Unidad didáctica 2: Envejecimiento

INTRODUCCIÓN

Bienvenidos (as) a esta segunda unidad que abarca el concepto y características del envejecimiento, la unidad se trabajara en dos partes, la primera incluye las teorías del envejecimiento (biológicas, sociales, psicológicas) donde se explican las causas del mismo, sus consecuencias, los cambios físicos, psicológicos y sociales que influyen en este proceso y su manera de reflejarse a nivel social; se incluyen además los aspectos culturales, familiares y laborales, así como el proceso de salud y enfermedad que lleva al adulto mayor a tener un envejecimiento normal o patológico. En la segunda parte se analizarán los aspectos éticos en el cuidado del adulto mayor, para ello, es necesario considerar que pertenece a un grupo vulnerable, basarse en el código de ética de enfermería, y en los derechos de los pacientes y adultos mayores. En esta segunda parte, incluir las principales teorías que podemos utilizar en los cuidados de enfermería proporcionados al adulto mayor.

COMPETENCIA

El estudiante trabajará por lograr las siguientes competencias:

  • Explicará las teorías del envejecimiento mediante la comprensión de los cambios biológicos, psicológicos y sociales propios del envejecimiento.
  • Diferenciar lo que es el envejecimiento normal, del patológico.
  • Valorar las necesidades especiales de atención y apoyo integral al adulto mayor.
  • Describir los aspectos sociales, culturales, familiares y laborales que giran en torno al adulto mayor.
  • Conocer y aplicar los aspectos éticos del cuidado al adulto mayor.

CONTENIDO

2.1 Teorías del envejecimiento (biológicas, sociales y psicológicas)

El envejecimiento es un fenómeno multifactorial, que afecta todos los niveles de organización biológica desde las moléculas a los sistemas fisiológicos. Pero este proceso biológico no siempre coincide con el cronológico debido a las enfermedades que se han tenido desde tiempo atrás y el estilo de vida.

Existen diversas teorías que explican o intentan dar una explicación de los cambios antes mencionados que se dan en la vejez; así pues, comencemos por las siguientes teorías:

Diagrama 1. Teoría del envejecimiento.

Biológicas

Las teorías del envejecimiento intentan explicar el proceso de envejecimiento primario, el cual implica los cambios graduales e inevitables relacionados con la edad que aparecen en todos los organismos. Hacen referencia al envejecimiento normal y no patológico:

  • Teoría del Desgaste Natural del Envejecimiento: Esta teoría propone que cada organismo estaría compuesto de partes irremplazables, y que la acumulación de daño en sus partes vitales llevaría a la muerte de las células, tejidos, órganos y finalmente del organismo. Introducida por un biólogo alemán esta teoría está enfocada en la creencia de que las células de nuestro cuerpo se dañan por el sobre uso o abuso a que son sometidas. Sostiene que el cuerpo humano envejece debido al uso continuo. Las células del corazón y del cerebro, nunca pueden reemplazarse, cuando se lesionan, mueren, aun a una edad temprana.
  • Teoría de los radicales libres: De 1954 por R. Gerschman, o de la peroxidación (HARMAN, 1956): esta es una de las teorías más populares. Propone que el envejecimiento sería el resultado de una inadecuada protección contra el daño producido en los tejidos por los radicales libres Los radicales libres que se forman durante el proceso oxidativo del metabolismo normal reaccionan con los componentes celulares, originando la muerte de células vitales y, finalmente, el envejecimiento y la muerte del organismo.

Imagen 1.  Las células del  Corazón y del cerebro no pueden reemplazarse implicando un deterioro progresivo.

  • Teoría de la acumulación de productos de desecho: una posible causa del envejecimiento podría ser la acumulación de productos del metabolismo celular que al no ser solubles no pueden ser eliminados, acumulándose en nuestras células. Basada en la observación de células en animales de edad avanzada, donde se ve acumulo de sustancias como la lipofucsina y la degeneración basófila. Sin embargo, no parece que estas sustancias participen activamente en el proceso del envejecimiento y que sean tan solo meros marcadores indirectos de éste y cuya aparición está en relación con la existencia de reacciones de oxidación.
  • Teorías genéticas: Es claro que el factor genético es un importante determinante del proceso de envejecimiento, aunque no se conocen exactamente los mecanismos involucrados. Estas teorías se basan en el código genético de cada individuo, se encuentra escrito en cada una de nuestras células cuándo empezar a envejecer, propone que la causa del envejecimiento está en la información genética.
  • Teoría del envejecimiento programado: Sostienen que los cuerpos envejecen de acuerdo a un patrón de desarrollo normal establecido en cada organismo, el cual está preestablecido para cada especie. Este patrón debe ser predeterminante e innato. El envejecimiento es un proceso programado y calculado (genéticamente). Apoya esta postura el que cada especie presente un tiempo de vida fijo y que los cambios físicos que presenten los individuos serán ordenados y predecibles.

Sociales

Dentro de este marco surgen las teorías de la «socialización». Esta perspectiva postula que la persona que envejece está expuesta a sufrir y a acumular una serie de pérdidas (sensoriales, motoras, sociales, etc.) que reducen su autonomía y disminuyen su competencia. La persona, a lo largo del proceso de socialización, ha interiorizado diferentes roles sociales que van a regir su conducta en función de normas socialmente admitidas, independientemente de los eventos que vayan surgiendo. Dentro de este marco se inscriben tres periodos. Gognalons-Nicolet reconocen tres generaciones:

  • 1ª generación: Las teorías adaptativas relacionadas con la capacidad de interacción del individuo con su medio social, como la teoría de la actividad de Havighurst y R. Albrecht, (1953) o de Lemon, Bengston y Peterson en 1972 o la teoría de la desvinculación de Cummings y W.E. Henry, 1961.
  • 2ª generación: Corresponden a este grupo las teorías estructurales cuyo campo de análisis son los componentes estructurales (impacto de la organización social sobre el envejecimiento) y su influencia en las diferentes cohortes de las personas que envejecen. Destaca, entre otras, la teoría de la modernización en donde se insiste en la exclusión social que sufre este grupo.
  • 3ª generación: En donde se reconcilian los puntos de vista más individuales a los estructurales y fundan lo que se ha llamado la «economía moral» como la Teoría de la continuidad de Atchley, 1971.
  • Teoría de la actividad: Es la más antigua y se fundamenta en la importancia que en aquella época se les daba a los roles del individuo como la articulación principal entre lo psicológico y lo social. Sostiene que el envejecimiento satisfactorio implica actividad física, social y laboral. La teoría de la actividad sostiene que cuanto más activos se mantengan los ancianos, más satisfactoriamente envejecerán. … este modelo sociológico afirma que sólo el individuo activo puede ser feliz y satisfecho.

Imagen 2. La teoría de la actividad sostiene que cuanto más activos se mantengan los adultos mayores , más satisfactoriamente envejecerán.

Para esta teoría lo más importante era estar socialmente involucrado, independientemente del tipo de roles sociales que se desempeñaran. Cuanto más activa permanezca una persona mayor, más satisfactoriamente envejecerá. Actualmente esta teoría enfatiza que las actividades sociales juegan un papel importante en el envejecimiento satisfactorio.

  • Teoría de la desvinculación: Cummings y Henry, 1961. Esta teoría surge, desde los años sesenta, como reacción a la teoría de la actividad. Sostiene que un envejecimiento normal se caracteriza por un retiro mutuo entre la sociedad y el anciano. Según esta teoría:

«…El envejecimiento normal se acompaña de un distanciamiento o «desvinculación» recíproco, entre las personas que envejecen y los miembros del sistema social al que pertenecen -desvinculación provocada ya sea por el mismo interesado o por los otros miembros de este sistema» (Cumming, 1963. Cumming, E. 1963: Nouvelles réflexions sur la théorie du désengagement. Revue internationale de sciences sociales. 15 (3) 393-412., p.393)

Esta teoría afirma que las personas van haciéndose cargo del declive de sus habilidades a medida que envejece, y en ese mismo grado se van desvinculando, distanciando. La desvinculación empieza con una reducción de actividades que tienen que ver con la competitividad y con la productividad. Además, esta desvinculación también se puede estar dando más por los estereotipos y prejuicios que en el anciano y en la sociedad existen, que por una desvinculación real.

  • Teoría de la continuidad: Afirma que la ruptura contribuye a hacer desagradable el proceso de envejecimiento, tanto como la unidimensionalidad de intereses o escasez de alternativas en los mismos; insistiendo en la posibilidad de continuar llevando el estilo de vida habitual, pues la personalidad en la vejez no es necesariamente distinta, sino por el contrario, muy semejante a la reflejada en la juventud y la adultez.

La vejez es el producto de un modo de vivir, pensar y actuar desde que se nace hasta el inicio de la etapa de la vejez, por ende, «a medida que envejecemos, pues, los rasgos y características centrales de la personalidad se van acentuando más y más y van ganado peso los valores previamente mantenidos».

Imagen 3. La teoría de la continuidad por el contrario a la de desvinculación , insiste en la posibilidad de continuar llevando el estilo de vida habitual.

Psicológicas

Después de los 65 años el individuo vive una etapa normal del desarrollo, los principales problemas que enfrentan los adultos mayores, son los que les creamos a través de la política y la economía, que afectan su status en mayor grado que el mismo envejecimiento. La principal tarea de las personas mayores es la de comprender y aceptar su propia vida y utilizar su gran experiencia para hacer frente a los cambios personales.

Último estadio (de Erikson) Integridad del Yo v/s Desesperación: Se plantea todo el desarrollo de su vida, lo que pudo haber sido, o lo que debería haberse hecho en forma distinta. La última etapa (octava) de Erikson, abarca de los 60 años hasta la muerte. La crisis final, de Erik Erikson, y culmina con la virtud de la sabiduría.

 

Por lo regular los ancianos llegan a experimentar ciertas dificultades, ya sean físicas o emocionales; pero Erikson no cree que el último periodo de la vida tenga que ser desolador y aterrador para todos los que hayan cumplido con éxito las tareas de las etapas previas.

Un sentido de aceptación de la propia vida, que permite la aceptación de la muerte. También consiste en la aceptación de la cercanía de la propia muerte como fin inevitable de la existencia de la vida.

Imagen 4. Según Erik Erkson el ultimo periodo de la vida debe de ser un de aceptación de la vida .

2.2 Cambios físicos, psicológicos y sociales que influyen en el proceso de envejecimiento

Durante el proceso de envejecimiento se producen una serie de cambios que afectan tanto al aspecto biológico como psicológico de la persona. Sin duda los cambios que antes se ponen de manifiesto durante el envejecimiento son los cambios físicos, que, en realidad, son una continuación del proceso de declinación física que comienza desde que se alcanza la madurez física, aproximadamente a los 18 o 22 años. A esa edad finaliza la etapa de crecimiento y empieza la involución física. Pero no todos los cambios se producen en la misma época y con el mismo ritmo.

Todavía no es posible distinguir qué cambios son verdaderamente un resultado del envejecimiento y cuáles derivan de la enfermedad o de distintos factores ambientales o genéticos. En este aspecto, las diferencias individuales son tan notables que hacen difícil la extracción de conclusiones sobre el tema.

A continuación, se muestran los cambios en las diversas esferas del adulto mayor

A. Cambios biológicos:

En esta etapa de la vida sobresalen dos tipos de procesos: la evolución y la involución, que corresponden al crecimiento y al envejecimiento. A partir de los 35 años más o menos, aparece la involución: el desempeño de varios órganos, a causa de una disminución paulatina.

Sentidos:

  • Visión: disminuye el tamaño de la pupila, menor transparencia y mayor espesor del cristalino, lo que provoca que llegue menor cantidad de luz a la retina y empeora la visión lejana. Disminuye la agudeza visual y capacidad para discriminar colores.
  • Audición: menor agudeza para las frecuencias altas (tonos agudos), lo que deteriora la capacidad para discriminar palabras y comprender conversaciones normales, esta es la causa de que una persona mayor tenga mayor problema en escuchar las voces femeninas ya que suelen ser más agudas.
  • Gusto y olfato: disminuye la sensibilidad para discriminar los sabores salados, dulces y ácidos, debido al deterioro de las papilas gustativas; pérdida de la capacidad para discriminar los olores de los alimentos, la combinación de estos dos factores es una de las causas por las que los usuarios se quejan de las comidas servidas en las instituciones de salud socio alimentaria.
  • Tacto: la piel es el órgano relacionado con la capacidad sensorial del tacto; los cambios que se producen en la piel pueden observarse a simple vista como son la aparición de arrugas, manchas, flacidez y sequedad. Todos estos cambios se producen como consecuencia de transformaciones internas como son la disminución en la producción de colágeno y la pérdida de tejido subcutáneo y masa muscular. Pero también pueden ser ocasionadas por deficiencias en la alimentación, por posibles enfermedades o por una exposición al sol sin la suficiente hidratación.

Diagrama 2. Ojo de una persona mayor.

Diagrama 3. Oído de un individuo joven y un adulto mayor

Sistemas orgánicos: se produce una importante pérdida de masa muscular y una atrofia de las fibras musculares, que disminuyen en peso, número y diámetro. Consecuentemente, estos cambios traen consigo el deterioro de la fuerza muscular.

  • Sistema esquelético: la masa esquelética disminuye, pues los huesos se tornan más porosos (menos densidad del hueso) y quebradizos. Debido al proceso de desmineralización, los huesos también se vuelven más frágiles y, por lo tanto, más vulnerables a la fractura. Estos cambios afectan en mayor medida a las mujeres, debido a las siguientes causas: mayor pérdida de calcio, factores genéticos, factores hormonales (menopausia), inactividad física, consumo de tabaco y alcohol, malos hábitos de alimentación, etc.
  • Articulaciones: se tornan menos eficientes al reducirse la flexibilidad. Se produce mayor rigidez articular debida a la degeneración de los cartílagos, los tendones y los ligamentos, que son las tres estructuras que componen las articulaciones. La principal consecuencia es el dolor.

 

Diagrama 4. Hueso porosos y rigidez articular como signos del envejecimiento en el sistema oseo y articulatorio.

  • Sistema cardiovascular: el corazón: aumento del ventrículo izquierdo, mayor cantidad de grasa acumulada envolvente, alteraciones del colágeno, que provocan un endurecimiento de las fibras musculares y una pérdida de la capacidad de contracción, entre otros cambios.

a) Los vasos sanguíneos se estrechan y pierden elasticidad, al aumentar de grosor y acumular lípidos en las arterias (arterioesclerosis). El estrechamiento y la pérdida de elasticidad dificultan el paso de la sangre.

b) Las válvulas cardíacas se vuelven más gruesas y menos flexibles, es decir, necesitan más tiempo para cerrarse. Todos estos cambios conducen a un aporte menor de sangre oxigenada y esto, a su vez, se convierte en una causa importante por la que disminuye la fuerza y la resistencia física general.

Diagrama 5. Corazón  de adulto mayor.

Diagrama 6. Arteria adulto mayor.

  • Sistema respiratorio: su rendimiento queda mermado debido a diversos factores, entre los que se encuentran la atrofia y el debilitamiento de los músculos intercostales, los cambios esqueléticos (caja torácica y columna) y el deterioro del tejido pulmonar (bronquios). Todo ello produce una disminución del contenido de oxígeno en sangre, que se reduce entre un 10% y un 15%, y en la aparición de una enfermedad respiratoria, el enfisema, muy común en personas de edad avanzada.
  • Sistema excretor: el riñón tiene una menor capacidad para eliminar los productos de desecho. Por esta razón, se hace necesario para el organismo aumentar la frecuencia miccional. El deterioro del sistema excretor también hace frecuentes los episodios de incontinencia.
  • Sistema digestivo: en general, todos los cambios se traducen en una digestión dificultosa y en la reducción del metabolismo de ciertos nutrientes en el estómago y el intestino delgado.

I. Pérdida de piezas dentales, que originan un problema considerable en la digestión de los alimentos, para la cual es importante una buena masticación.

II. Disminución de los movimientos esofágicos (contracción/relajación), cuya función es facilitar la deglución.

III. Reducción de la capacidad para secretar enzimas digestivas, lo que también dificulta la digestión.

IV. Atrofia de la mucosa gastrointestinal, por lo que la absorción de nutrientes es menor.

V. Disminución del tono muscular y el peristaltismo del intestino, que producen menor masa y frecuencia en la eliminación de sólidos y, por tanto, estreñimiento.

Imagen 5. La vejez coincide con una perdida del tono  y masa muscular .

VI. Vesícula e hígado: en las personas mayores se produce una mayor incidencia de cálculos biliares y un menor tamaño y eficiencia del hígado.

  • Funcionamiento intelectual: el adulto mayor es capaz aún de aprender destrezas nuevas, pero requiere de mayor tiempo que las personas jóvenes, lo cual se debería a un decremento en la incapacidad operacional de la memoria a corto plazo, especialmente en la utilización de estrategias de codificación, organización y recuperación de la información, que haría más difícil el aprendizaje como es la resolución de problemas. No obstante, gracias a “los programas de entendimiento, ha sido posible acelerar el procesamiento de la información, reducir las diferencias en recordar e invertir los declives en las habilidades de inteligencia fluida”

B. Cambios sociales:

La disminución o ausencia de la actividad social no aparece de forma repentina en los adultos mayores, lo habitual es que esa actividad de vaya reduciendo paulatinamente con el paso del tiempo. Al reducirse la frecuencia de las relaciones sociales, se refuerza su valor y se hacen más gratificantes, dedicando más tiempo a su mantenimiento. Se observa entonces que la calidad de la gratificación resulta ser más determinante que la cantidad.

Cuando hablamos de roles sociales, nos referimos al conjunto de funciones, normas, comportamientos y derechos definidos social y culturalmente, que se esperan que una persona cumpla o ejerza de acuerdo a su estatus social, adquirido o atribuido.

Así pues, el rol es la forma en que un estatus concreto, tiene que ser aceptado y desempeñado por el titular. Con el paso de los años, esos roles van cambiando y, al llegar el envejecimiento, la sociedad obliga al individuo a abandonar algunos de esos roles que ha desempeñado durante toda su vida.

Imagen 6. Con el Envejecimiento la sociedad orilla al individuo mayor a dejar de lado ciertos roles que había desempeñado hasta entonces como los oficios y profesiones.

El mundo del adulto envejece al tiempo que él lo hace. Se gastan las ideas que le rodean, la historia avanza ineludiblemente, la economía evoluciona. Todo ello se acompaña además con el hundimiento global de su generación en la noche del tiempo. La sociedad que camina a su lado, lo hace en una dirección contraria, de espaldas, incluso en contradicción con él.

La sociedad es mucho más real que un ente abstracto. Bajo el punto de vista de un adulto mayor, es el entorno como él lo vive. Por lo tanto, se trata de un hábitat cambiado, de una transformación de modas, técnicas, de la moral, y de la estética, de las concepciones sobre el trabajo y el tiempo libre. Todavía se ve implicado más directamente cuando todo ello le afecta personalmente: cuando sus amigos de siempre y parientes, albaceas de su mundo, mueren; cuando los lugares donde vivió y esperaba reconocerse han sido reconstruidos y son irreconocibles.

Diagrama 7 . Cambios Sociales en el adulto mayor.

Muchos adultos mayores tenían sus amigos entre compañeros de trabajo que, al finalizar, acabó con esa red de amistades. Las de carácter vecinal, sobre todo en las grandes ciudades, suelen ser muy pobres. En fin, no es raro encontrar a un gran número de adultos mayores sin un solo amigo.

Así entonces dentro de los cambios sociales en el adulto mayor se engloban los cambios de roles donde tiene que buscan otra manera de adaptarse a los cambios, tanto en su ámbito familiar como en el laboral y las redes de amistades.

  1. Cambios psicológicos:

Los cambios psicológicos pueden estar sujetos a percepciones subjetivas tanto de la persona que los manifiesta, como de la persona que puede evaluarlos. Hay personas que viven con seria preocupación el declive de algunas funciones, y otras que no lo valoran adecuadamente. En general con el envejecimiento existe un declive y un enlentecimiento de las capacidades cognitivas, aunque existe una enorme variabilidad y depende de numerosos factores (nivel educativo, dedicación laboral, actividad física, etc.).

Desde un punto de vista psicológico, lo que más llama la atención son los fallos en la memoria reciente, que los propios adultos mayores y el entorno social o familiar, suelen asociar a la enfermedad de Alzheimer. Se da dicha preocupación porque se desconoce que en la vejez hay cambios que se consideran normales con respecto al funcionamiento cognitivo. Igualmente se producen cambios afectivos y en la personalidad, que deben ser considerados como normales y esperables.

Imagen 7. El envejecimiento existe un declive y un enlentecimiento de las capacidades cognitivas, aunque existe una enorme variabilidad y depende de numerosos factores.

La vejez está marcada también por las pérdidas (familiares, laborales, sociales, físicas, etc.). La afectividad depende de la personalidad del propio individuo y de su capacidad para enfrentarse a los cambios y pérdidas.

La autoestima se encuentra asociada con la salud, las actitudes hacia el envejecimiento y la satisfacción con la vida pasada. Tener una buena autoestima, cuando envejecemos, es un buen índice de que la adaptación a circunstancias difíciles, como por ejemplo el afrontamiento de la viudez o la pérdida de independencia, la realizaremos favorablemente. Niveles bajos de autoestima serían señales de la posibilidad de la aparición de sucesos depresivos.

En general podemos encontrar lo siguiente:

  • Vivencia de pérdidas, tales como pérdida de la salud, autonomía, familia, trabajo, muerte de familiares (pareja, hijos, hermanos, etc.) y otras.
  • Replanteamiento del proyecto de vida. Enfrentamiento con la propia muerte.
  • Aumento de situaciones que inducen a la depresión, ansiedad y cambios de comportamiento.
  • Síndrome del final de la vida.
  • Presencia de mayor proceso introspectivo.

Imagen 8. Campaña de fomento a la auto aceptación  en adultos mayores  de los servicios de salud de Yucatán: Tener una buena autoestima, cuando envejecemos, es un buen índice de que la adaptación a circunstancias difíciles.

  1. Cambios Espirituales:

La afiliación religiosa no es suficiente para cuantificar el efecto de la religión. Qué tan religiosa es una persona, es más importante. Por ello hay dos orientaciones de la religiosidad en las personas, una intrínseca y otra extrínseca. Ambos tipos de religiosidad se relacionan entre sí. La religiosidad intrínseca incluye un compromiso de vida y una relación personal con Dios, es decir, las actitudes o creencias, la fe, la oración personal, la lectura personal de las Escrituras. Por ejemplo, la religiosidad intrínseca se asocia con una alta satisfacción de vida en pacientes ancianos enfermos, con una alta autoestima y baja depresión en ancianos en la comunidad, y con unos bajos niveles de estrés y depresión en ancianos en duelo conyugal. La religiosidad extrínseca incluye las actividades religiosas comunitarias.

La religión es un recurso que se usa con frecuencia en el envejecimiento. Los ancianos suelen usar religiosidad intrínseca en varios momentos durante el día, y cuando se sienten enfermos es el primer recurso disponible antes que drogas, otras personas, o profesionales de salud.

Imagen 9. Hombre mayor en oración Rembrandt Harmenszoon van Rijn, Oleo sobre tela, 1660

La religiosidad promueve mecanismos psicológicos adaptativos ante el envejecimiento, la enfermedad y el sufrimiento. La religiosidad se asocia con alta autoestima, y deseo de vivir. La religiosidad provee esperanza, sentido de trascendencia o continuidad entre la vida y la muerte. La esperanza es un sentimiento esencial del ser humano, alimento del deseo de vivir; lo contrario a la desesperanza, que se asocia con aumento de la mortalidad y con mala calidad de vida.

Todos tenemos necesidades espirituales, y esas necesidades tienen que ser satisfechas. Atender a las necesidades humanas de cada persona, es lo propio de la atención integral, atención holística, atención que no deja ningún cabo suelto en su preocupación por el desarrollo total del ser humano. Una manera de excluir a los mayores consiste en no tomar en cuenta sus necesidades espirituales; no hacer caso de esas necesidades es causa de sufrimiento en la persona, en el adulto mayor.

2.3 Aspectos sociales y culturales en la vejez

Las denominaciones con respecto a la etapa de la vejez, han ido cambiando aceleradamente en los últimos años, en respuesta a la necesidad de acercarse cada vez más a la esencia de la dinámica de los cambios que ocurren a esta edad. Así aparecieron los términos: tercera edad, adulto mayor, viejo, senil, anciano, y el último denominado es adultos en plenitud.

Estos conceptos resaltan la incapacidad para comprender al hombre en su dimensión de temporalidad, y sus manifestaciones de la negación que existe, hacia el proceso de envejecimiento. Si el proceso se denomina envejecimiento, es correcto que a las personas que estén en dicha etapa se les llame viejos y se requiere de un proceso de sensibilización, para quitar la connotación negativa de prejuicio, mito, etiqueta o estigmatización y de resistencia a dicho término y a este proceso.

En algunas culturas antiguas los viejos eran reconocidos por su longevidad, y eran el centro de la sabiduría y la experiencia, eran los guías de los jóvenes. Con el arribo de la sociedad industrial aparece la connotación negativa hacia ellos. Por lo que se requiere rescatar los valores perdidos, así como la dignidad de los mismos, pero antes que nada es necesario determinar claramente las etapas del envejecimiento para saber hacia dónde nos enfocamos como personal que brindar atención a esta población.

Imagen 10. Anciana bebiendo Pulque códice Mendocino : En la sociedad Mexica los ancianos eran gente respetada  a las que se les eximia de obligaciones  y su sabiduría les convertía en agentes activos de suma importancia dentro de la sociedad.

Para estas etapas se toma en cuenta la edad cronológica, sin embargo se conoce que éste proceso, es un fenómeno universal, natural, gradual, individual, es decir es único en cada individuo, por lo que la edad no es el mejor parámetro para definirlo, ni para pronosticar su avance. Es la forma de relacionarse con la vida, con el mundo de los otros y consigo mismo.

La gerontología actual se enfoca a discriminar los deterioros que tienen que ver con la edad, y los que se deben específicamente a las enfermedades. Esta nueva visión ha favorecido el autocuidado y permitido ver el proceso de envejecimiento como un fenómeno natural, pero no de deterioro sino de crecimiento y oportunidades para el desarrollo de estrategias personales para su enfrentamiento, y con ello evitar las consecuencias del mismo y más bien optimizar dichos recursos y potencialidades, para una buena calidad de vida.

Independientemente de los avances en la atención a los adultos mayores, hay un problema actual y es que la sociedad de hoy le teme a la vejez, sobre todo por la disminución física y mental.  Si se asume que esta disminución trae aparejada una incapacitación para funcionar autónomamente, esta etapa aterroriza porque hace del hombre un ser dependiente socialmente.

Estas pérdidas provocan un cambio en el estatus social, que deteriora la imagen que se tiene de sí mismo y la propia valía personal. Esta dependencia obliga a quienes les rodean han atenderlos y crear servicios de apoyo. Casi pareciera que se vuelve una carga para la sociedad. Sobre todo, en sociedades con una visión asistencialista como la mexicana.

La sociedad mexicana es excluyente y marginal para las personas de la tercera edad. Por ejemplo, las posibilidades de encontrar empleo, para este sector son muy escasas. Los programas gubernamentales enfocados a la realización de diversas actividades de desarrollo personal, en ocasiones son insuficientes y en todo caso no logran completar el ciclo, lo que obliga a que en múltiples ocasiones los adultos mayores no obtengan lo suficiente para satisfacer sus necesidades lo cual se debe en gran medida a factores históricos, ideológicos, sociales, económicos y organizacionales, que han influido en la elaboración de políticas a lo largo del tiempo.

Imagen 11.  La sociedad  mexicana es excluyente y marginal con los adultos mayores  y los programas gubernamentales o han sido insuficientes o  no han logrado lo suficiente para satisfaces sus necesidades.

Podemos concluir que por un lado la gama de necesidades que tienen los adultos mayores es amplia y por otro, existe una falta de apoyos por parte de los servicios sociales y de salud, que deberían estar respondiendo a la falta de satisfactores, dado fundamentalmente por el hecho de que, a este tipo de programas y servicios se les asigna un grado muy bajo de prioridad, lo que crea una desproporción.

2.4 Familia: Rol del adulto mayor en la familia, necesidades y conflictos

Cuando la persona llega a la etapa de la vejez está explorando un territorio nuevo, lo que es vivido también por su entorno familiar; por ello es importante conocer cómo se desarrolla la dinámica familiar del adulto mayor y las problemáticas principales, para poder identificarlas claramente y brindar una atención holística.

Para ello comenzaremos con una reflexión personal:

Te contaré una historia interesante: Erase una vez una anciana a la que se le murió el marido. La mujer se fue a vivir con su hijo, la esposa de éste y una hija pequeña. Cada día la anciana iba perdiendo vista y oído. A veces las manos le temblaban tanto que se le caía la comida al suelo y la sopa se le escurría del plato. A su hijo y nuera les fastidiaba todo aquel desorden y un día dijeron: ¡basta!. Dispusieron una mesita en un rincón para que la anciana comiera allí, a solas. Ella los miraba con lágrimas en los ojos desde la otra punta del comedor, pero ellos casi no le hablaban durante las comidas, salvo para regañarla porque se le caía el tenedor o la cuchara. Una tarde, antes de cenar, la niña estaba sentada en el suelo jugando con unos bloques de construcción. “¿Qué estás haciendo?”, le preguntó su padre. “Construyó una mesita para ti y para mamá”, le dijo la niña. “así, cuando yo sea mayor, podrán comer los dos solos en un rincón”. El padre y la madre guardaron silencio durante un rato. Y luego echaron a llorar. Se habían hecho conscientes de la naturaleza de sus actos y de la pena que habían causado. Aquella noche hicieron que la anciana ocupara de nuevo su sitio en la gran mesa del comedor, y a partir de entonces ella siempre comió con el resto de la familia. Y cuando algo de comida caía al suelo o un tenedor resbalaba de la mesa, ellos le ayudaban, a nadie le molestaba.

Las experiencias que percibimos los profesionales de la salud, en contacto con esta realidad, nos muestran de manera general, que la sociedad no está preparada para enfrentar estos cambios y, por lo tanto, tampoco lo está la familia. Sería deseable que esta última recibiera la formación necesaria para poder responder, adecuada y funcionalmente a este nuevo desafío que le presenta la vida.

Para ello la familia deberá conocer lo que es esperable en un envejecimiento normal, ya que esto facilita una convivencia armónica entre las distintas generaciones y posibilita la integración de las mismas, creciendo y nutriéndose con el aporte de una visión diferente de la vida.

La familia entonces debe conocer todos los cambios que lleva consigo un envejecimiento normal, como el hecho de que es un proceso paulatino y gradual y con ello favorecer el desarrollo de mecanismos de adaptación y compensación de las funciones que van desapareciendo o deteriorándose, haciéndose esto notorio sólo en personas de la tercera edad.

Existen diversos factores estresores que la familia debe considerar para cuidar de su adulto mayor, dichos factores son:

  1. Deficiencias físicas, esto es, cambios importantes del esquema corporal.
  2. Retiro laboral.
  3. Pérdida de coetáneos, fundamentalmente su compañera o compañero.
  4. Disminución de la movilidad, lo que incrementa el aislamiento social.
  5. Las dificultades para la realización de las actividades cotidianas.
  6. Las dificultades económicas.
  7. Enfermedades médicas, agudas y crónicas.
  8. Las interacciones medicamentosas y la polifarmacia.

El conocimiento de estos factores, incluidos su diagnóstico, evolución y las más actuales posibilidades de tratamiento, generará tranquilidad al entorno familiar y disminuirá las posibilidades de aislamiento y maltrato en el adulto mayor.

Imagen 12.  la familia  debe de ver el envejecimiento como algo normal, facilitando la integración y adaptación del adulto mayor en su nueva etapa a un entorno familiar propicia y pleno.

Sin embargo, también tenemos que partir de las principales problemáticas que existen dentro del círculo familiar en el que se encuentra inmerso el adulto mayor, ellas son:

  1. Posible aislamiento de su núcleo familiar y social, provocado por el alejamiento de sus seres queridos, de su hogar y de todo lo que ha elegido para conformar, hasta ese momento, su mundo.
  2. Las dificultades para entablar nuevas amistades, a esta altura de la vida.
  3. Las pérdidas económicas y poco o nulo apoyo económico de los familiares.
  4. La pérdida de privacidad, que conlleva una vivencia de pérdida de dignidad y de autoestima.
  5. Maltrato dentro del núcleo familiar, al delegar más quehaceres o cuidados al adulto mayor sin su consentimiento pleno y sin reconocimiento de este, maltrato físico y maltrato emocional.
  6. Limitación por parte de los familiares, para que el adulto mayor logre sus planes de vida en ese momento.

Con todo esto es importante considerar que la vida de la mayoría de los individuos de edad avanzada se enriquece por la presencia de personas que cuidan de ellos y a quienes éstos sienten cercanos. La familia es todavía la fuente primaria de apoyo emocional, y en la edad avanzada tiene sus propias características especiales. Ante todo, es probable que sea multigeneracional.

Imagen 13. Rol del adulto mayor en la familia: Función de continuidad y transmisión de tradiciones familiares, culturales y sociales.

La mayoría de las familias de las personas de edad avanzada, al incluir plenamente al adulto mayor y adaptarse mutuamente a los cambios generados por la vejez, lograrán alcanzar un desarrollo pleno del sistema familiar donde todos pueden vivir en armonía y una presencia enriquecedora. La posibilidad de afrontar tensiones, puede dar confianza a estas personas en el manejo de cualquier situación que la vida ponga en su camino, y  hacen que se conviertan en referentes y brindadores de experiencias. Los adultos mayores cumplen una función de continuidad y transmisión de tradiciones familiares, culturales y sociales.

2.5 Situación laboral del adulto mayor: empleo y jubilación

Pocos temas revisten tanta importancia como la estabilidad laboral del adulto mayor, ya que se trata del mantenimiento de sus condiciones de vida dignas, a través del empleo duradero. La estabilidad laboral para el adulto mayor ha sido a través de la historia del derecho laboral una verdadera problemática, dada la disyuntiva que ésta crea entre la edad y el rendimiento laboral. De aquí que se ha generado una respuesta política y social para seguir incluyendo en cierto modo, al adulto mayor dentro de una seguridad económica derivada del desempeño laborar en su vida productiva, tal como sucede con la jubilación.

Con esto comenzamos a analizar la situación en que se encuentran los adultos mayores dentro del ámbito laboral, no sólo las personas jubiladas, ya que muchos no cuentan con este aporte, sino también los que aún se encuentran y buscan un campo laboral y los que no cuentan ni con un empleo, ni con un apoyo económico derivado de este.

Para todos los países que en la actualidad se encuentran en vías de desarrollo la gran meta es alcanzar una economía eficiente, productiva y competitiva a escala internacional, bajo los parámetros de un sistema industrial. Cuando un adulto alcanza la edad de la jubilación representa para la propia persona dos cosas: por un lado, ha alcanzado la vejez, y por otro, ya no es útil a la comunidad.

Imagen 14. Vendedoras mayores en el mercado de Zaachila Oaxaca.

Por consiguiente, en forma equivocada la sociedad valora todo aquello que le resulta productivo, por lo tanto, fácilmente se llega a considerar que las personas mayores no aportan nada, o que por el contrario, representan una carga para la sociedad. Entonces, cómo dar sentido a la vida tras una jubilación llegada en muchas ocasiones de forma anticipada e imprevista, cómo hacer frente al mantenimiento de un hogar, en ocasiones con hijos dependientes, con una pensión o sin esta, dependiendo en ocasiones solamente de un apoyo de gobierno o ninguno.

La búsqueda de la seguridad ha sido y es, una de las más fuertes inclinaciones que posee todo ser humano, una actitud generalizada y profunda que tiene sus raíces en las exigencias de la supervivencia biológica. Si bien es cierto, los problemas que afectan a los adultos mayores deben ser considerados en un contexto social, humano, cultural, económico y asistencia con el propósito de valorar su utilidad para la sociedad en su conjunto. Sus funciones económicas, sociales, educativas o culturales deben ser reconocidas y protegidas, propiciando su participación activa dentro de la sociedad.

Por ello un componente fundamental de la calidad de vida de las personas mayores es su seguridad económica, definida como la capacidad de disponer y usar de forma independiente una cierta cantidad de recursos económicos adecuados y sostenidos que les permita llevar una vida digna y el logro de calidad de vida en la vejez.

Gracias a la modificación del estilo de vida, a los avances médicos y científicos, la población de personas mayores es cada vez más grande y aunque en la mayoría de los sistemas laborales, suelen jubilarse a los 65 años, todavía hay muchísimos que tienen mucho que dar, que aprender y que enseñar a los demás; es decir, su productividad no termina con los años, simplemente cambia, a veces forzada la forma de manifestarla.

Dentro de los Derechos Humanos de los ancianos se incluye el siguiente derecho indivisible, interdependiente, e interrelacionado como lo es el derecho a la no discriminación por cuestiones de edad u otro estatus, en todos los aspectos de la vida, incluyendo el empleo, acceso a la vivienda, cuidado de la salud y servicios sociales.

Imagen 15. El adulto mayor como cualquier otro individuo tiene derecho a no ser discriminado por su edad , a un empleo y vivienda  digna así como a la salud.

A pesar de esto se ha optado por la generación de apoyos económicos que la sociedad sustenta a través de asociaciones civiles, pagos de pensiones, programas gubernamentales, etc., sin embargo es necesario que se implementen acciones preventivas donde se incluya al adulto mayor en la fuerza de trabajo de diversas áreas, que permitan su desempeño, así como un compromiso familiar en el que el adulto mayor no se encuentre luchando solo por sobrevivir en el campo económico, sino que a través de la unión familiar ellos tengan un apoyo no sólo económico sino emocional y de amor.

Esto se confirma al decir que, si la calidad de vida es una valoración subjetiva, no puede prescindirse entonces de la valoración del sujeto; cada uno debe ser considerado la persona más capaz de sopesar satisfacciones e insatisfacciones con su vida. El papel de los factores psicológicos que condicionan el grado de satisfacción o bienestar, es determinante para su sentido de estabilidad, en este caso no sólo económicamente sino también de manera emocional.

2.6 Salud y enfermedad: Envejecimiento normal, envejecimiento patológico

Desde un punto de vista clínico-práctico, se acostumbra a diferenciar el “envejecimiento normal”, debido al transcurrir de los años, del “envejecimiento patológico” que se atribuye a causas originadas por enfermedades agudas y/o crónicas, factores ambientales, hábitos tóxicos (tabaquismo, el alcohol y otras drogas), presencia de tumores, traumatismos físicos, estrés cotidiano y reacciones secundarias a fármacos.

Tanto uno como otro (independientemente de las causas predisponentes y desencadenantes), hacen referencia a los cambios físicos, bioquímicos, funcionales, psicológicos y cognitivos que se producen, con mayor o menor rapidez, a partir de los 50 años de edad, en todas las personas.

El envejecimiento normal es aquel que se produce sin que se den patologías mentales o biológicas (Baltes y Baltes 1990). Por el contrario, el envejecimiento patológico se caracterizaría por venir marcado por patologías médicas y distintos síndromes de enfermedades físicas y mentales (ejemplo enfermedad de Alzheimer).

Estas patologías y síndromes pueden llegar a impedir a la persona llevar las actividades instrumentales y/o básicas de la vida diaria. Cuando en una persona se combinan varios trastornos físicos y mentales se habla de comorbilidad.

El envejecimiento normal es una categoría excesivamente amplia y requiere matizaciones.  En ella se puede situar personas, que, aunque no padecen enfermedad inhabilitante alguna, presentan un alto riesgo de padecerla, o que su funcionamiento físico y cognitivo pudiera presentar alteraciones (aunque no patológicas). También personas sin patología, sin riesgo y con un máximo funcionamiento tanto físico, cognitivo como social.

Un envejecimiento normal es igual que una vejez con éxito y esto se refiere a aquella vejez de “baja probabilidad de enfermedad y de discapacidad asociada, alto funcionamiento cognitivo y capacidad física funcional y compromiso activo con la vida”.

Imagen  16. Envejecimiento normal y envejecimiento patológico, el adulto mayor de la derecha es un paciente con enfermedad de Alzheimer.

La vejez con éxito es, la parte común de entrecruzar la salud (no enfermedad) y habilidad funcional (no discapacidad), el óptimo funcionamiento cognitivo y físico, y un alto grado de compromiso con la vida. Aunque no cabe duda que la biología es el mayor “enemigo” del envejecimiento, envejecer con éxito no sólo depende de los sistemas biológicos, sino que como el ser humano no es “algo” exclusivamente biológico, factores exógenos intervienen, modulan y aún explican cualquier forma (patológica, normal y óptima) de envejecer.

Estas patologías y síndromes pueden llegar a impedir a la persona llevar las actividades instrumentales y/o básicas de la vida diaria. Cuando en una persona se combinan varios trastornos físicos y mentales se habla de comorbilidad. Señalan que en ese ámbito se incluye la patología psiquiátrica más destacada del anciano, ligándose el déficit clínicamente significativo de las capacidades cognitivas, a funciones como la memoria, el lenguaje, la atención, el pensamiento, etc.

Y es así, como en él van a ser incluidas, propiamente, las demencias, el síndrome confusional y los trastornos amnésicos. También se ha hecho posible, en algunas ocasiones, vincular en una concepción amplia de lo cognitivo, el sector de las patologías relacionadas con el pensamiento, como son, por ejemplo, las psicosis tardías.

En el ámbito cognitivo y el afectivo vamos a encontrarnos con alteraciones como la distimia, la depresión mayor y el trastorno bipolar. Aunque sigue siendo para algunos estudiosos posible, vincular a este horizonte la patología neurótica del adulto mayo, y enfermedades físicas relacionadas en el envejecimiento patológico, sobre todo las enfermedades crónico-degenerativas.

2.7 Aspectos éticos en el cuidado al adulto mayor: código de ética de enfermería, grupos vulnerables, derechos de los pacientes y adultos mayores

Los profesionales de enfermería se enfrentan a dilemas casi todos los días en su respectiva área laboral, muchos de estos dilemas que se experimentan con frecuencia implican confidencialidad, derechos del paciente y aspectos del fallecimiento y la muerte.

El profesional de enfermería debe tener bases éticas y legales para tomar decisiones sobre las acciones morales cuando presta asistencia en estas situaciones y en otros dilemas éticos que se refieren al cuidado de adultos mayores. Los dilemas éticos se presentan cuando se plantea una situación posible o real, conflictiva a nivel moral por la confrontación entre valores y se requiere de una solución forzada.

Generalmente se confrontan los valores entre el equipo de salud que brinda atención, el médico, el personal de enfermería y otros profesionales de la salud, la Institución y el paciente o familia. La deliberación o reflexión compartida, es el instrumento que ayuda a encontrar soluciones cuando surgen conflictos éticos.

La ética forma parte fundamental entonces, de la geriatría. Esta consta de dos componentes principales como son los conceptos de autonomía y beneficencia. Autonomía denota el derecho que se tiene para controlar el destino propio, para ejercer la voluntad personal. El término beneficencia, denota el deber de hacer el bien a otros, de ayudarles directamente y de evitar dañarlos. Esta idea se aproxima en gran medida al paternalismo, en la que uno se transforma en el agente de otro en la toma de decisiones, de igual manera que el padre o la madre puede hacerlo por el hijo. Este proceder entra en conflicto directo con el principio de autonomía.

Imagen 17. La ética de la geriatría constas de los conceptos de autonomía ( derecho para ejercer la voluntad personal) y beneficencia (el deber de hacer el bien a otros evitando dañarlos).

De manera general recordemos los siguientes principios de autonomía y beneficencia que ya fueron mencionadas:

  1. Beneficencia: la obligación de hacer el bien.
  2. No maleficencia: la obligación de evitar el hecho de hacer daño.
  3. Autonomía: el deber de respetar a las personas y su derecho a la autodeterminación independiente, sin importar el curso de sus vidas y los aspectos relativos a la integridad de sus cuerpos y mentes.
  4. Justicia: dar a cada uno lo que le corresponde.
  5. No discriminación: el deber de tratar a los individuos imparcialmente, sin discriminación con base en características irrelevantes.
  6. Distribución: el deber de distribuir recursos imparcialmente, sin arbitrariedad y sin capricho.
  7. Fidelidad: el deber de cumplir las promesas.

En esta población, gran parte de la preocupación versa en torno al aspecto de la comprensión y expresión de opiniones. No existe una diferencia importante entre los conceptos de competencia y capacidad de toma de decisiones. El primero es un término legal que describe la capacidad de la persona para actuar de manera razonable después de comprender la naturaleza de la situación a la que se enfrenta. Quien no es competente para actuar a título personal, requiere un agente para que proceda por la persona, siendo este su tutor.

Las decisiones, sobre todo las que se toman en hospitales o instituciones de salud de cualquier nivel, se realizan con enorme presión de tiempo, por tanto, el personal de enfermería debe generar estrategias, para que se puedan cubrir los aspectos éticos del cuidado adaptándolos a las circunstancias.

Dilemas bioéticos

I. Instrucciones anticipadas: Toda persona adulta tiene derecho de tomar decisiones que tienen que ver con el tratamiento médico. La ley permite que sus derechos y deseos personales se respeten, incluso si se está muy enfermos como para tomar decisiones. Las instrucciones anticipadas son instrumentos reconocidos legalmente para comunicar sus deseos de atención de salud. Existen dos tipos de instrucciones anticipadas; el testamento vital y el poder legal duradero. El testamento vital es un documento legal que estipula que el paciente no desea atención médica para prolongar su vida, en el caso de que padezca una enfermedad terminal y no pueda tomar decisiones.

II. Conflictos familiares: El paciente puede  entrar en conflicto con los intereses de la familia o de los cuidadores que no le pueden ofrecer un cuidado adecuado. O aún más, la permanencia del anciano en casa de un familiar trae consigo dificultades de relación. Las instituciones de ancianos varían en calidad de atención. No es raro el abuso y negligencia de los cuidados médicos. Generalmente son pacientes demenciados o dependientes, vulnerables al maltrato.

III. Institucionalización: El principio de autonomía le permite al paciente decidir si se institucionaliza o no. Frecuentemente los médicos y/o familiares toman estas decisiones de institucionalización sin consultar al paciente; o aún sobre la objeción del paciente. El paciente debe decidir dónde vivir y de la necesidad de sus cuidados médicos. Aun sabiendo que los cuidados necesarios para su salud no sean suficientes, el paciente tiene la opción de permanecer en su hogar. Órdenes de no reanimar: Una orden de no reanimar (ONR) es una orden médica escrita por un doctor. En ella se instruye a los profesionales médicos a no realizar la reanimación cardiopulmonar (RCP) si la respiración se detiene o el corazón deja de latir. Una orden de no reanimar permite decidir antes de que ocurra una emergencia si el paciente desea que le realicen RCP. Es una decisión sólo respecto a la reanimación cardiopulmonar y no afecta a otros tratamientos, tales como la nutrición, los medicamentos o los analgésicos. El médico redacta la orden sólo después de hablar al respecto con el paciente (si es posible), el apoderado o la familia.

Imagen 18. El principio de autonomía le otorga al paciente la decisión de ser institucionalizado o no.

IV. Restricciones:

  • Pérdida de las capacidades motrices que restringen el espacio.
  • Pérdida de las facultades mentales que empequeñece la comunicación.
  • Pérdida de la vista y del oído que agrava el aislamiento.
  • Pérdida del control de los esfínteres que signa irremediablemente la decadencia.
  • Pérdida de la autonomía de la vida que suprime la libertad.
  • Pérdida de la coherencia del lenguaje, y también del mismo lenguaje, que enrarece la relación con el otro.
  • Pérdida de la identidad propia sobre la que se basa la vida colectiva.
  • Pérdida de un futuro que se reduce inexorablemente en el «aquí y el ahora».
  • Pérdida de los intereses antiguos y de los pequeños deseos que anuncian la pérdida del deseo de vivir.
  • Pérdida de la salud que es reemplazada por las enfermedades.
  • Pérdida del narcisismo que mina despiadadamente los déficits sucesivos.
  • Pérdida del cuerpo-placer porque invade el dolor

V. Discapacidad mental: El adulto mayor con discapacidad mental es aun más vulnerable, porque depende de otros en todos los sentidos, en AVD y en la toma de decisiones, el cónyuge es la primera persona considerada legalmente para tomar las decisiones, en su ausencia le siguen hermanos, hijos, nietos, otros familiares y al final un tutor legal

VI. Eutanasia enfermedad terminal: El significado real es el de muerte indolora, provocada directamente por procedimientos médicos, de personas que son consideradas como condenadas a una vida irreversiblemente dolorosa o inválida, con la intención de «liberar» a esas personas del sufrimiento o a la sociedad de una supuesta carga inútil.

 

Imagen  19. Los adultos mayores no deben perder el derecho a recibir la consideración de opciones y a participar en las decisiones que afectan su cuidado.

Muchos adultos mayores pondrían en duda el precepto de que la discapacidad entraña ausencia de calidad de vida. Las personas de diversas edades con discapacidad grave, pueden continuar disfrutando su vida de manera placentera y productiva. Aquí entonces nuestro papel como defensores del paciente. Debemos prestar atención extrema a la manera en que ambos términos se utilizan en el lenguaje cotidiano y en los análisis.

Los adultos mayores no deben perder el derecho a recibir la consideración de opciones y a participar en las decisiones que afectan su cuidado. Los principios de autonomía y beneficencia, que constituyen una parte medular de la ética en general, están siendo cuestionados en el caso de los ancianos dependientes, debido a que la tentación al paternalismo es mayor en presencia de tendencia a infantilizar al paciente débil de edad avanzada, sobre todo cuando él no puede comunicarse con facilidad.

Por último, es importante reconocer que el adulto mayor dependiente, sobre todo el que reside en un asilo, consta de diversos incidentes pequeños. La pérdida diaria de dignidad, privacidad y respeto a su persona, se ignora con mucha facilidad. Para actuar realmente como defensores del paciente, el personal de salud en general debe estar atento a estos aspectos éticos que, pese a ser pequeños, son críticos. Sería la ironía más grande, que los pacientes geriátricos sufrieran abuso cotidiano en vida, para convertirse en objeto de profundo análisis ético. Este es precisamente el tipo de conducta que la geriatría tiene que prevenir.

Por tanto, es obligación de los profesionales de la salud, aconsejar y apoyar a sus familiares, u otros, en el cuidado del anciano. Todos los profesionales involucrados en su tratamiento y cuidado, deben colaborar sistemáticamente en la toma de decisiones. Las peculiares características de los adultos mayores hacen necesaria una valoración holística, por ello deben tener una formación y experiencia específica.

2.8 Teorías de enfermería

a) Teoría de adaptación de Callista Roy

Uno de los retos que tiene la enfermería, es el brindar cuidados con bases de conocimiento apropiado, que permita fortalecer la autonomía de las enfermeras y mejorar la calidad del cuidado que se presta a los adultos mayores.

Este conocimiento se ve reflejado en los modelos conceptuales y teorías, producto de la observación, de la investigación y de la indagación filosófica de sus autoras. Estas teorías son una guía o medio a través de los cuales podemos brindar cuidados al adulto mayor, y que son más específicos y holísticos a la vez considerando todo lo anteriormente revisado en esta unidad.

Comenzaremos por la teoría de la adaptación de Callista Roy, la cual fue elaborada en 1964 a partir del trabajo de Harry Helson en psicofísica, además de combinar la definición de sistemas que hace Rapoport, que considera a la persona como un sistema adaptativo.

Esta teoría se basa en la adaptación que se describe como “el proceso y resultado por medio del cual las personas con pensamientos y sentimientos, en forma individual o grupal, utilizan la conciencia consciente y eligen, para crear una integración humana y ambiental”, con ello debemos entender a quién va dirigida dicha adaptación: es a la persona, en este caso al adulto mayor, refiriéndose a él como un sistema.

Roy describe a las personas como seres holísticos, con partes que funcionan como unidad con algún propósito, no en una relación causa-efecto. Los sistemas humanos incluyen a las personas como individuos, grupos, familias, comunidades, organizaciones, y a la sociedad como un todo”.

Los seres humanos se adaptan a través de procesos de aprendizaje, adquiridos mucho tiempo atrás; por esta razón, la enfermera debe considerar a la persona como un ser único, digno, autónomo y libre, que forma parte de un contexto del cual no se puede separar. Este concepto está directamente relacionado con el de adaptación, de tal forma que la percepción que tiene de las situaciones a las cuales se enfrenta, son individuales y diferentes para cada uno.

Imagen 20. Callista Roy postula la teoría de adaptación :»el proceso y resultado por medio del cual las personas con pensamientos y sentimientos, en forma individual o grupal, utilizan la conciencia consciente y eligen, para crear una integración humana y ambiental».

En esta teoría se destaca la necesidad de evaluar a la persona como un todo; la valoración del modo fisiológico y psicosocial constituye una oportunidad para conocer no sólo su estado de salud, sino también la percepción que tiene de la situación que está viviendo en este momento, cómo la está afrontando y cuáles son sus expectativas frente al cuidado de enfermería, para promover su adaptación. Ello permite establecer las estrategias más efectivas para lograr en forma conjunta la meta de enfermería, que, de acuerdo con los planteamientos del modelo, es promover la adaptación, entendida esta como un estado de bienestar del ser humano.

En el modelo, Roy define los estímulos como, “todo aquello que provoca una respuesta. Es el punto de interacción del sistema humano con el ambiente”. Ella los clasifica del siguiente modo:

  • Estímulo focal. “Es el objeto o evento que está presente en la conciencia de la persona. La persona enfoca toda su actividad en el estímulo y gasta energía tratando de enfrentarlo”. Este estímulo es el factor que desencadena una respuesta inmediata en el paciente, que puede ser adaptativa o inefectiva, según si promueve o no la adaptación.
  • Estímulos contextuales. Son todos aquellos que contribuyen al efecto del estímulo focal. Es decir, ayudan a mejorar o empeorar la situación.
  • Estímulos residuales. Son factores ambientales dentro y fuera de los sistemas adaptativos humanos, cuyo efecto no es claro en la situación actual.

Según Roy, “el nivel de adaptación representa la condición del proceso vital y se describe en tres niveles: integrado, compensatorio y comprometido”. El nivel de adaptación integrado describe las estructuras y funciones de los procesos vitales que trabajan como un todo, para satisfacer las necesidades humanas. Este nivel puede observarse en una consulta de control de crecimiento y desarrollo, cuando se presenta un niño con un desarrollo psicomotor acorde con su edad y sin ninguna alteración en su estado de salud.

En el nivel compensatorio los mecanismos reguladores y cognitivo se activan, como un reto de los procesos integrados para buscar respuestas adaptativas, procurando restablecer la organización del sistema. Esta puede ser la situación de una persona con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, quien mantiene presiones arteriales de oxígeno bajas y presiones de CO2 elevadas, como un estímulo indispensable para mantener una respuesta adecuada en la función de oxigenación y circulación.

Diagrama 8.  estímulos.

El nivel de adaptación comprometido se presenta cuando las respuestas de los mecanismos mencionados son inadecuadas y, por lo tanto, resulta un problema de adaptación. El nivel de adaptación se encuentra comprometido en un adulto mayor cuando llega a un envejecimiento patológico del cual sus estímulos afectan de manera negativa su adaptación, puede ser que se encuentre adaptado, pero no quiere decir que sea una adaptación positiva ya que un adulto mayor con nivel comprometido requiere de mayores recursos para su supervivencia y deja a un lado la calidad de vida.

El profesional de enfermería, al identificar los estímulos que interactúan en el adulto mayor, relaciona sus conocimientos con la situación que está enfrentando la persona, para lograr así comprender las respuestas que se manifiestan a través de los modos de adaptación físico-fisiológico y psicosocial.

De manera general se busca mantener al adulto mayor en un estado de salud el cual define Roy como el proceso de ser y llegar a ser un todo integrado. Salud significa adaptación. Según las circunstancias de su ambiente, la persona se adapta de una forma diferente; esto lleva a que los individuos sean cada vez más complejos y tengan un mayor crecimiento.

b) Teoría de promoción de la salud. Nola J. Pender

A continuación, analizaremos la teoría de promoción de la salud de Nola J. Pender, una de las cuales nos guía de manera importante para prevenir un envejecimiento patológico, y que en el envejecimiento normal no se desarrollen episodios patológicos, ya que promover la salud es un aspecto amplio y de múltiples escenarios.

Esta teoría identifica en el individuo factores cognitivos-perceptuales, que son modificados por las características situacionales, personales e interpersonales, lo cual da como resultado la participación en conductas favorecedoras de salud, cuando existe una pauta para la acción.

El modelo de promoción de la salud sirve para identificar conceptos relevantes sobre las conductas de promoción de la salud y para integrar los hallazgos de investigación de tal manera que faciliten la generación de hipótesis comprobables.

El modelo se basa en la educación de las personas sobre cómo cuidarse y llevar una vida saludable. “Hay que promover la vida saludable que es primordial, antes que los cuidados, porque de ese modo hay menos gente enferma, se gastan menos recursos, se le da independencia a la gente y se mejora hacia el futuro”.

Este es uno de los modelos más predominantes en la promoción de la salud en enfermería; según este modelo los determinantes de la promoción de la salud y los estilos de vida, están divididos en factores cognitivos-perceptuales, entendidos como aquellas concepciones, creencias, ideas que tienen las personas sobre la salud, que las llevan o inducen a conductas o comportamientos determinados, que en el caso que nos ocupa, se relacionan con la toma de decisiones o conductas favorecedoras de la salud. La modificación de estos factores, y la motivación para realizar dicha conducta, lleva a las personas a un estado altamente positivo llamado salud.

Imagen 21. El modelo de promoción de la salud  de la salud de Nola J Pember   los factores cognitivos-perceptuales, entendidos como aquellas concepciones, creencias, ideas que tienen las personas sobre la salud, que las llevan o inducen a conductas o comportamientos cuya modificación puede propiciar cuidados y estados de salud en los individuos.

La concepción de la salud en la perspectiva de Pender, parte de un componente altamente positivo, comprensivo y humanístico, toma a la persona como ser integral, analiza los estilos de vida, las fortalezas, la resiliencia, las potencialidades y las capacidades de la gente en la toma de decisiones con respecto a su salud y su vida.

Este modelo le da importancia a la cultura, entendida ésta como el conjunto de conocimientos y experiencias que se adquieren a lo largo del tiempo, la cual es aprendida y transmitida de una generación a otra.

El modelo se basa en tres teorías de cambio de la conducta, influenciadas por la cultura, así:

  • La primera teoría, es la de la Acción Razonada: explica que el mayor determinante de la conducta, es la intención o el propósito que tiene la conducta de un individuo. Se plantea que es más probable que el individuo ejecute una conducta, si desea tener un resultado.
  • La segunda es la Acción Planteada: adicional a la primera teoría, la conducta de una persona se realizará con mayor probabilidad, si ella tiene seguridad y control sobre sus propias conductas.
  • La tercera es la Teoría Social-Cognitiva, en la cual se plantea que la autoeficacia es uno de los factores más influyentes en el funcionamiento humano, definida como “los juicios de las personas acerca de sus capacidades, para alcanzar niveles determinados de rendimiento”. Adicional a lo anterior, la auto-eficacia es definida como la confianza que un individuo tiene en su habilidad para tener éxito en determinada actividad.

Según Pender, el Modelo de Promoción de la Salud retoma las características y experiencias individuales, además de la valoración de las creencias en salud, en razón a que estas últimas son determinantes a la hora de decidir asumir un comportamiento saludable o de riesgo para la salud, debido a su alto nivel de interiorización y la manera de ver la realidad que lo rodea.

Está comprobado que las personas adultas mayores están interesadas en tener información y entender sus problemas de salud, así como de participar en su control y manejo. También es común que las familias tengan ese mismo deseo. Esta idea se puede enriquecer con el concepto de geriagogía que significa enseñar a envejecer como una tarea social, pues involucra a todas las personas.

Así entonces la promoción de la salud, manejando esta teoría en los adultos mayores, va dirigida a mejorar y mantener la salud en él más alto nivel de función y con la meta de la mayor independencia posible. Es clave en la intervención, la educación y la promoción del cuidado de sí mismo.

Imagen 22. las personas adultas mayores están interesadas en tener información y entender sus problemas de salud, así como de participar en su control y manejo.

c) Teoría de autocuidado de Dorothea Orem

Dorothea no tuvo un autor que influyó en su modelo, pero sí se ha sentido inspirada por varios agentes relacionados con la enfermería como son: Nightingale, Peplau, Rogers y demás.

La teoría del autocuidado:

En la que explica el concepto de autocuidado como una contribución constante del individuo a su propia existencia: «El autocuidado es una actividad aprendida por los individuos, orientada hacia un objetivo. Es una conducta que existe en situaciones concretas de la vida, dirigida por las personas sobre sí mismas, hacia los demás o hacia el entorno, para regular los factores que afectan a su propio desarrollo y funcionamiento en beneficio de su vida, salud o bienestar».

Define además tres requisitos de autocuidado, entendiendo por tales los objetivos o resultados que se quieren alcanzar con el autocuidado, indican una actividad que un individuo debe realizar para cuidar de sí mismo:

  1. Requisitos de autocuidado universal: son comunes a todos los individuos e incluyen la conservación del aire, agua, eliminación, actividad y descanso, soledad e interacción social, prevención de riesgos e interacción de la actividad humana.
  2. Requisitos de autocuidado del desarrollo: promover las condiciones necesarias para la vida y la maduración, prevenir la aparición de condiciones adversas o mitigar los efectos de dichas situaciones, en los distintos momentos del proceso evolutivo o del desarrollo del ser humano: niñez, adolescencia, adulto y vejez.
  3. Requisitos de autocuidado de desviación de la salud: que surgen o están vinculados a los estados de salud.

Imagen 22. Teoría de autocuidado de Dorothea Orem:»El autocuidado es una actividad aprendida por los individuos, orientada hacia un objetivo :para regular los factores que afectan a su propio desarrollo y funcionamiento en beneficio de su vida, salud o bienestar»

La teoría del déficit de autocuidado:

En la que describe y explica las causas que pueden provocar dicho déficit. Los individuos sometidos a limitaciones a causa de su salud o relaciones con ella, no pueden asumir el autocuidado o el cuidado dependiente. Determina cuándo y por qué se necesita de la intervención de la enfermera.

La teoría de sistemas de enfermería:

En la que se explican los modos en que las enfermeras/os pueden atender a los individuos, identificando tres tipos de sistemas:

  1. Sistemas de enfermería totalmente compensadores: la enfermera suple al individuo y cumple con el autocuidado terapéutico del paciente; compensa su incapacidad; da apoyo al paciente y le protege.
  2. Sistemas de enfermería parcialmente compensadores: el personal de enfermería proporciona autocuidados, desarrolla algunas medidas de autocuidado para el paciente; compensa las limitaciones de autocuidado; ayuda al paciente. El paciente desempeña algunas medidas de autocuidado; regula la actividad de autocuidado; acepta el cuidado y ayuda a la enfermera.
  3. Sistemas de enfermería de apoyo-educación: la enfermera actúa ayudando a los individuos para que sean capaces de realizar las actividades de autocuidado, pero que no podrían hacer sin esta ayuda, regula el ejercicio y desarrollo de la actividad de autocuidado. El paciente cumple con el autocuidado.

El autocuidado podría considerarse como la capacidad de un individuo para realizar todas las actividades necesarias para vivir y sobrevivir. Orem contempla el concepto “auto” como la totalidad de un individuo (incluyendo necesidades físicas, psicológicas y espirituales), y el concepto “cuidado” como la totalidad de actividades que un individuo inicia para mantener la vida y desarrollarse de una forma que sea normal para él.

El autocuidado es la práctica de actividades que los individuos inician y realizan en su propio beneficio, para el mantenimiento de la vida, la salud y el bienestar. Puede considerarse que un individuo cuida de sí mismo si realiza efectivamente las siguientes actividades:

  • Apoyo de los procesos vitales y del funcionamiento normal.
  • Mantenimiento del crecimiento, maduración y desarrollo normales.
  • Prevención o control de los procesos de enfermedad o lesiones.
  • Prevención de la incapacidad o su compensación.
  • Promoción del bienestar.

El cuidado se inicia voluntaria e intencionadamente por los individuos. El autocuidado es un fenómeno activo que requiere que las personas sean capaces de usar la razón para comprender su estado de salud, y sus habilidades en la toma de decisiones para elegir un curso de acción apropiado.

El autocuidado de los adultos mayores debe ser integral. Es decir, no sólo debe responder a sus necesidades básicas, sino que también debe incluir sus necesidades psicológicas, sociales, de recreación y espirituales. Sólo así el autocuidado será el medio por el cual los adultos mayores podrán desarrollar al máximo sus potencialidades, indispensables para una vejez saludable.

Imagen 23.  Orem contempla el concepto “auto” como la totalidad de un individuo (incluyendo necesidades físicas, psicológicas y espirituales) y por ende el autociudado no se limita al plano de la salud física si no también su esfera psicológica, social  , entorno etc.

CONCLUSIÓN

En esta unidad se ha hablado sobre algunas de las teorías más importantes, que pueden explicar por qué envejecemos, cada teoría tiene aspectos importantes. Sin embargo, quizá la posición más razonable que pueda adoptarse por ahora, es que como la gerontología es todavía una ciencia tan joven, no dispone aún de los conocimientos básicos requeridos para poder dar una exacta o buena explicación de porqué hay envejecimiento, pero sí puede tomar las bases de cada teoría para brindar un cuidado integral al adulto mayor.

También podemos concluir que la vejez constituye hoy en día uno de los problemas sociales que reclaman la mayor atención por parte de los gobiernos e instituciones de la sociedad. Se enfrentan por los países en el mundo, las necesidades acuciantes de una población envejecida, sumida una buena parte de ella en condiciones de absoluta pobreza y abandono. En México la situación es grave, en los aspectos económicos, médicos, educativos y culturales en general.

Cuando hablamos de envejecimiento normal y patológico, se puede predecir que la contribución relativa y diferencial de los factores ambientales en el enfermar (muy ligados a los estilos de vida), se incrementa a lo largo del envejecimiento. Existen una serie de manifestaciones patológicas frecuentes en la vejez. Estas manifestaciones patológicas pueden ser modificadas por medio de adecuados estilos de vida. Dicho de otro modo: pueden ser modificadas con base en hábitos o comportamientos saludables.

Los adultos mayores actualmente son el blanco principal para los esfuerzos de razonamiento, porque consumen cantidades desproporcionadamente grandes de cuidado médico y debido a que se considera que ya han vivido su vida y tienen poco qué ofrecer a las generaciones futuras, sin embargo, desde el punto de vista humanista se sabe que esto no es cierto.

Los aspectos éticos en torno al cuidado de los adultos mayores, se desarrollan en todos los niveles. Las políticas se abocan en su mayor parte a cuestiones de acceso y cobertura, en las que también influyen las creencias individuales del médico acerca de los elementos de la atención que son «adecuados» para el paciente de edad avanzada.

Finalmente se reitera la necesidad de brindar un cuidado integral por parte del personal de enfermería, una vez que tenemos todas las bases de teorías del envejecimiento, la situación del adulto mayor en un aspecto social, cultural, emocional, laboral y familiar, y los cambios que se presentan a lo largo del tiempo y en todas las esferas, es necesario centrarse en las bases teóricas de enfermería, que son una guía clara de cómo el personal de enfermería puede brindar cuidado al adulto mayor.

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  7. Presentación PowerPoint: María Isabel Negrete. Teorías del envejecimiento. Instituto de Geriatría.