Unidad didáctica 1 B: Conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para la relación enfermera (o) paciente

CONTENIDO

1.3 Comunicación no verbal

PARTE TRES

La relación enfermera-paciente es una relación cara a cara, directa y de alto contenido emocional y, como tal el rostro, la mirada, los gestos y movimientos del personal de salud da más información que las propias palabras.

En la mayoría de los casos los pacientes hacen conclusiones mediante la integración de indicios y aplicando una lógica o unos códigos que dan a la persona la sensación de certeza sobre lo percibido, como por ejemplo, cómo damos la mano al recibir y al despedir al paciente, mirando o no mirando a los ojos, con el cuerpo de frente o de perfil, intenso o débil, breve o prolongado, con el brazo flexionado o estirado, con qué velocidad hablamos, interrogamos, revisamos, si hacemos contacto ocular al escuchar al paciente o al comunicarle información y decisiones relevantes, o nos distanciamos haciendo otra actividad.

Imagen 1. El profesional de enfermería debe cultivar las habilidades relacionales a través de la comunicación no verbal.

Son algunos ejemplos comunes que vemos todos los días y de los que todos somos protagonistas voluntaria o involuntariamente, con o sin conciencia de los mismos ni tampoco de su repercusión e importancia como generadoras de calidez o distanciamiento, como facilitadoras o inhibidoras de una comunicación íntima y abierta, con el paciente.

Por lo tanto, el profesional de enfermería debe cultivar las habilidades relacionales a través de la comunicación no verbal, para llevar a cabo un buen cuidado, así como, conocer y comprender el lenguaje corporal propio y el de los demás, en este caso del paciente.

Este tema tiene el siguiente objetivo preciso: Conocer del paciente: ¿Cuál es su disposición básica hacia el profesional?, ¿Cuál es su estado de ánimo?

Sin embargo, antes de tratar de interpretar la conducta de nuestros pacientes debemos tener presente el siguiente Axioma fundamental del lenguaje corporal: “Para interpretar un gesto corporal, se debe considerar el lenguaje del resto del cuerpo, el contexto global y el lenguaje verbal”, jamás se debe hacer una conclusión sobre la conducta del paciente sin tomar en cuenta este axioma.

El lenguaje no verbal cuenta con la siguiente clasificación:

  • Kinésica que significa el movimiento, como ejemplos, la mirada, el contacto ocular, mover rápido los ojos, parpadear mucho, humedecimiento ocular, dilatación pupilar, expresiones faciales como la sonrisa, depresión de la comisura bucal, contracción de los músculos faciales el  temblor. Postura general del cuerpo:
    • adelante/atrás.
    • rigidez/flacidez.
    • cerrada/abierta.
    • Movimientos corporales: movimientos continuos, encogimiento de hombros.

Imagen 2. El lenguaje verbal se clasifica en diferentes expresiones del cuerpo.

  • Tactésica /tacto, tocar al paciente. El tacto puede servir para expresar confianza, empatía y apertura hacia la comunicación, pero también, enojo o agresión. Este se usa más en jóvenes, menos en ancianos y en personas con necesidades especiales, se requiere mucha prudencia para no invadir la intimidad de la persona y se preste a malas interpretaciones.
  • Proxémica, se refiere a la distancia entre las personas: Se recomienda cierto espacio entre enfermera (o) y paciente de acuerdo a las situaciones que se viven con él. En la práctica de enfermería, la distancia que se establece con el paciente para proporcionarle cuidado, es casi siempre la íntima, de acuerdo a esta clasificación: Distancia íntima de 15-45 cm, se usa en el examen físico, con los bebés al cargarlos, con los adultos mayores al cambiarlos de ropa, al cambiar a un paciente de posición, al instalar venoclisis, sondas y en cualquier otro procedimiento de enfermería. Distancia personal de 45 – 125 cm, se utiliza durante la entrevista, al dar información. Distancia social o profesional, 125- 350 casi no se usa en enfermería solamente cuando se imparten temas de educación para la salud grupales. Además, es importante identificar de acuerdo al lenguaje proxémico, si durante la conversación el paciente aleja su cuerpo del profesional, puede interpretarse como efecto emocional negativo o de rechazo hacia el tema, el cambio de postura de sentada a levantada, situación poco frecuente en la clínica, implica gran tensión o desagrado.
  • Paralingüística, relacionado con las características de la voz: Es el tono, intensidad y ritmo, que puede ser triste, enojado, emocionado, La intensidad que es el volumen, que puede ser alto o bajo y el ritmo o velocidad del habla: rápido y lento, tartamudeo y lapsus de silencio.
  • Apariencia física y artefactos, en cuanto a la forma de vestir. El maquillaje, joyería, adornos, la forma de vestir, nos informa del género, grupo social, status, profesión, seguridad personal y otros indicios sobre la persona.
  • Factores ambientales, el contexto donde se lleva a cabo la relación. En este caso, de preferencia se debe establecer la comunicación a una altura simétrica ya que esto favorece la confianza y evita que el paciente se sienta (sentados o parados ambos), además que no existan objetos como mesa o escritorio entre el profesional y el paciente. Existen también recomendaciones en cuanto al color de las paredes, el clima, a fin de favorecer conductas positivas.

Imagen 3. El clima del lugar depende también los colores que están en su alrededor.

El estudio del lenguaje no verbal en enfermería, en relación con el paciente tiene como objetivos identificar:

A. Disposición básica del paciente con respecto al profesional que puede ser:

  • Cooperadora: Hay Contacto ocular, sonrisa, relajada, posturas abiertas, estrecha la mano con energía, habla atenta y existe continua sintonía.
  • Evitativa: Evitan el contacto visual, mira al suelo o la pared, no suele estrechar la mano o con escasa energía, mira hacia la rodea el asiento y se sienta lo más lejos de profesional, posición de arranque, avanzada, da la impresión que va a levantarse en cualquier momento.
  • Agresiva: La mirada directa, mantenida más tiempo que lo habitual, tono de voz desafiante, ceños fruncido, labios y mejillas apretados y cabeza hacia posturas cerradas, con puños apretados y gran tensión muscular. Habla rápida y tono elevado.
  • Indiferente: desinterés, postura indolente, contacto ocular disperso, tiempo de respuesta alargado, silencios y encogimiento de hombros.

B. Determinar si presenta algún tipo de malestar psicológico, los más comunes en las personas con problemas de salud son:

  • Ansiedad, que se manifiesta con incremento en la velocidad de vocalización, alta reactividad, habla entrecortada, errores de pronunciación y (paralingüístico), mirada rápida, parpadeo, ojos muy abiertos, apariencia de alerta, movilidad corporal incrementada, respiración superficial, suspiros, tensión, posturas rígidas y cerradas (kinésico).
  • Depresión: su lenguaje no verbal se muestra con habla lenta y monótona, tono de voz bajo y uniforme, muy baja reactividad, pronunciación poco clara y prolongada, mirada baja con evitación del contacto visual, rostro inexpresivo y tendencia a la humectación de los ojos, disociación ojos tristes y sonrisa, brazos y hombros caídos.

1.4 Empatía

Imagen 4. La captación de los sentimientos del paciente es importante.

Conceptos:

  • Mead y Piaget, la define como la habilidad cognitiva, propia del individuo, de tomar la perspectiva del otro o entender algunas de sus estructuras del mundo, sin adoptar necesariamente esta misma perspectiva.
  • Captación de los sentimientos experimentados por el paciente y el significado que tienen para él.

En la práctica de enfermería Kohut Heinz, la define como “La capacidad que tiene la enfermera(o) de comprender y responder afectiva y adecuadamente a las necesidades físicas, emocionales y espirituales del paciente expresadas en forma verbal y no verbal durante la interrelación enfermera paciente”, considera que la empatía tiene 2 fases:

  1. Comprensión: Donde el profesional de enfermería expresa verbal o corporalmente que ha “captado” lo que el otro siente o está experimentando en ese momento de su vida, hay una identificación, un compartir con el otro.
  2. Responder (explicación): Donde la enfermera (o) hace uso del conocimiento teórico que posee, relacionado con esa circunstancia particular y ofrece al paciente las alternativas posibles, senderos, interpretaciones y explicaciones del caso, con prudencia, consideración y tacto.

La empatía en el práctica tiene de dos formas de manifestarse : el alumno o enfermero novato tiene una alta empatía pero bajos conocimientos y habilidades profesionales, en cambio, el enfermero experto tiene baja empatía y altos conocimientos y habilidades profesionales, por lo que en ninguno de los dos casos se da un verdadero cuidado, es por esto que desde la preparación profesional se debe desarrollar la empatía y evitar se pierda aquella que tenemos como parte de nuestra naturaleza humana.

Las causas de la pérdida de empatía están relacionadas con el proceso de selección del personal en donde se prioriza el conocimiento y el coeficiente intelectual y no las actitudes hacia los demás; durante la carrera se priorizan los contenidos de ciencias básicas, dejando un lado las humanidades; la sobreexposición al sufrimiento humano y por último la pérdida de los valores humanos, poniendo lo material por encima de lo humano.

Imagen 5. La forma de expresar empatía a través de la conducta verbal es muy simple.

Sin embargo, a pesar de esto, se logra desarrollar la empatía en los profesionales de la salud, concretamente en enfermería, se logra por medio de haber experimentado una situación parecida, que es una de las más efectivas, pero difícil, por lo que implica. Por medio del Intercambio de experiencias y sentimientos entre el equipo de salud. Dando énfasis en la comunicación durante la formación y por último en el trabajo y apoyo en equipo.

La forma de expresar empatía a través de la conducta verbal es muy simple, pero le da al cuidado su sentido humano, ejemplifiquemos:

Diagrama 1. La forma de expresar la empatía.

También a través de la conducta no verbal, se puede expresar la empatía con el contacto ocular, postura abierta, sincronía verbal y afectiva, utilización del tacto. Para cultivar esta capacidad de empatizar, se necesita también desarrollar valores y actitudes personales como:

  • Autoconocimiento: vivir en plenitud el triunfo y el fracaso.
  • El conocimiento de lo que es la persona, es decir un saber sobre la vida y la conducta humana.
  • Una comunicación efectiva basada en la escucha activa.
  • Desarrollo de sensibilidad interna y externa.
  • Un profundo compromiso con el paciente y la profesión.
  • Entender que la empatía es diferente a la simpatía, compasión, y preocupación. Ser empático no es estar de acuerdo obligatoriamente, ni disculpar lo que no es adecuado, sino comprender que las circunstancias de cada persona condicionan enormemente su comportamiento u opiniones particulares.

Cuando el profesional de enfermería tiene la capacidad de empatizar se manifiesta en su lenguaje corporal, postura, movimientos, miradas, tonos de voz, etc. y se obtiene la confianza y la credibilidad para cuidar, se construye con los pacientes un campo perceptual de entendimiento, rico en el idioma de los sentimientos.

Imagen 6. Enfatizar con el entendimiento tener la confianza y la credibilidad para ayudar al paciente.

Ortega Gasset, José. Acertadamente dice: “La empatía tiene que ver con una condición refinada y sutil que otorga al ser humano la capacidad para penetrar en la intimidad del prójimo, una facultad del espíritu que germina en todos los hombres, pero que en grado excelente constituye un talento solo de algunos

1.5 Escucha activa

Oír, no es lo mismo que escuchar, todos los animales oyen, incluso se dice que también las plantas poseen este sentido, pero escuchar, es la capacidad de recibir por medio del oído, mensajes, ideas, sentimientos, etc. que nos permite conocer algo de alguien. También se puede definir como un proceso mediante el cual una persona selecciona, organiza e interpreta los estímulos auditivos, para darle un significado a algo y procesar cualquier información. En la práctica de enfermería el saber escuchar es una necesidad de primer orden, sin esta capacidad, el cuidado es incompleto y hasta cierto punto riesgoso, ya que, al no escuchar al paciente, se pueden tomar decisiones erróneas que afectarían la salud de la persona. Los factores que dificultan la escucha, se dividen en tres áreas:

  • Ambientales como ruidos, teléfono, incomodidad en el lugar.
  • Personales: físicos (cansancio, hambre, sed, sueño), emocionales (Alta reactividad-el paciente escucha al enfermero-, ansiedad, distanciamiento emocional e impaciencia), Cognitivos (ideas irracionales, prejuicio, creencias).
  • Sociales: Diferente nivel sociocultural y/o educativo.

Así que podemos afirmar sin temor a equivocarnos que los beneficios de saber escuchar conllevan estimular la confianza entre el personal de enfermería y el paciente; dar seguridad al paciente para expresar sus ideas, pensamientos y sentimientos; evitar problemas de comunicación que pueden ocasionar tomar una decisión equivocada; enseñar y aprender a comprender con más precisión lo que el paciente desea expresar; reducir la tensión entre la enfermera (o) y el paciente; tomar decisiones con más seguridad y clarificar aquellos mensajes que puedan ser confusos.

Imagen 7. El paciente puede comunicarse de forma no verbal y esto es acaso de su postura física.

La enfermera (o) para lograr una escucha activa debe desarrollar actitudes como creer que el paciente es único, honesto, desea curarse, tiene conocimientos y habilidades y debe compartir responsabilidades en su tratamiento. Mostrar siempre calidez en su trato, ser auténtico y honesto, para que el paciente confíe. Mostrar empatía y ser tolerante.

La escucha activa puede manifestarse de forma verbal y no verbal, esto es, en una comunicación no verbal percibir o escuchar el tono emocional, mantener contacto ocular, uso de facilitadores, adoptar postura adecuada, expresión facial empática y sintónica. En una comunicación verbal, hablamos de no interrumpir, sintetizar, repetir la idea central, no manifestar juicio sino comprensión, saber estar en silencio.

CONCLUSIONES

La empatía, escucha activa y el lenguaje no verbal junto con las de la comunicación verbal, son herramientas fundamentales para poder llevar a cabo el cuidado integral de enfermería.

La comprensión de la situación por la que pasa la persona, a través de la empatía y la escucha activa, reforzadas por el lenguaje corporal del paciente, será lo que haga la diferencia de una atención despersonalizada de un cuidado humanizado.