich.Edu/