Unidad didáctica 2: Ética y cuidado de la persona con problemas gineco obstétricos

INTRODUCCIÓN

Continuamos en esta segunda Unidad, abordando aspectos relativos al cuidado de la persona con problemas Gineco-obstétricos, Para ello recordaremos la función de cuidado en enfermería, así como los principios éticos que debemos aplicar. Ambos aspectos guían nuestro quehacer enfermero.

Ya conocemos que los derechos reproductivos abarcan ciertos derechos humanos que están reconocidos en las leyes nacionales, en documentos   internacionales    sobre    derechos humanos y en otros documentos pertinentes de las Naciones Unidas aprobados por consenso y que, como personal profesional de enfermería, debemos considerar en nuestra principal labor, la cual es otorgar cuidado holístico procurando que éste sea en lo más posible, libre de riesgos.

Te invito a que continuemos en este proceso de aprendizaje esperando que, al revisar ésta unidad, te permita lograr la siguiente competencia.

COMPETENCIA

Integrar conocimientos previos sobre ciclo reproductivo y principios éticos, para fundamentar el cuidado enfermero de la persona con problemas gineco-obstétricos.

CONTENIDO

2.1 Principios éticos aplicados en el cuidado de enfermería

Recordemos que en la unidad 9 de la materia de ciclo reproductivo, se plantea que la salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria, sin riesgos, la capacidad de procrear, la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuándo y con qué frecuencia. Esta última condición lleva implícito el derecho del hombre y la mujer a obtener información y de planificar la familia de su elección, así como a elegir métodos para la regulación de la fecundidad que no estén legalmente prohibidos, acceder a métodos seguros, eficaces, asequibles y aceptables, el derecho a recibir servicios adecuados de atención de la salud que permitan los embarazos y los partos sin riesgos y den a las parejas las máximas posibilidades de tener hijos sanos.

Imagen 1. El derecho del hombre y la mujer a obtener información y de planificar la familia de su elección.

En  consonancia  con  lo  anterior,  recuerda que la atención de la salud reproductiva, se define como el conjunto de métodos, técnicas y servicios que contribuyen a la salud y al bienestar reproductivo al evitar y resolver los problemas relacionados con la salud reproductiva; Incluye también la salud sexual, cuyo objetivo es el desarrollo de la vida y de las relaciones personales y  no meramente  el asesoramiento y la atención en materia de reproducción y de enfermedades de transmisión sexual. (Programa de acción CIPD, párrafo 7.2).

En clases anteriores, revisamos que los derechos reproductivos derivan de los derechos humanos que ya están reconocidos tanto en las leyes nacionales, en los documentos internacionales sobre derechos humanos y en otros documentos pertinentes de las naciones unidas aprobados por consenso. Esos derechos se basan en el reconocimiento del derecho básico de todas las parejas e individuos a decir libre y responsablemente el número de hijos, el espaciamiento de los nacimientos y el intervalo entre éstos y a disponer de la información y de los medios para ello y el derecho a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva. También incluye su derecho a adoptar decisiones relativas a la reproducción sin sufrir discriminación, coacciones ni violencia, de conformidad con lo establecido en los documentos de derechos humanos”. (Programa de Acción CIPD, párrafo 7.3)

También es importante considerar que, las relaciones que son la base de la salud sexual y reproductiva son una parte natural de la vida que hombres y mujeres deberían asumir libremente y de forma segura, sin violencia o coerción. Los derechos sexuales y reproductivos, que surgen de los derechos humanos en general, forman una parte importante de la ética en salud y son aplicables a todas las mujeres, independientemente de su edad, estado civil, etnia, afiliación política, raza, religión, estatus económico, discapacidad o cualquier otro estatus. Estos derechos implican la necesidad de informar a la opinión pública y de promover un diálogo público respetuoso que incluya diferentes perspectivas éticas y religiosas, haciendo notar que la libertad religiosa incluye la necesidad de que ninguna religión o credo pueda imponer sus valores sobre los demás. Por lo tanto, como sociedad debemos reconocer y respetar la diversidad de religiones y culturas que pueden existir en nuestro país y estado para poder proveer a todas las mujeres con cuidados que tomen en consideración sus características culturales.

El propósito de los derechos humanos es promover la dignidad humana. Ello implica la obligación de beneficiar la salud tanto física como mental del paciente en el curso de su tratamiento y el compromiso de no hacer daño.

El derecho humano al más elevado estándar de salud alcanzable y a los beneficios del progreso científico, forma la base del compromiso profesional de beneficencia y justicia. Los derechos humanos a la vida privada, a la libertad de conciencia y a la libertad y seguridad de la persona, es también un elemento clave de la autonomía, que incluye el deber de proteger la confidencialidad del cuidado.

En la unidad 9 de la materia de ciclo reproductivo, revisaste los 11 derechos sexuales y reproductivos, así como los derechos humanos fundamentales reconocidos a nivel internacional, nacional y regional. También revisaste aspectos legales de la reproducción y derechos de la mujer embarazada, entre otros temas.

Imagen 2. Decálogo del código de ética para las enfermeras y enfermeros de México, base del compromiso para asegurar los derechos humanos y principios éticos de la salud.

Ahora, es momento de recordar y revisar el “DECÁLOGO DEL CÓDIGO DE ÉTICA PARA LAS ENFERMERAS Y ENFERMEROS DE MÉXICO

La observancia del código de ética, para el  personal de enfermería, nos compromete a:Tabla 1. El código de la ética.

México es uno de los países de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), por ello también, con base en su compromiso de asegurar los derechos humanos y principios éticos en el cuidado de la salud reproductiva de las mujeres, adopta y promueve las siguientes responsabilidades profesionales en torno a:

A. Competencia profesional

  1. Lograr y mantener los más altos niveles de competencia profesional en salud de la mujer, utilizando la mejor y más reciente evidencia médica en el contexto de los recursos disponibles.
  2. Asegurar que la competencia profesional incluye el ofrecer sólo aquellos servicios para los que uno posee un estándar reconocido de capacitación o referir a profesionales adecuadamente capacitados según lo permitan las circunstancias.
  3. Asegurar una conducta profesional respetuosa que promueva la dignidad y seguridad de toda mujer.
  4. Evitar relaciones inapropiadas con pacientes o sus familias que puedan ser explotadas con fines sexuales, emocionales, financieros o de investigación.
  5. Asegurar que el derecho del médico a preservar sus propios valores morales o religiosos no resulte en la imposición de esos valores personales en la mujer. En esas circunstancias las mujeres deberían ser referidas a otro proveedor de cuidados médicos que no tenga este problema. La objeción de conciencia a determinados procedimientos no absuelve a los médicos de tomar las medidas necesarias para que en caso de emergencia se proporcione el tratamiento necesario sin retraso.
  6. Negarse a practicar o apoyar prácticas que violan los derechos humanos o los principios de ética médica.
  7. Mantener y promover el más alto nivel de integridad y honestidad con los pacientes, colegas y estudiantes y en el curso de investigaciones.
  8. Adoptar modelo de comportamiento interpersonal con pacientes y otros para asegurar que todos los miembros del equipo de salud promueven un ambiente óptimo para el aprendizaje y los cuidados médicos.
  9. Promover el aprendizaje continuo y de por vida de los profesionales de la salud en cuestiones de salud sexual y reproductiva, derechos y ética.

Imagen 3. Confidencialidad.

B. Autonomía de la mujer y confidencialidad

  1. Apoyar un proceso de toma de decisiones libre de prejuicios y coerción que permita a la mujer tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y reproductiva. Ello incluye la necesidad de actuar sólo después de obtener el consentimiento o desacuerdo informado, basado en el adecuado suministro de información y educación del paciente sobre la naturaleza, implicaciones del tratamiento, opciones y resultados de las diferentes alternativas disponibles. De esta manera los profesionales de la salud dan a las mujeres la oportunidad de considerar y evaluar las opciones de tratamiento en el contexto de sus propias circunstancias y cultura.
  2. Asegurar que la confidencialidad no permitirá que información privilegiada y documentos se compartan de modo verbal o de cualquier otra manera, excepto cuando lo requiere la ley o el paciente así lo desea.
  3. Respetar el principio de no discriminación para asegurar que toda mujer es tratada con respeto, independientemente de su edad, estado civil, etnia, filiación política, raza, religión, estatus económico, discapacidad o cualquier otro estado. Las mujeres deben tratarse con respeto por su opinión personal, y no la de su pareja o familia.
  4. Asegurar que las adolescentes son tratadas sin discriminación, de acuerdo con el desarrollo de sus capacidades y no simplemente según su edad biológica, en el proceso de facilitar su toma de decisiones libres e informadas sobre su salud sexual y reproductiva.

C. Responsabilidad hacia la comunidad

  1. Abogar por el derecho de la mujer a acceder a la información y educación necesaria que les permita determinar cuándo se reproducen, de acuerdo con el principio ético de autonomía y el derecho humano a elegir si se tienen niños y cuándo tenerlos.
  2. Abogar por el derecho de la mujer a tomar decisiones sobre sus relaciones sexuales como parte natural de sus vidas, ayudándolas a iniciar estas relaciones de manera libre y segura.
  3. Abogar por los recursos y servicios necesarios para que las mujeres que buscan una mejor salud sexual y reproductiva aseguren su derecho al estándar de salud más elevado y al derecho de beneficiarse del progreso científico.
  4. Informar a las comunidades sobre los asuntos relacionados a los derechos y la salud sexual y reproductiva para promover un amplio y respetuoso diálogo, basado en la mejor evidencia médica, para influir en las prácticas de salud, las políticas y la ley.

Aunque este documento es específico para la mujer los principios antes articulados pueden ser también aplicables al hombre.

Los anteriores principios van de la mano con los específicos para el ámbito de enfermería, por ello, los recordamos enseguida:

Diagrama 1. Declaración de principios de enfermería.

Enfatizamos que es importante atender consideraciones ético –legales, como es el tener un correcto manejo de los registros de enfermería, también asumir el secreto profesional, pues hay que saber identificar: Aquello que jamás debe trascender a otras personas, mediante la aplicación del compromiso, la promesa o pacto táctico de “no divulgar lo conocido durante el desempeño de nuestra profesión”.

Recordemos que la confidencialidad es entendida como el derecho a controlar información sobre uno mismo, es pues un derecho a la autonomía y a la libertad personal respecto a su intimidad y su privacidad.

Nos obliga como profesionales de la salud a mantener informado al paciente de todo aquello que tenga que ver con él, en reconocimiento del derecho que tiene a controlar la información sobre sí mismo.

No olvidemos la importancia de guardar el secreto enfermero ante situaciones precisas como pueden ser:

La  propia  naturaleza de  la  enfermedad (mental, venérea, etc.)

Las circunstancias que concurran en la enfermedad, que si se conociesen, podrían perjudicar al paciente.

Imagen 4. Cuidado de enfermero a personas con problemas gineco-obstétrico.

2.2 Fundamentación del cuidado enfermero a personas con problemas Gineco-obstétricos.

El cuidado del sí y del otro es un acto ético, estético y ontológico, que impulsa el desarrollo de la persona cuidada y el ser cuidador hacia la búsqueda del bienestar en el proceso de vida-muerte. La enfermera dimensiona el cuidado como poder terapéutico que tiene para sí misma y para los demás, devuelve la esperanza de existir para alcanzar la autonomía.

El cuidado se ha estudiado bajo dos connotaciones: la histórica y la filosófica, con la finalidad de contextualizar sus orígenes en el desarrollo de la humanidad y los valores que se le han asignado por parte de los profesionales de enfermería.

La histórica se relaciona con los cuidados que se otorgan al ser humano, con el objeto de mantener la vida y la sobrevivencia. En la época prehistórica el fin de los cuidados era la alimentación, vivienda, protección, recreación, confort, transporte y la necesidad de socialización para su desarrollo con la constitución de una familia y el trabajo en grupos, de ahí que se visualizará la salud como un don divino y la enfermedad como el castigo enviado por los dioses. Las mujeres tenían a su cargo el cuidado de los niños y de los ancianos, al mismo tiempo que ayudaban durante el parto.  Entre  las  prácticas  de  higienizar  y  de  alimentar  fueron  introducidos comportamientos de tocar, sobar y actitudes afectivas.

Esta primera connotación de cuidado se dio paralelamente a la evolución humana, determinada por el contexto histórico en que se desarrollaron los modos de producción, las relaciones de poder, las creencias religiosas, la cultura, la economía, los avances en la curación y tratamiento de las enfermedades y heridas a través de la herbolaria, la homeopatía, la alopatía y otras terapias y las formas de organización social, donde el cuidado fue realizado tanto por mujeres como por hombres.

En esta época el cuidado humano ha recibido influencias de modelos, teorías, culturas y valores del paradigma positivista, el cual es hegemónico y ha favorecido el individualismo, el reduccionismo y la especialización en el conocimiento; por tanto, el reto como profesionales de la enfermería es rescatar la concepción compleja de la persona no como un objeto de cuidado, sino como un sujeto de cuidado, cuyas necesidades se expresan durante el ciclo natural de la vida, como el nacimiento, el crecimiento y desarrollo, la reproducción, la vejez e incluso en el proceso de muerte; asimismo se reconoce que la persona posee dimensiones física, social, cultural, espiritual y afectiva que interactúan con el contexto, medio o espacio circundante en el cual vive, de ahí es deseable que la praxis sea el espacio donde se promueva el cuidado a la vida en la cotidianidad, mediante un proceso de comunicación, identificación, comprensión, empatía y proyección que logre la transformación cultural de individuos y comunidades en el autocuidado, preserve, optimice su salud y la del medio ambiente.

La segunda connotación se refiere al cuidado humano como un valor, un bien que legitima el actuar, una forma de expresión, de relación con el otro ser y con el mundo, como una forma de vivir plenamente, es un acto, una dimensión ontológica existencial, que se mueve en un proceso de relación, de reciprocidad, de confianza y compromiso afectivo por otro ser humano, descripción íntimamente ligada a la visión estética del cuidado, cuando se alude que es una forma de expresión, de la empatía en la relación con el otro, en la interacción que implica el desarrollo de la sensibilidad y de la creatividad en la acción cuidativa.

Lo anterior nos lleva a precisar que el personal de enfermería debe desarrollar su propia conciencia de sí mismo tanto como persona como profesional para poder encauzar la conciencia de la persona que cuida, con el objeto de reconocer su existencia y la posibilidad de llegar a ser a través del tiempo como una idea infinita; en consecuencia, los cuidados son continuos en todo el proceso de vida hasta la muerte, como lo han expresado teóricas como Henderson, Colliére u Orem, por citar algunas.

En el esquema siguiente identificarás planteamientos de algunas teóricas de la enfermería.

Diagrama 2. Cuidados.

Milton Mayeroff, filósofo norteamericano existencialista (1925-1979), en su obra El cuidado humano, afirma que los valores morales están inmersos en el proceso de cuidar y crecer, cuando se cuida a otro, se crece, quien cuida se autodetermina, al seleccionar los valores e ideales que fundamentan su experiencia.

Este autor (Milton Mayeroff)7 plantea características que debe tener el cuidado:

  • Cuidar significa conocer y entender las necesidades del otro y ser capaz de cuidar adecuadamente, saber las capacidades y fortalezas propias para responder como la persona espera; este conocimiento puede ser explícito o implícito.
  • Alternar ritmos, establecer movimientos de ida y vuelta entre los momentos del cuidado, centrarse en los detalles a veces y en otras ocasiones en el panorama más amplio de la persona, realizar acciones o no hacer nada y observar permanentemente las acciones y omisiones para retroalimentarlas.
  • Paciencia; permitir que el otro crezca en su propio tiempo, en su propio camino y a su propio ritmo.
  • Honestidad significa estar abierto a uno mismo, para los demás y verlos como realmente son y como soy yo mismo. Se tiene que ser auténtico en el cuidado.
  • Confianza, significa dejar ir permitir que el otro crezca en su propio tiempo a su manera para ser mejor lo que implica un riesgo y un salto a lo desconocido. Representa creer en el otro en donde ambos crecen.
  • Humildad; en el entendido que siempre hay algo más que aprender incluyendo el aprendizaje de la persona y de los propios errores; la humildad también significa superar pretenciosas actitudes.
  • Esperanza, se debe basar en las posibilidades presentes y realistas sin confundirse con una ilusión. Su falta carcome todo sentido de dignidad.
  • Valor. Esta fortaleza es fundamental ya que el cuidado es un viaje a lo desconocido en cualquier relación humana.

Por su parte, Leonardo Boff, filósofo, teólogo brasileño (1938 a la fecha), encuentra distintos significados sobre el cuidado desde el estudio de los filósofos griegos, romanos, pasando por San Agustín y culminando en Martin Heidegger, quienes ven en el cuidado la esencia misma del ser humano en el mundo y le da significación al cuidado a partir de estos referentes.

Boff establece cuatro grandes proposiciones que le dan sentido al cuidado y se constituyen en referentes filosóficos para la disciplina enfermera:

  • Primero: el cuidado es una actitud de relación amorosa, suave, amigable, armoniosa y protectora de la realidad, personal, social y ambiental; es la mano abierta que se extiende para la caricia esencial, para el apretón de manos, dedos que se enlazan con otros dedos para formar una alianza de cooperación y unión de fuerzas. Es lo contrario a la mano cerrada y al puño cerrado que somete y domina al otro.
  • Segundo: cuidado es todo tipo de preocupación, inquietud, desasosiego, malestar y hasta miedo por personas y realidades con las cuales se está afectivamente involucrado, y por eso son significativas. Este tipo de cuidado acompaña en todo momento y en cada etapa de la vida. Es comprometerse con las situaciones y las personas que se quieren, estas dan cuidados y con ello se vive el cuidado esencial.
  • Tercero: el cuidado es la vivencia de la relación entre la necesidad de ser cuidado, la voluntad y la predisposición a cuidar, creando un conjunto de apoyos y protecciones que hacen posible esta relación indisociable a nivel personal, social y con todos los seres vivos. El cuidado-amoroso, el cuidado-preocupación y el cuidado-protección-apoyo son existenciales, es decir, datos objetivos de la estructura del ser en el tiempo, en el espacio y en la historia, son previos a cualquier otro acto y subyacen a todo lo que se emprende. Por eso pertenecen a la esencia de lo humano protecciones que hacen posible esta relación indisociable a nivel personal, social y con todos los seres vivos.
  • Cuarto: cuidado-precaución y  cuidado-prevención se  refieren  a  aquellas actitudes y comportamientos que deben ser evitados por sus consecuencias dañinas previsibles e imprevisibles, que son debidas a veces a la inseguridad de los datos científicos y a lo imprevisible de los efectos perjudiciales al sistema- vida y al sistema-tierra. El cuidado-prevención y el cuidado-precaución nacen de la misión de cuidadores de todo ser. Se es ético y responsable de las consecuencias, es decir, se reconocen las consecuencias benéficas o perjudiciales de los actos propios, las actitudes y comportamientos.

Los cuidados constituyen la esencia de la enfermería y es un elemento central dominante, distintivo y unificador de esta disciplina, y los cuidados culturales son imprescindibles para la recuperación de la salud, puesto que no puede haber curación sin cuidado previo aunque puede haber cuidado sin curación.

En gineco-obstetricia también aplica que los conceptos, significados, expresiones, patrones, procesos y formas estructurales tienen algo de diferente (diversidad) y algo de semejante (comunes, universales) como en todas las culturas del mundo.

En todas las culturas del mundo existen diferencias y semejanzas culturales entre el profesional que presta la asistencia y el receptor de la misma o usuario.

Los usuarios (persona) que reciben cuidados de enfermería que no concuerdan razonablemente con sus creencias, valores y estilos de vida mostrarán síntomas de conflictos culturales, insatisfacción, tensión y preocupaciones éticas o morales.

El cuidado ético se manifiesta como un acto de vida y libertad en todos los seres humanos, es prerrequisito en el desarrollo positivo de las personas a través del bien, ya que la práctica moral exige un pensamiento reflexivo de la enfermería.

El valor del cuidado se vive cuando aumenta o devuelve a quien recibe el cuidado, la esperanza de existir y de alcanzar la autonomía, y permite al personal de enfermería dimensionar ese poder terapéutico que tiene para sí misma y para los demás.

CONCLUSIÓN

En Enfermería la base del cuidado responsable, protege tanto a los usuarios de todos los servicios, desde luego del servicio de gineco-obstetricia, así como a los enfermeros y enfermeras, la ética gobierna la conducta, implica lo que es bueno y lo que es malo, implica responsabilidad moral y una obligación con el paciente y sus familiares, por eso es importante que el profesional de enfermería conozca los fundamentos de su profesión y los aplique en su actividad diaria para así lograr cumplir con su liderazgo como profesional y estar en concordancia con sus compañeros de trabajo, ya que ellos dependan de su profesionalismo.

La práctica de los valores y principios éticos significa para el personal de enfermería una actividad técnicamente perfecta y someterse a las disciplinas éticas propias de su profesión. De este modo, en la atención gineco-obstétrica; la ética y la moral influyen en el proceso creado para controlar, manejar, planificar, diagnosticar, organizar principios de autoridad y responsabilidad para comprender la autonomía del paciente que se encuentra a su cargo.

Hay que recordar que uno de los valores éticos importantes en enfermería es la comunicación y el respeto, en gineco-obstetricia, como en otras áreas, son elementos que permiten el desempeño favorable y correcto de la profesión. Así mismo, se hace énfasis en el rol del profesional de enfermería en la utilización y desempeño dentro del ámbito de su profesión tomando en cuenta los valores y principios éticos y bioéticos para prestar un mejor servicio al usuario de servicios de ginecología y obstetricia.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

  • Quintero, Belkis, Ética del cuidado humano bajo los enfoques de Milton Mayeroff y Jean WatsonCiencia y Sociedad [en linea] 2001, XXVI (Enero- Marzo) : [Fecha de consulta: 9 de agosto de 2016] Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87011272002> ISSN 0378-7680
  • Waldow VR. Cuidado humano o resgate necessário. Brasil: Sagra Luzzato; 1998. p. 17-9.