Unidad didáctica 1 A: Conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para la relación enfermera (o) paciente

INTRODUCCIÓN

Siendo que el cuidado de enfermería se lleva a cabo a través de una interrelación enfermera- paciente, donde ambos se complementan para cumplir sus metas, la primera como profesional y el segundo en busca de su bienestar, es necesario, primeramente, que el personal de enfermería se reconozca a sí mismo como un ser humano con necesidades y que introyecte, por medio del autoconocimiento que, para proporcionar cuidado a otro ser humano, primero debe cuidarse a sí mismo.

En esta unidad se explica la importancia que tiene para los profesionales de enfermería una sana relación intrapersonal, lo cual significa, la relación con uno mismo.

También trabajaremos la forma de prevenir enfermedades profesionales, como lo es el síndrome de burnout, o síndrome del quemado, muy común en actividades como la enfermería, donde existe mucho estrés laboral.

COMPETENCIA

Identifica los conocimientos, habilidades y actitudes que debe adquirir o bien potencializar para el propio crecimiento personal, asì como para llevar a cabo una adecuada relación enfermera (o) paciente, como parte del cuidado integral de enfermería.

CONTENIDO

Relación Intrapersonal, Autoconocimiento, Autocuidado y Síndrome de Burnout

PARTE UNO

Relación intrapersonal

Entendiendo el cuidado de enfermería como una interrelación, la enfermera(o) es una unidad de esta relación junto con el paciente, por lo tanto desde la Enfermería Psicosocial se debe dar gran importancia a la autoexploración y autoanálisis del profesional, de sus sentimientos personales, sus creencias y valores, a fin de que a través del autoconocimiento logre separarlos y no se involucre con los de sus pacientes, así mismo identifique sus necesidades personales, a fin de que a través del autocuidado y de un proyecto de vida sana se lleguen a evitar problemas de salud.

Imagen 1. La enfermería es el cuidado del paciente.

El autoconocimiento, conocimiento de uno mismo, es tomar conciencia del yo consciente para poder conocer mejor el yo no conocido, el inconsciente.

Sin embargo, para conocerse a sí mismo se necesita una actitud abierta y honesta, el deseo verdadero de querer conocerse, para crecer como persona.

Por lo tanto, se debe iniciar con la exploración de los propios sentimientos para reconocerlos, aceptarlos y determinan la conducta a seguir.

También forma parte del proceso de autoconocimiento el identificar nuestra creencias, valores y necesidades personales a fin de poder separarlas de las de los pacientes y tener una postura neutral para apoyarlos. Una de las formas recomendadas para llevar a cabo el autoconocimiento son estos 7 pasos:

  • Autoescucha: con preguntas sobre nuestro de estado de ánimo o el porqué de nuestras reacciones o comportamientos, importante mantener una actitud sincera y honesta y una intención de centrarnos en nosotros mismos.
  • Escucha: preguntar a los demás que opinan de mí, realizando una comparativa de conceptos del entorno con la propia. En este paso hay que resaltar que hay que estar preparados para escuchar respuestas que nos pueden molestar, por lo que se aconseja solicitar solo aquella información que estemos dispuestos a escuchar.
  • Observar la respuesta del otro: reacciones que otros tienen ante nosotros, lo cual nos proporciona información sobre el efecto que se causa en los demás.
  • Observar y escuchar a los demás: nos da información sobre el comportamiento humano en general, y nos plantea imaginarnos a nosotros en esa situación, estableciendo similitudes o diferencias con los demás.
  • Hablar de uno mismo: en la medida en que se revela nuestro propio yo a los demás, aumentamos el conocimiento sobre nosotros
  • Conocer a otros de forma indirecta: por medio de libros o películas, biografías, pues las experiencias que proporcionan son una fuente de información para nuestro propio
  • Escribir y observar sobre uno mismo: las anotaciones de nuestras experiencias y sentimientos posibilitan el autoconocimiento.

Imagen 2. Conocer al paciente es una forma fundamental de diagnosticar.

Por ende, el resultado del autoconocimiento pleno, es una mejor autoestima, ya que, al reconocernos como seres humanos con defectos y virtudes, nos aceptamos como somos y nos amamos así, y si queremos podemos cambiar, si esto conviene a nuestro crecimiento, ya que las estrategias para elevar la autoestima son:

  • Conocerse a sí mismo: limitaciones y potencialidades, o como se dice comúnmente defectos y virtudes.
  • Focalizar la atención y el interés personal en las características positivas y no tanto en las negativas, lo que nos ayuda a aceptarnos y querernos.
  • Interactuar con las personas de forma asertiva (respeto hacia sí mismo y a los demás, sin agresividad ni pasividad); a través de una relación consigo mismo y con los demás sincera, honesta y abierta.

Con una mejor autoestima, queremos estar bien, por lo tanto, cuidamos nuestra salud, por medio del autocuidado.

Autocuidado como una estrategia para cuidar.

El autocuidado se define como el cuidado de uno mismo, dado por uno mismo y para uno mismo. (Dorothea Orem). Es un componente intencional no instintivo y Las acciones de autocuidado son aprendidas. El autocuidado para su aplicación holística, tiene varias dimensiones, biológica, psicológica, social y espiritual.

Las acciones de autocuidado están influenciadas por creencias, hábitos, nivel de conocimientos, nivel social y económico, es decir, que al ser acciones aprendidas, el contexto de la persona influye determinantemente sobre la forma en que cuida su salud. Para el caso de los profesionales de enfermería, así como para cualquier otra persona los objetivos del autocuidado son:

  • Incrementar el nivel de salud actual.
  • Mantener al máximo el nivel de bienestar.
  • Incrementar las capacidades de ayuda a los demás, a través de la consecución del propio equilibrio personal físico y emocional.

Siendo este último el más significativo para el profesional de enfermería, ya que, para poder proporcionar cuidado a otras personas, es necesario que la enfermera tenga salud o por lo menos bienestar. ¿pero qué es la salud?, a continuación, revisaremos las características de una persona sana:

  • Conoce sus necesidades, limitaciones, carencias y habilidades.
  • Tiene Autoconcepto positivo y elevada autoestima.
  • Es optimista y tiene una gran variedad de intereses.
  • Se Adapta y afronta cambios y estrés.
  • Se respeta a sí misma y a los demás.
  • Tiene hábitos saludables como una buena nutrición, realiza ejercicio, evita las sustancias nocivas, descansa y tiene esparcimiento.

Imagen 3. Hábitos saludables elevan la autoestima.

Existen también algunas dificultades para el autocuidado, que son:

  • Una actitud de no necesito nada ni a nadie.
  • Falta de información sobre las necesidades fundamentales de todo ser humano.
  • Falta de recursos personales, económicos y cognitivo-emocionales.

En resumen, la relación que existe entre la capacidad de autocuidarse y la capacidad para cuidar a los demás es muy estrecha, una persona que no sabe cuidar de sí misma, puede presentar un déficit en la satisfacción de sus propias necesidades, lo cual puede ocasionar serios problemas para cuidar a los demás. Por otro lado el autocuidado es una expresión de autoestima.

Para poner en marcha un plan de autocuidado que resulte beneficioso, satisfactorio, motivador y reforzador, es preciso el autoconocimiento.

Además de autocuidarse, para ser un buen cuidador, los profesionales de la salud, por las características propias de la profesión, con múltiples estresores personales y ambientales, necesitan potenciar su autocuidado para mejorar su calidad de vida y evitar que los efectos del estrés le causen enfermedades.

La desmotivación en el trabajo y el cansancio emocional es uno de los grandes males de la sociedad en este nuevo siglo, los profesionales de enfermería son un colectivo especialmente propenso a experimentar esta situación.

Tareas como promover la salud, prevenir y cuidar a una persona enferma, pueden producir muchas satisfacciones, pero la falta de autocuidado puede gestar lo que se conoce como Síndrome de Burnout.

Síndrome de Burnout:

Se define como una situación de malestar físico, psicológico y social en la persona, como respuesta a un estrés laboral crónico, sensación de encontrarse emocionalmente agotado. «Una pérdida gradual de preocupación y de todo sentimiento emocional hacia las personas con las que trabajan y que conlleva a un aislamiento o deshumanización».

Imagen 4.  Malestar fisico se da como respuesta la estrés laboral.

Las causas que llevan al síndrome de burnout son:

  • Un gran esfuerzo físico y mental.
  • Continua re planeación de las tareas.
  • Trato con personas en circunstancias de extrema ansiedad

Para que aparezca el síndrome de Burnout es necesaria la interacción entre las respuestas individuales al estrés junto a la presión laboral en el ambiente de trabajo.

En este marco el personal sanitario, y muy especialmente el profesional de enfermería, sería particularmente vulnerable. Así, según estudios epidemiológicos recientes realizados personal de enfermería, hasta un 25% del mismo estaría afectado por el síndrome.

Las manifestaciones clínicas que más se presentan afectan las diferentes áreas:

Tabla 1. Las manifestaciones clínicas.

Existen formas de evitar o prevenir esta enfermedad, las recomendadas por los especialistas son:

Tabla 2. Las formas de evitar y prevenir la enfermedad.

Los hospitales o instituciones donde se atienden personas, también pueden colaborar a la prevención del estrés laboral en su personal y especialmente el síndrome de burnout, a través de programas de inducción integral, programas de retroalimentación positiva y desarrollo organizacional.

1.2 Beneficios de una Buena relación enfermera-paciente.

PARTE DOS

La comunicación recobra una gran importancia en la relación enfermera (o)- paciente, ya que muchas veces se vuelve demasiado superficial, justificándose de diferentes formas; por ejemplo: para no “perder” tiempo y dedicarlo a las habilidades técnicas, para no comprometerse emocionalmente o solo centrarse en la tarea e imponer una relación despersonalizada, lo que ayuda a la enfermera ignorar la realidad emocional del paciente.

Existen una gran variedad de excusas, pero quizás la verdadera razón de no relacionarse con el paciente, es la duda del personal de enfermería respecto a sus habilidades de comunicación para manejar competentemente las demandas emocionales de los pacientes.

Una adecuada comunicación con el paciente facilita extraordinariamente alcanzar con éxito los objetivos profesionales y trae consigo los siguientes beneficios.

  • La capacidad para detectar los problemas psicosociales del paciente.
  • El cumplimiento del tratamiento.
  • El estado de salud general del paciente.
  • La satisfacción del paciente y una buena percepción de la competencia profesional.
  • Disminuir los problemas legales en relación con una mala práctica.

Imagen 5. La buena comunicación  alcanza con éxito los objetivos profesionales.

Sin embargo, una mala relación por problemas de comunicación, traerá como consecuencia que no se identifican problemas psicosociales, por lo que habrá un incremento en el número de visitas, en el número de pruebas diagnósticas, en el número de cuidados y tratamiento sintomático innecesarios y el incremento en el costo económico.

También por la falta de una buena relación-comunicación, enfermera- paciente, se pueda dar un grave problema, que es el no apego al tratamiento de las personas que cursan con una enfermedad, ya sea aguda o crónica, o sea, el paciente no cumple con su plan de cuidados e indicaciones médicas para mejorar su salud, por lo tanto, no hay resultados positivos, pero sí un mayor número de hospitalizaciones y consultas, la no satisfacción del paciente, el deterioro de su relación con el profesional de enfermería y médico, y pierde la confianza en el profesional; factores que favorecen la actitud negativa del paciente frente al tratamiento. Algunos de estos factores se asocian directamente al propio paciente, otros están relacionados con el tipo de enfermedad, pero dentro de todos, los de mayor importancia para nosotros, son los que tienen que ver con la enfermera (o), quien para evitarlos y tener una buena relación con el paciente, necesita aplicar las técnicas relacionales, como son: actitud empática, estilo de comunicación asertivo y amigable y una actitud atenta y honesta, así mismo, el compromiso por parte del profesional de proporcionar una adecuada información sobre la enfermedad, los cuidados, el tratamiento y el pronóstico en el caso de que no los llevará a cabo, a parte del seguimiento y supervisión que se haga de cada paciente es esencial para que él lleve a cabo su tratamiento y en consecuencia mejor su estado de salud.

Imagen 6. La buena comunicación tiene como objetivo diagnosticar el estado de salud del paciente.

Por otro lado, es bien conocido que de no existir una buena relación – comunicación enfermera (o)-paciente, no podremos identificar el estado general de salud del paciente, pues el paciente al no sentir confianza y apertura por parte de los profesionales de la salud, no expresaran situaciones de salud que no están consideradas en su padecimiento actual y podrían pasarse por alto, un problema que pudiera poner en riesgo la salud o hasta la vida del paciente.

La insatisfacción del paciente y una mala percepción de la competencia profesional de enfermería por parte de éste, puede darse por una deficiente comunicación, provocando la formación de una opinión negativa del profesional y que su imagen ante la sociedad se vea afectada negativamente lo que en muchas ocasiones resulta que el paciente abandone el tratamiento, no se presente a sus citas, culpe al profesional de la salud de no mejorar, y llegar en muchas de las ocasiones a reportar o bien demandar al profesional antes las autoridades laborales o legales.

Te invito a leer el siguiente documento titulado Importancia del cuidado de enfermería.

Importancia del cuidado de enfermería

CONCLUSIONES

El cuidado de enfermería se realiza mediante la interrelación enfermera- paciente, por lo tanto, es importante que el personal de enfermería tenga una sana relación intrapersonal, lo cual significa, la relación con uno mismo.

Entendiendo esta relación, desde la Enfermería Psicosocial se debe dar gran importancia a la autoexploración y autoanálisis del profesional, de sus sentimientos personales, sus creencias y valores, a fin de que a través del autoconocimiento logre separarlos y no se involucre con los de sus pacientes,

Es importante separar nuestra creencias, valores y necesidades personales de las de los pacientes y tener una postura neutral para apoyarlos y brindar atención de calidad.