Unidad didáctica 5: Aspectos preventivos para una vejez saludable y Perspectivas futuras en la Enfermería Geronto Geriátrica

INTRODUCCIÓN

Bienvenidos (as) a la sexta unidad donde comenzamos analizando que, dentro de una continuidad, la vida humana es cambio. Vivir es cambiar, cambiar de vida, pero sin dejar de ser cada uno lo que es. El cambio supone pasar de una etapa a otra; cada etapa tiene sus contenidos propios sus peculiaridades sus intereses sus posibilidades y limitaciones.

Cada etapa viene condicionada por lo que se ha realizado en las anteriores; en cierto modo el ser humano resulta ser prisionero de su propio pasado. El niño se prepara para ser joven, el joven se prepara para ser adulto, pero cabría pregunta: ¿se prepara igualmente el adulto para ser viejo?

Entonces al hacerse conscientes de que cada ser humano está en constante cambio, el proceso de envejecimiento será más fácil de asimilar, y mostrar empatía a este grupo poblacional, así como prepararse individualmente para tener una vejez sana y afrontar esta situación de manera efectiva.

Imagen 1. Concienciar que el ser humano está en constante cambio nos hará más fácil empatizar con este sector de la población y prepararnos para tener una vejez sana.

El propósito entonces de esta unidad es que el alumno tenga conciencia de su propia concepción de la vejez, para comprender de manera más empática el papel del adulto mayor y su vivencia, así como para descubrir estrategias de preparación para llegar a tener una vejez plena y con calidad de vida.

Además, se analizarán las perspectivas a futuro, de la enfermería Geronto-Geriátrica ya que se pretende de manera gradual, con la incorporación de metodologías participativas en la docencia, la disponibilidad de cursos interdisciplinarios que permitan profundizar en los conocimientos y la ampliación de experiencias clínicas con adultos mayores, en instituciones debidamente acreditadas del nivel primario, secundario y terciario.

El proceso de atención de enfermería (PAE) es la herramienta fundamental, para dar este cuidado y garantizar que sea de calidad e integral, siguiendo el método científico; por ello en esta unidad englobamos en un primer momento todos los conocimientos adquiridos en unidades anteriores. Así comenzamos a integrar las temáticas vistas para el cuidado que brinda enfermería a esta población.  Entonces se llevará a cabo la revisión de las generalidades del PAE y su aplicación al cuidado de la tercera edad, con el cual se realizará un trabajo integrador que es el proceso de atención de enfermería al adulto mayor sano y con un proceso patológico, siendo el producto de aprendizaje final.

En esta unidad también concluimos la materia de enfermería Geronto-Geriátrica y con esto se tienen las herramientas para brindar cuidados de enfermería más individualizados, dinámicos, humanos y holísticos al adulto mayor, sin embargo debe saberse que la formación es continua y nunca cesa, por ello les invitamos a seguirse preparando, revisar continuamente los temas de estas unidades, sobre todo cuando se está ante la atención de un adulto mayor, ya que esto apoya su práctica profesional y garantiza cuidados de calidad a esta población.

COMPETENCIA

El estudiante trabajará por lograr las siguientes competencias:

  • Identifica las necesidades básicas de los adultos jóvenes y maduros: físicas, psicológicas y socioculturales.
  • Analiza el concepto y la perspectiva actual de enfermedad, estilos de vida y calidad de vida.
  • Describe los aspectos generales del autocuidado del adulto joven y maduro.
  • Explica las repercusiones de la salud en el adulto joven y maduro en la vejez futura.
  • Analiza los cambios en el modelo de atención de enfermería Geronto Geriátrica.
  • Expresa sus propias perspectivas sobre la asistencia Geronto-Geriátrica de enfermería.
  • Identifica el campo de trabajo actual de la enfermería Geronto Geriátrica.
  • Explica la importancia de tener un conocimiento científico mediante la enfermería, basada en la evidencia para el cuidado al adulto mayor.
  • Expone la necesidad de la aplicación del proceso de atención de enfermería en el cuidado al adulto mayor.
  • Identifica los dominios alterados en el adulto mayor por medio de una valoración de enfermería.
  • Diseña diagnósticos de enfermería y priorizar necesidades para intervenir.
  • Desarrolla planes de cuidados de enfermería dirigidos al adulto mayor de manera individualizada.
  • Aplica en sus respectivas instituciones, los conocimientos técnicos científicos a través de intervenciones dirigidas a brindar cuidados necesarios.
  • Evalúa acciones realizadas para conocer el avance o progreso (positivo o negativo), del estado de salud del adulto mayor.

CONTENIDO

5.1 Necesidades básicas de los adultos jóvenes y maduros: físicas, psicológicas y socioculturales

En la mayoría de las culturas se considera como adulto a toda aquella persona que tiene más de 18 años. Aunque después de los 60 años de edad se les llame adultos mayores y siguen siendo adultos, existen diferencias entre quienes son mayores de 18 y menores, promedios ambos, de 60. Como se sabe, la adultez no inicia ni termina exactamente en éstos límites cronológicos.

Imagen 2. Necesidades básicas de los adultos jóvenes y maduros: físicas, psicológicas y socioculturales.

Aportaciones de algunos estudiosos en el campo del Desarrollo Humano coinciden en afirmar que la edad adulta tiene sub etapas, como:

  • Edad adulta temprana (entre los 20 y 40 años)
  • Edad adulta intermedia (de los 40 a los 65 años)
  • Edad adulta tardía (después de los 65 años de edad)

La juventud, que es la que comprende aproximadamente de los 20 hasta a los 35 o 40 años de edad, luego de la resolución de la crisis del adolescente, permite el paso a una etapa en donde el individuo se vuelve más independiente y toma más responsabilidad en sus actos. En la juventud el individuo comienza a desprenderse de los grupos, dejando de ser estos, el regulador externo de su conducta. Aparece entonces, una autodeterminación consciente, que posibilita la regulación interna del comportamiento.

El joven desarrollará a plenitud todas sus capacidades en cualquiera de las actividades en las que se desenvuelva, ya sea en el estudio o en el trabajo. Su desempeño se caracteriza por un alto grado de expresión en su actividad creadora. En este período, la familia de origen ya no ocupa el lugar fundamental que tenía en las etapas anteriores. El joven es más independiente, y el papel que juega la familia es de consejero y orientador. Ya el joven está en capacidad de tomar sus propias decisiones y responsabilizarse con su propia vida. El incremento de la madurez y el autocontrol en esta etapa, se expresa en relaciones más activas y efectivas.

Imagen 3. La etapa del adulto joven se caracteriza porque los individuos son más responsables, tienen un alto grado de actividad creadora y su funcionamiento sensorial y motor se encuentra al máximo.

Los adultos jóvenes por lo general se encuentran en la cima de la salud, fuerza, energía y resistencia. También están al máximo de su funcionamiento sensorial y motor. Para los 20 años la mayoría de las funciones corporales están totalmente desarrolladas. La agudeza visual óptima entre 20 y 40 años, y el gusto, olfato y sensibilidad al dolor y la temperatura usualmente permanecen intactos hasta los 45 años. Sin embargo, una pérdida gradual de la audición, lo cual es común que comience durante la adolescencia, se hace más evidente después de los 25 años, en especial para los sonidos más agudos.

El vínculo entre la conducta y salud ilustra la interrelación que existe entre los aspectos físicos, cognitivos y emocionales del desarrollo. Lo que las personas saben acerca de la salud afecta lo que hacen, y lo que hacen incide en cómo se sienten. Sin embargo, no basta con saber acerca de buenos hábitos de salud, como, por ejemplo, el ejercicio físico.

La personalidad, las emociones y el entorno social, a menudo sobrepasan a lo que la gente sabe que debería hacer, y la lleva a comportarse de manera saludable. Otros factores de estilo de vida que tienen una relación fuerte y directa con la salud y la condición física es la nutrición, obesidad, el sueño, consumo de alcohol y de drogas, donde cuentan mucho las influencias indirectas como la posición socioeconómica, la raza u origen étnico, el género y las relaciones.

La complejidad cognoscitiva del trabajo, se refiere al grado en que el trabajo de una persona requiere pensamiento y juicio independiente. Investigaciones reflejan que el desarrollo completo de los lóbulos frontales durante la edad adulta temprana prepara a la gente para manejar varias tareas al mismo tiempo.

La edad adulta es una época de cambios drásticos en las relaciones personales. Los adultos jóvenes buscan la intimidad emocional y física en sus relaciones con los pares y los compañeros románticos. La auto-revelación y un sentido de pertenencia son aspectos importantes de la intimidad. Las relaciones íntimas se asocian con la salud física y mental. Por tanto, las necesidades del adulto joven están dirigidas a mantener esas funciones por medio de la nutrición, ejercicio, trabajo, independencia, familia, círculos sociales, etc.

Imagen 4. En la edad adulta las relaciones se asocian con la salud física y mental.

Posteriormente hablamos del adulto maduro o adultez intermedia, en ella se pretende y desarrolla una vida autónoma en lo económico y en lo social. Cuando se tiene buena salud, el adulto intermedio está dispuesto a correr riesgos temporales de entrega corporal en situaciones de exigencia emocional. Puede y desea compartir una confianza mutua con quienes quieren regular los ciclos de trabajo, recreación y procreación, a fin de asegurar también a la descendencia, todas las etapas de un desarrollo satisfactorio.

En esta etapa el adulto posee un concepto de sí mismo como capaz de tomar decisiones y auto dirigirse. Juega un papel social, que conlleva responsabilidades desde el punto de vista económico y cívico. Además, forma parte de la población económicamente activa y cumple una función productiva, que con el paso del tiempo se va rezagando, ya que a medida que aumenta la edad cronológica, va perdiendo su papel o rol como trabajador funcional.

Actúa independientemente en sus múltiples manifestaciones de la vida. Su inteligencia sustituye a la instintividad. Además de su preocupación por el saber, requiere del saber hacer y el saber ser. Tiene la capacidad para entregarse a afiliaciones y asociaciones concretas, así como para desarrollar la fuerza ética necesaria para cumplir con tales compromisos. Sus experiencias sexuales y sociales, así como sus responsabilidades, lo separan sustancialmente del mundo del niño. En los últimos años de ésta etapa, se considera como alguien que enseña, educa o instituye, así como buen aprendiz. Necesita sentirse útil y la madurez requiere la guía y el aliento de aquello que ha producido y que debe cuidar.

Imagen 5. En los últimos años de esta etapa , el adulto maduro enseña, educa o instituye y se considera también un buen aprendiz. Comienza la transición a la vejez.

En esta etapa el adulto maduro comienza la transición hacia la vejez, siendo un proceso difícil pero que se puede llevar mejor si en estas etapas de adultez se va preparando y mantiene un estado de salud adecuado, esto ayudará a tener una mejor adaptación, un adulto joven y maduro sano conduce por consecuencia a un adulto mayor sano.

Más que pérdidas debe verse el camino hacia la vejez como un paso más en la vida donde la calidad es primordial, y cada acción que se tiene en las etapas previas tiene consecuencias positivas o negativas. Preparar al adulto joven y sobre todo al adulto maduro a llegar a la vejez en un estado saludable, conduce a que tenga menos enfermedades, elimine esas creencias negativas de la vejez y sea un miembro funcional dentro de la sociedad.

5.2 Enfermedad, estilos de vida, calidad de vida

Los seres humanos desde pequeños van adquiriendo hábitos y conductas que poco a poco integran su estilo de vida, este puede ser saludable o no saludable. Es muy importante promover en todas las etapas de la vida, la adopción de hábitos que llevan a construir estilos de vida saludables, ya que al paso del tiempo estos repercuten en la etapa siguiente de su vida, de niños a jóvenes, de jóvenes a adultos y de adultos a adultos mayores.

Imagen 6. Enfermedad, estilos de vida, calidad de vida. Las enfermeras desempeñan un rol importante en la promoción de medios para lograr una vida saludable.

Esta personalidad grupal, denominada estilo de vida, se explica como “una manera de ser y de comportarse compartida por un grupo significativo de personas de una sociedad, que se parecen entre sí por sus características sociodemográficas, psicológicas, de comportamiento, de equipamiento e infraestructura, entre otras”

Dentro de estos estilos de vida se engloba: una alimentación correcta, descanso, actividad física, actividades recreativas, salud mental, hábitos de higiene y prevención, y cuidado del ambiente. El testimonio de vida saludable y la formación que promueva el adulto son las herramientas que le permitan optar por prácticas favorables de salud.

El autocuidado tiene dos vertientes: individual y colectiva. La individual se refiere a aquellas conductas encaminadas a lograr una mejor calidad de vida; por ejemplo, cuando una persona elige dejar de fumar. La vertiente colectiva es propia de grupos, familia y comunidades, y va dirigida tanto al cuidado de la persona, como al del grupo al que pertenece, por ejemplo, una madre que elabora platillos saludables para ofrecer a su familia. La calidad de vida que cada uno pueda disfrutar en los años por venir depende de la propia decisión de hacerlo bien ahora.

Desde una perspectiva integral, es necesario considerar los estilos de vida como parte de una dimensión colectiva y social, que comprende tres aspectos interrelacionados: el material, el social y el ideológico.

  1. En lo material, el estilo de vida se caracteriza por manifestaciones de la cultura material: vivienda, alimentación, vestido.
  2. En lo social, según las formas y estructuras organizativas: tipo de familia, grupos de parentesco, redes sociales de apoyo y sistemas de soporte como las instituciones y asociaciones.
  3. En el plano ideológico, los estilos de vida se expresan a través de las ideas, valores y creencias, que determinan las respuestas o comportamientos a los distintos sucesos de la vida.

De este modo, los estilos de vida no pueden ser aislados del contexto social, económico, político y cultural al cual pertenecen, y deben ser acordes a los objetivos del proceso de desarrollo. Esto dignifica al individuo dentro de la sociedad a través de mejores condiciones de vida y de bienestar.

Colocar en el estilo de vida del sujeto, la responsabilidad de sus enfermedades, constituye una variante de la culpabilización de la persona, que no sólo coloca la responsabilidad de su propia enfermedad, sino que correlativamente reduce la responsabilidad a empresas productoras de enfermedades, ya que estas no pueden excluirse. Sin embargo, el riesgo colocado exclusivamente en el sujeto, supone explícita o implícitamente que el sujeto es un ser libre, con capacidad y posibilidad de elegir si lleva un estilo de vida saludable o no.

Con ello cabe el análisis de quién es realmente libre, hablamos de plena libertad, lo que no es posible si el entorno no es saludable, entonces la voluntad del individuo es el factor principal, no el determinante, por esta razón el disponer de ambientes que promueven la salud ayuda de gran manera, a mantener estilos de vida saludables. Por ejemplo, una persona que trabaja un horario de 12 horas, ¿en qué momento es capaz de ejercitarse? la solución no sólo debe ser la voluntad del individuo, que sin duda alguna es la más importante, sino también los recursos que tiene a su alrededor para poder realizar actividad física.

Con esta información, comenzaremos a revisar los medios por los cuales podemos llegar a mantener estilos de vida saludables, así hablamos de la promoción de estilos de vida saludables que implica conocer aquellos comportamientos que mejoran o socavan la salud de los individuos. McAlister (1981) entiende por conductas saludables aquellas acciones realizadas por un sujeto, que influyen en la probabilidad de obtener consecuencias físicas y fisiológicas inmediatas y a largo plazo, que repercuten en su bienestar físico y en su longevidad.

Imagen 7. Los hábitos saludables repercuten en corto y largo plazo con el bienestar físico y la longevidad.

En la actualidad, se conoce un número importante de comportamientos relacionados con la salud, identificados a través de la investigación epidemiológica. Estos comportamientos pueden ser modificados o impulsados a través de modelos de promoción de la salud (MPS), esta teoría identifica en el individuo factores cognitivos perceptuales que son modificados por las características situacionales personales e interpersonales, lo cual da como resultado la participación en conductas favorecedoras de salud, cuando existe una pauta para la acción.

El papel de enfermería es promover los medios necesarios para que la persona modifique o mantenga estilos de vida saludables, a través de la educación en salud y gestión, por lo cual hasta este punto llegamos a comprender la importancia del rol de la enfermera, y sobre todo, la influencia de hábitos saludables para las etapas de la vida futuras.

5.4 Cambios en el modelo de atención de Enfermería Geronto Geriátrica

Los términos enfermería Gerontológica y enfermería Geriátrica se utilizan para designar la especialización profesional en los cuidados dirigidos a las personas adultas mayores. Lo prioritario de la geriatría es lograr el mantenimiento y la recuperación funcional del adulto mayor, para conseguir el máximo nivel de autonomía e independencia de tal manera que se facilite su reinserción a una vida autosuficiente en el núcleo familiar y el entorno habitual.

Imagen 8. Cambios en el modelo de atención de Enfermería Geronto Geriátrica

A lo largo del tiempo la enfermería ha tomado mayor auge sobre todo en la atención a los adultos mayores. Esta atención se debe a las necesidades actuales donde la pirámide poblacional se ha modificado y se incrementó el número de adultos mayores, por ello se requiere de más profesionales de la salud que estén preparados para brindar cuidados especializados. Así mismo se necesita que existan nuevas investigaciones para actualizar los conocimientos, en esta parte el profesional de enfermería es primordial.

La atención a la población senil en México se ha vuelto prioritaria en el futuro inmediato; la pirámide poblacional tiende a invertirse, por lo que se requiere cada vez más de servicios especializados para el próximo milenio.

Asistencia

En México, los antecedentes de esta disciplina se remontan a 1957, cuando se realizó en la Ciudad de México el Primer Congreso Panamericano de Geriatría. Sin embargo, la atención geriátrica dio inicio más de una década después, en 1979, con el Servicio de Consulta Externa Geriátrica en el Hospital General de México.

Dra. Rosalía González, integrante y fundadora del Consejo Mexicano de la especialidad, refiere que el ISSSTE cuenta desde 1986 con un servicio de geriatría de los pocos que existen en Latinoamérica, en el Hospital Regional Adolfo López Mateo, y la creación de los módulos geriátricos a cargo de enfermeras geronto-geriátricas. No existe esta misma tendencia en todos los hospitales ya que muchos otros no cuentan con los especialistas y mucho menos con los espacios para poder brindar atención de calidad. En el campo de enfermería esto es primordial, por lo que las enfermeras especialistas son sumamente necesarias.

Existe una preocupación muy grande por el adulto mayor, dado que el 6 % de la población en México son adultos mayores y ocupamos el séptimo lugar a nivel mundial en envejecimiento acelerado, lo cual, apunta, nos da el tiempo necesario para planear soluciones. Hoy esta rama de estudio lucha por ganarse un lugar como especialidad, el Consejo Mexicano de Geriatría ha certificado a casi 200 médicos y enfermeras, y de que somos líderes en entrenamiento, a pesar de que partimos de cero para abrir camino.

Otra evidencia del aumento de interés en el cuidado de los pacientes de edad, y de la enseñanza de la Geriatría, es la aparición creciente de ancianos, a nivel mundial y de Latinoamérica, ya que como se mostró en las gráficas, el promedio de vida que era de 35 a 40 años aumentó notablemente en un 100% hacia las últimas décadas, a 75 y 85 años y más, y con ello las enfermedades propias del proceso de envejecimiento y las crónico degenerativas.

Educación

En el futuro se verá que se incrementa el número de pacientes de edad con sus acompañantes. La educación médica debe orientarse hacia una enseñanza del manejo de los problemas de los pacientes y no tanto hacia los diagnósticos.

Actualmente la mayoría de las unidades académicas de enfermería tienen planes de estudio con contenidos de Geronto-Geriatría dispersos en las diversas asignaturas, situación que no ha cambiado significativamente durante la última década, estas han aumentado, así como su práctica asistencial.

Uno de los cambios en las escuelas de enfermería es crear un ambiente favorable para que los estudiantes pudieran desarrollar una actitud positiva frente a los adultos mayores. Esto se ha ido logrando gradual y lentamente, con la incorporación de metodologías participativas en la docencia, la disponibilidad de cursos interdisciplinarios de profundización en Geronto-Geriatría ofrecidos por otras unidades académicas, y la ampliación de experiencias clínicas con adultos mayores, en instituciones debidamente acreditadas del nivel primario, secundario y terciario.

Estas prácticas clínicas se desarrollan a través de cuidados asistenciales en hospitales, atención domiciliaria, en organizaciones comunitarias, en casas de reposo y centros de actividades grupales de adultos mayores. Así, los alumnos aprenden a trabajar con adultos mayores sanos y enfermos y con sus cuidadores formales e informales. Las escuelas de enfermería buscan diversas estrategias para fortalecer en su curricula la enseñanza de la enfermería geronto-geriátrica.

Imagen 9. Actualmente la escuelas de enfermería buscan incluir más cursos con la finalidad de profundizar en las prácticas de la Geronto-Geriatría.

La base de la geriatría en la atención a las personas mayores, es el concepto de interdisciplinariedad, que es el trabajo conjunto y correlacionado de diferentes profesionales (médicos, enfermeras, fisioterapeutas, asistentes sociales, terapeutas ocupacionales, psicólogos, nutricionistas, etc.). Esto permite la realización de una adecuada valoración geriátrica, verdadera herramienta básica, imprescindible para la atención geriátrica y la prestación de servicios con calidad, a esto le sumamos el sentido humano, siendo también con calidez.

Es una experiencia común en los docentes de Geriatría, que enseñar a los estudiantes el cuidado del adulto mayor causa un profundo y positivo cambio en la actitud previa, al observar los efectos favorables que se logran con el adecuado manejo de las enfermedades e incapacidades del paciente. En esta parte el diseño de los programas es sumamente importante ya que los expertos en el cuidado del adulto mayor sano y enfermo, pueden dar una mejor planeación de materias y formas de integrar el conocimiento además de aplicarlo.

Quizás uno de los objetivos más importantes de la educación en enfermería será producir un aumento del interés en el manejo de las enfermedades crónicas, y un cuidado apropiado de dicho paciente en la formación académica en esta especialidad. Es en este contexto general donde la profesional de enfermería debe entregar su contribución específica complementando a la ciencia del curar.

La enfermería profesional se inserta de esta manera, con su propia perspectiva en el cuidado integral del adulto mayor, por lo que es necesario fortalecer desde el pregrado, los fundamentos que sustentan el cuidado humanizado del adulto mayor, y la formación técnico-profesional de sus cuidadores formales e informales.

La enseñanza de la Geriatría y la Gerontología en las escuelas de enfermería de pre-grado y en la formación continua de las enfermeras especialistas, debe ser considerada esencial para responder de una mejor manera a los cambios que enfrenta nuestro país en particular en lo referido al aumento de los adultos mayores, y al incremento de la calidad de los cuidados otorgados a este grupo etáreo.

5.5 Ámbitos de la enfermería Geronto-Geriátrica

La complejidad de los servicios de salud en atención al adulto mayor y la participación en un equipo multidisciplinar, obliga a las enfermeras a hacer más explícita su contribución a la salud y bienestar de esta población. Los esfuerzos para clarificar el servicio específico de la enfermera son necesarios, para su satisfacción personal y para poder efectuar su oferta de cuidados a la población.

Podemos distinguir tres grandes grupos de población que pueden beneficiarse de los cuidados gerontológicos.

  • Adultos mayores sanos.
  • Adultos mayores frágiles.
  • Adultos mayores geriátricos.

El rol de la enfermera especializada en los cuidados gerontológicos es el de un profesional autónomo, que coordina una atención compleja dirigida a los ancianos y a sus familias. En muchas ocasiones asume el rol de líder en el equipo multidisciplinar de atención sanitaria. Muchos de los problemas que viven los ancianos están asociados a las actividades cotidianas y por lo tanto son más sensibles a los modelos de cuidados de enfermería y al soporte relacional que los acompaña.

Imagen 10. Ámbitos de la enfermería Geronto-Geriátrica. El entrenamiento de la enfermera le permite identificar sentimientos o emociones a través de los gestos y el lenguaje corporal del paciente.

La comunicación no verbal permite a la enfermera descubrir una serie de sentimientos o emociones a través de los gestos, de la mirada o de la postura: el descontento, la tristeza o el malestar físico de la persona cuando ésta no puede expresarlos con palabras. Pero a su vez este tipo de comunicación puede transmitir a la persona anciana el desinterés, el enojo, la falta de atención o de coherencia de la enfermera. Las enfermeras gerontológicas han de conocer la importancia de la comunicación a través del contacto físico, ya que constituye una forma de comunicación elemental y directa y en muchas ocasiones transmite mucho mejor el mensaje que se quiere comunicar.

El mantenimiento de la autonomía, la readaptación a las limitaciones propias de la edad o de las consecuencias de las enfermedades, son los objetivos del cuidado de la enfermera geronto-geriátrica, por lo tanto, requieren intervenciones adecuadas por parte de la enfermera gerontológica. La enfermera gerontológica entonces tiene que conocer, integrar y desarrollar habilidades de comunicación como la escucha activa, la empatía, la coherencia, el respeto incondicional, etc.

Las políticas sociales promueven la independencia de los ancianos y pretenden facilitar la permanencia en su domicilio, evitando o retrasando su institucionalización. En la actualidad, contrariamente a lo que se opina, las familias son las principales proveedoras de los cuidados informales a los ancianos. En general, los cuidados son proporcionados por un miembro de la familia, ya sea el cónyuge, los hijos u otras personas.

Las enfermeras gerontológicas proveen o refuerzan sus cuidados a través de las familias. El cuidador principal se convierte en un colaborador de los cuidados, pero al mismo tiempo puede ser un cliente potencial, especialmente cuando la situación de gravedad o de dependencia es importante o se prolonga en el tiempo, debido a la carga física y emocional que ha de sostener. En la planificación de los cuidados hay que tener en cuenta no sólo a la persona anciana, sino también a la persona que lo atiende habitualmente.

La enfermera ha de ayudar a las familias a gestionar la situación mediante el apoyo emocional, la información, la motivación, la coordinación y el uso adecuado de los recursos disponibles. El trabajo de asesoramiento y de ayuda a través de las organizaciones de familiares de enfermos, o con grupos específicos de ayuda mutua ha de formar parte de los cuidados que dispensan las enfermeras gerontológicas.

Imagen 11. Las enfermeras se encargan de asesorar a los familiares y cuidadores con el fin de darle una mejor calidad de vida al adulto mayor.

Las situaciones que viven las personas ancianas son a menudo tan complejas que ningún profesional podría resolverlas desde su propia disciplina de forma aislada. La enfermera gerontológica, desde su compromiso profesional específico, comparte con el resto de profesionales un objetivo común: mejorar el bienestar y la calidad de vida de los ancianos.

La riqueza del trabajo interdisciplinar se encuentra precisamente en la pluralidad de concepciones y de intervenciones posibles sobre los problemas que hay que resolver, y que se derivan de la aportación de cada profesional.

Así entonces la atención a las personas ancianas puede proporcionarse en diferentes aspectos de la vida del adulto mayor y en diferentes servicios, centros o instituciones generales o especializadas, sociales o sanitarios, ya que adultos mayores hay en todos los sectores de la sociedad.

Ámbito comunitario

  • Áreas Básicas de Salud o Centros de Atención Primaria de Salud.
  • Programas o Servicios de Atención a Domicilio, públicos o privados.
  • Servicios sociales especializados: centro de día, grupos de ayuda mutua, clubs, etc.
  • Organizaciones no gubernamentales o asociaciones: asociaciones de familiares de enfermos de Alzheimer, asociaciones de adultos mayores, asociaciones de voluntariado, aulas de la tercera edad.

Ámbito institucional

Centros o Servicios Especializados Socio-sanitarios

  • Residencias de adultos mayores.
  • Servicios de larga o media estancia.
  • Servicios de psicogeriatría.
  • Hospitales de día (incluimos este servicio en este apartado porque está muy vinculado a los cuidados institucionales y predomina la atención sanitaria).
  • Centros de rehabilitación y de readaptación.

Centros o Servicios Hospitalarios

  • Unidades de internamiento, de atención intensiva, consultas o servicios de urgencia de centros hospitalarios.

Para definir específicamente el papel de las enfermeras geronto-geriátricas no se pueden establecer límites territoriales en la descripción de las intervenciones. Las instituciones sanitarias amplían sus servicios a la comunidad y ofrecen nuevos servicios de prevención y, posteriores, a la fase aguda de una enfermedad. El éxito de los cuidados a los adultos mayores requiere que la enfermera gerontológica se coordine y colabore con los diferentes niveles asistenciales sociales o sanitarios.

5.6 Enfermería basada en la evidencia para el cuidado al adulto mayor

El cuidado es el objeto de estudio y de la práctica de enfermería y, según los postulados de Meleis, cuatro características importantes determinan su perspectiva: la naturaleza de la enfermería como una ciencia humana, sus aspectos prácticos, las relaciones de cuidado que enfermeras y pacientes desarrollan y la orientación de salud y bienestar. Según Peplau, la enfermería es un proceso significativo, terapéutico e interpersonal, en el cual los pacientes hospitalizados deben estar en contacto con las enfermeras durante un período de tiempo mucho mayor que con cualquier otro profesional de los servicios de salud.

Imagen 12. Enfermería basada en la evidencia para el cuidado al adulto mayor.

El Consejo Internacional de Enfermería (CIE), en relación con la atención a las personas mayores, afirma: “Las enfermeras, en colaboración con las familias y con otros profesionales de salud, tienen una función clave que desempeñar en los cuidados a las personas mayores.”, máxime si ese adulto está hospitalizado y depende de otro(s) para sus cuidados. De aquí surge la necesidad de que la enfermera que presta atención a esta población, tenga los conocimientos necesarios para brindar cuidados de calidad, y esto se logra a través de la Enfermería Basada en la Evidencia (EBE).

Al hablar de EBE hablamos primeramente de que debe existir investigación científica, donde el profesional de enfermería actualiza el conocimiento de manera interdisciplinar y posteriormente usa ese conocimiento en los cuidados al adulto mayor. Anteriormente la enfermera empírica se mantenía solamente con los conocimientos adquiridos en base a la experiencia y no seguía con una formación continua, mucho menos con el uso de la información científica que comienza con la búsqueda de la misma.

La enfermería Geriátrica y Gerontológica ofrece una visión de la panorámica actual, en relación a los adultos mayores, desde la individualidad del ser anciano y desde los fenómenos de envejecimiento poblacional. Las enfermeras que optan por desarrollar su actividad de cuidados con la población de adultos mayores, tiene la responsabilidad de adquirir una formación continuada y adaptada a los últimos avances técnicos, tanto en la asistencia clínica como en el trato y manejo del adulto mayor, y con ello un compromiso en realizar investigación científica sobre todo las enfermeras que cuentan con un posgrado.

La investigación en enfermería en México ha sido considerada más un lujo que una necesidad, tanto en las escuelas de enfermería, como en las instituciones de salud. A pesar de ello, se observa en los últimos 5 años un aumento gradual y constante de investigaciones en esta área, que coincide con el incremento de enfermeras con grados académicos de Maestría y de Doctorado.

Es importante que las enfermeras puedan evidenciar y describir su contribución profesional a la salud de los individuos, grupos, comunidades y población en general desarrollando investigaciones centradas en el cuidado de enfermería, con el propósito de integrar un cuerpo de conocimientos propios.

La enfermería, considerada como disciplina práctica, requiere con urgencia de investigaciones destinadas a crear la base teórica de la profesión, en este caso de la atención a los adultos mayores, cuyo objetivo sea la aplicación directa de conocimientos a la práctica. Por otra parte, es imperativo, que esta investigación sobre la práctica, se concentre no sólo en los resultados de las intervenciones de enfermería, sino que también debe evaluarse la eficacia, los costos y la calidad de sus servicios profesionales como parte integrante de un sistema global de servicios de salud.

De manera general podemos decir que, gracias a las investigaciones en salud de los adultos mayores, van creciendo los conocimientos científicos que el personal de enfermería aplica en sus áreas laborales, por ello es importante la educación continua y la investigación que surge de los posgrados, así se actualiza el conocimiento y se puede aplicar en los pacientes atendiendo sus necesidades actuales.

Imagen 13. La investigación y datos recopilados por las enfermeras son esenciales para generar avances y conocimiento sobre los pacientes geriátricos y sus cuidados.

Una vez que se comprende la necesidad e importancia de la investigación científica en enfermería hablaremos de la enfermería basada en la evidencia. En el ámbito de enfermería, Muhdall define la EBE como: “(…) el cuidado concerniente a la incorporación de la evidencia de la investigación, experiencia clínica y la preferencia de los pacientes dentro de las decisiones sobre el cuidado de salud en forma individual.”

Más recientemente se menciona “la práctica basada en la evidencia” (PBE), cuyo énfasis no está puesto sólo en la práctica de los médicos y enfermeras, sino en las otras disciplinas dentro de un equipo multidisciplinario. Muir Gray la definió como: “(…) un enfoque de toma de decisiones en el cual los clínicos usan la mejor evidencia disponible en consulta con los pacientes, para decidir cuál es la opción que es más aceptable…”

Según Fleming, el proceso en la PBE es el siguiente: la información que se necesita en la práctica se convierte en preguntas estructuradas o focalizadas; las preguntas son usadas como plataforma para la búsqueda de literatura apropiada para identificar la evidencia externa relevante que viene desde la investigación. Para enfermería, este enfoque puede ser adecuado en la toma de la decisión clínica, al reunir la mejor evidencia común, la experiencia de las enfermeras clínicas y la preferencia de los pacientes. Es decir, los pacientes o sus familias son incluidos y pueden contribuir a las decisiones sobre sus cuidados.

Desde esta perspectiva, se argumenta que es necesario y racional un enfoque como la PBE, para proporcionar el mejor cuidado posible con la mejor efectividad/costo de los recursos. Esta práctica consiste entonces en recolectar la información necesaria a través de la búsqueda exhaustiva de literatura científica sobre el tema de interés, que en este caso es sobre cuidados al adulto mayor, discriminarla según su aportación y veracidad, y posteriormente aplicar ese conocimiento en el campo laboral.

Así entonces podemos comprender la importancia de la investigación científica, y más aún, de la aplicación del conocimiento que surge de ellas, la enfermería geronto-geriátrica no debe aislarse de las aportaciones que podemos obtener de estas dos vertientes, ya que esto garantiza la calidad de la atención a nuestra población de adultos mayores.

5.7 Proceso de atención de enfermería en el cuidado al adulto mayor sano y con un proceso patológico

Se han revisado en las unidades anteriores los conceptos de adulto mayor sano, y con un proceso patológico o enfermo, así como las necesidades del adulto mayor e intervenciones de enfermería en sus diferentes áreas. Con esto arrancamos la fase final de esta materia y que engloba todos los temas revisados, además de su aplicación en el ámbito real creando una integración del conocimiento y su puesta en práctica.

Es bien sabido que el adulto mayor requiere de un cuidado efectivo, que incluya no sólo la recuperación sino también y, muy destacadamente, la promoción de su salud, el crecimiento individual y familiar. La integración de un modelo de cuidados es imprescindible para definir la contribución específica de la enfermera en la prevención de la enfermedad, la mejora del estado de salud y el bienestar de la persona. Dentro del equipo multidisciplinar, permite a la enfermera establecer un diálogo con los otros profesionales, de los que se diferencia y también se complementa.

Imagen 14. Proceso de atención de enfermería en el cuidado al adulto mayor sano y con un proceso patológico.

La adaptación al envejecimiento no es tarea fácil para los adultos mayores y requiere que los profesionales que participan en su cuidado se caractericen por una muy especial vocación y amor al trabajo con este grupo etáreo, lo que se traduce en una actitud que transmita valores como: el respeto por el otro, la autonomía y la compasión para brindar cuidados humanizados al adulto mayor y que se extiende también a su grupo directo de cuidadores.

Un modelo de cuidados es una manera de conceptualizar la profesión, vehicula los valores y las creencias respecto al ejercicio profesional y determina un posicionamiento en la práctica. La integración de un modelo de cuidados orienta y guía la acción para la práctica, la docencia y la investigación.

La atención de enfermería geronto-geriátrica se dirige a través del Proceso de Atención de Enfermería, que permite su aplicación en todas las situaciones de vida del adulto mayor, incluyendo al grupo de los cuidadores como parte importante en su cuidado.

El Proceso de Atención de Enfermería (PAE) se realiza a través del método científico, se emplea como un instrumento para la práctica profesional de enfermería, para lo cual requiere de planteamientos científico-técnicos y psicosociales para lograr la eficacia y eficiencia en su implementación, además su uso demuestra responsabilidad profesional de la enfermera por el mejoramiento de la intervención hacia el adulto mayor.

Dada la importancia que tiene el PAE para el ejercicio profesional especialmente para los licenciados en enfermería, se pretende que a través del desarrollo de los procesos amplíen, reafirmen y profundicen los conocimientos, de tal manera que se favorezca la unificación de criterios para integrar un juicio consistente en la ejecución y registro de las diferentes etapas, de manera que el profesional pueda demostrar sus competencias para  discernir, tomar decisiones y brindar un cuidado individual, familiar y comunitario.

Se dice entonces que el nivel de conocimientos alcanzado en un área específica del saber, está íntimamente relacionado con la competencia ideal para poder desempeñarse profesionalmente, como se espera, de los que ejercen en una profesión y con una población determinada, en este caso con el adulto mayor sano o que tiene un proceso patológico es así que de la competencia profesional del personal de enfermería depende la selección y ejecución de las acciones más efectivas y eficientes que conviene al problema de salud afrontado, aún con las limitaciones de los recursos existentes.

En la aplicación del conocimiento científico a través del PAE, la enfermera enfrenta a diario la atención de pacientes que requieren cuidados especiales o intensivos, que resultan por tanto, aislados de sus seres más allegados afectivamente, y el stress que sufren, tanto el paciente como sus familiares y amigos más próximos, podría ser aliviado si las enfermeras dejaran de actuar mecánicamente como defensoras de reglamentos rígidos institucionales que van en contra del bienestar social y psicológico de esos pacientes. Por ello se dice que el PAE es flexible y dinámico, se debe adaptar a las necesidades de cada adulto mayor y su familia.

Imagen 15. Durante la aplicación del PAE, tanto la enfermera cómo el método deben adaptarse a las necesidades del adulto mayor y de su familia.

Un aspecto importante a considerar una vez que tenemos clara la importancia y necesidad de aplicar el Proceso de Atención de Enfermería en el adulto mayor, es tener una gama de opciones y enfoques para los distintos procedimientos a realizar. Se exponen a continuación, algunos cuestionamientos que toda enfermera debería hacerse en su práctica cotidiana, en ese ejercicio de la enfermería clínica que enfrenta mayormente decisiones no espectaculares, aunque de larga duración y fuerte repercusión moral:

  1. ¿Qué haría yo, si este paciente fuera mí……………………………?
  2. ¿Qué es lo mejor para este paciente?
  3. ¿Qué calidad de vida puede llevar este paciente?
  4. ¿Es una vida que yo pueda apoyar o ayudar a mejorar su calidad?
  5. ¿Qué sabe este paciente acerca de su enfermedad y qué quiere saber?
  6. ¿Cuáles son las preferencias de este paciente, con respecto al plan de cuidados que se le propone?
  7. ¿Qué necesidades afectivas y espirituales tiene este paciente, y que acciones espera de mí para que sean cubiertas?
  8. ¿Cuál debe ser mi actuación, dentro del equipo de salud, para cumplir con la función de abogada de la defensa que me asigna el paciente, por ser la profesional que permanezco las 24 horas del día junto a él?

Las respuestas a estas preguntas pueden ser validadas con el propio paciente, con sus familiares más cercanos y con el equipo de enfermeras que participa en su atención. Las preguntas son orientadoras del actuar profesional de la enfermera, en cada caso concreto, y hacen en sí mismas, un llamado al respeto a los principios éticos más elementales, pero, además, recaban de las enfermeras el cultivo, con deleite de artista, de sus mejores virtudes morales.

Con esto podemos comprender la importancia de brindar cuidados a través del PAE al adulto mayor sano, o que se encuentra con un proceso patológico, ya que este nos permite abarcar todas las esferas de la persona y considerar los aspectos éticos y humanísticos sobre todo al ser el adulto mayor una población vulnerable y que requiere de conocimientos específicos de su disciplina de estudio.

CONCLUSIÓN

Teniendo en cuenta el impacto que implica en una sociedad el envejecimiento de su población, es necesario considerar las percepciones, proyecciones, expectativas e imágenes que surgen de la experiencia de cada una de las generaciones con la etapa de vejez. La vejez es la última etapa de nuestro ciclo vital. Puede ser la etapa más difícil o relativamente benéfica para restablecer toda una vida, camino de descanso para llegar a la meta.

Esto depende ciertamente de cómo se ha llevado una vida completa, esto es, cómo se vivió una niñez, juventud y etapa adulta, ya que de esto se generan problemas de salud o se mantienen estados óptimos para tener calidad de vida en la vejez. Recordemos que todo lo que se siembra se cosecha.

Y ¿cómo podemos prepararnos para una vejez saludable? Principalmente debemos de considerar el llegar a esa etapa, así prevemos todas las situaciones que conlleva el envejecer, más importante aún es el hecho de llevar cada etapa de la vida de la manera más óptima y saludable posible, saludable en todas las esferas del ser humano, tener una adaptación y niveles altos de bienestar. De esta forma, buscaremos establecer si existen relaciones significativas entre las experiencias de vejez que se dan en el pasado y aquellas imágenes que surgen en torno a esta etapa.

Pero ¿por qué analizar la propia proyección de la vejez si hablamos que el papel de enfermería es de brindar cuidado?, la respuesta es fácil, la empatía juega un papel primordial en la vida de las personas. Al brindar cuidado, que es lo que determina la calidad de vida en los pacientes, es necesario ponernos en el lugar del otro, saber que tenemos esa posibilidad de estar del otro lado. Esto nos genera dos cosas, primero prepararnos y mantener un estado adecuado de salud y por otro lado mejorar nuestro trabajo profesional y humanizarlo, lo que es complicado ya que con el paso del tiempo se va perdiendo ese aspecto, no así cuando estamos en continua formación.

La enfermería profesional se inserta de esta manera con su propia perspectiva en el cuidado integral del adulto mayor, por lo que es necesario fortalecer desde el pregrado los fundamentos que sustentan el cuidado humanizado del adulto mayor y la formación técnico-profesional de sus cuidadores formales e informales.

Entonces concluimos que el propósito de la enfermería geronto-geriátrica es ayudar al adulto mayor y sus cuidadores a enfrentar el proceso de envejecimiento, entendiéndolo como proceso natural y adaptativo e interviniendo en maximizar sus potencialidades, esto se logrará a través del proceso de atención de enfermería.

Emplear el Proceso de Atención de Enfermería como herramienta fundamental para desarrollar juicio clínico integral, permite a la enfermera proporcionar sus cuidados en cada una de las etapas de la adultez y específicamente la adultez mayor, con calidad y de manera integral, además propicia la aplicación del conocimiento científico y dejar a un lado el papel empírico que ha tenido enfermería a lo largo del tiempo.

La enfermería geronto-geriátrica es una asignatura obligatoria del plan de estudios de la Licenciatura en Enfermería y Obstetricia y ofrece una visión de la panorámica actual en relación con las personas mayores, desde la individualidad del ser adulto mayor y desde los fenómenos de envejecimiento poblacional. También, y no dejándolo atrás, es necesario que los cuidados de enfermería se vayan actualizando, dirigiéndose a las necesidades actuales y esto se logrará a través del aprendizaje continuo.

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